Las lluvias de la DANA alivian levemente los embalses que abastecen a Sevilla
Las reservas hídricas de Sevilla se encuentran todavía lejos de los niveles ideales
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Sevilla/La reciente DANA, que ha generado intensas tormentas y puesto en alerta a gran parte de Andalucía, ha traído un respiro para las reservas hídricas de Sevilla. Según detalla Emasesa en su portal web, las precipitaciones han contribuido a un ligero aumento en los niveles de agua de los embalses que abastecen a la capital andaluza, aunque el panorama de sequía persiste.
Este miércoles a mediodía, los embalses gestionados por Emasesa registran un volumen del 55,8 % de su capacidad total. Este nivel representa un aumento de más de cuatro puntos porcentuales en comparación con el registrado hace dos semanas, cuando el paso de la borrasca Berenice ya había propiciado una subida.
En cifras absolutas, el agua almacenada alcanza los 357,87 hectómetros cúbicos, superando el umbral de 324 hectómetros cúbicos que marca la fase de prealerta por sequía.
Entre los embalses que abastecen a Sevilla, el que presenta una mayor proporción de aguas pluviales acumuladas es el pantano del Gergal, que se encuentra al 84,8 % de su capacidad máxima. Con un volumen embalsado de 29,7 hectómetros cúbicos, el Gergal se convierte en el embalse con mayor nivel de llenado de la red de Emasesa.
Por su parte, el pantano de Melonares, que cuenta con una capacidad significativamente mayor, se encuentra al 81,6 %, albergando 151,38 hectómetros cúbicos de agua de un total posible de 185,6.
Los demás embalses presentan niveles variados, reflejando la irregularidad en la acumulación de agua. El embalse de Cala registra un 42,1 % de su capacidad, mientras que el de la Minilla se sitúa en un 66,6 %. Por su parte, el embalse de Zufre se encuentra al 44,1 %, y el de Aracena, el más bajo en la lista, apenas alcanza el 28,2 % de su capacidad.
Un respiro necesario, pero insuficiente
A pesar del alivio que estas lluvias han traído, las reservas hídricas de Sevilla se encuentran todavía lejos de los niveles ideales. Aunque los embalses han recibido un impulso positivo, las cifras aún reflejan un contexto de sequía que afecta a toda la región y que sigue siendo motivo de preocupación.
Con las lluvias de la DANA, las esperanzas se centran en que el otoño y el invierno traigan precipitaciones adicionales, capaces de elevar los niveles de almacenamiento a cifras más seguras.
La situación de los embalses de Sevilla no es aislada. Andalucía en su conjunto ha experimentado una grave reducción en sus reservas hídricas durante los últimos años debido a las escasas lluvias y las altas temperaturas, en parte agravadas por el cambio climático.
Este patrón climático ha reducido la capacidad de recuperación de los embalses y ha forzado a las autoridades a implementar planes de emergencia para gestionar el recurso hídrico con mayor precaución.
El rol clave del embalse de Melonares
De todos los embalses que abastecen a Sevilla, el de Melonares es el que tiene la mayor capacidad de almacenamiento, lo cual lo convierte en un recurso estratégico para la ciudad en tiempos de escasez. Con una capacidad total de 185,6 hectómetros cúbicos, actualmente almacena 151,38, es decir, el 81,6 % de su capacidad.
La gran capacidad de Melonares le permite captar y almacenar grandes volúmenes de agua cuando las lluvias son generosas, funcionando como una reserva fundamental en épocas de sequía.
El embalse del Gergal, aunque cuenta con una menor capacidad de almacenamiento, muestra un llenado superior, con un 84,8 % de su capacidad. Esto lo convierte en el embalse más lleno de la red de Emasesa en términos proporcionales.
Aun así, su volumen es limitado, con apenas 29,7 hectómetros cúbicos de agua almacenada. La combinación de estos dos embalses, uno con alta capacidad y otro con un llenado casi completo, es esencial para garantizar el abastecimiento de agua a la población sevillana.
La sequía en Andalucía: un desafío estructural
Andalucía enfrenta un reto estructural en cuanto a la gestión del agua. Las reservas de la región han sufrido una reducción constante en los últimos años debido a un descenso en las precipitaciones y a olas de calor cada vez más intensas. El cambio climático está transformando el clima de la región, acentuando las condiciones de sequía y haciendo que las precipitaciones sean menos frecuentes pero más intensas, como ha sido el caso de esta última DANA.
Ante esta situación, las autoridades han adoptado medidas de racionamiento y concienciación para reducir el consumo de agua. Se han promovido campañas de ahorro de agua dirigidas a la ciudadanía y se ha fomentado el uso eficiente del agua en el sector agrícola, que es el mayor consumidor del recurso en la región. Sin embargo, estos esfuerzos, aunque necesarios, no son suficientes para contrarrestar el impacto de una sequía estructural que se agrava año tras año.
La importancia de la concienciación ciudadana
Ante la incertidumbre climática y la escasez de agua, la colaboración ciudadana se vuelve crucial. Las autoridades locales instan a los ciudadanos a adoptar prácticas de ahorro de agua en sus hogares y lugares de trabajo. Desde pequeñas acciones como reducir el tiempo en la ducha hasta evitar el riego excesivo de jardines, cada gesto cuenta para enfrentar la escasez de agua.
Las campañas de concienciación buscan crear una cultura de respeto y cuidado por el agua, especialmente entre los jóvenes. A través de programas educativos en escuelas y universidades, se pretende sensibilizar a la próxima generación sobre la importancia de preservar este recurso vital.
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