Las listas de espera para el máster de profesorado superan las 20.000 personas en Sevilla

Educación

La oferta de las universidades públicas resulta insuficiente para atender la demanda, que se ha disparado los últimos cursos

Aumenta el perfil de solicitantes que trabajan en otros ámbitos y quieren titularse para lograr un empleo público

La jornada continua: sin vuelta atrás en los colegios de Sevilla

Una profesora imparte clases de Matemáticas en un instituto.
Una profesora imparte clases de Matemáticas en un instituto. / D. S.

El máster de Secundaria se consolida como uno de los estudios de posgrado más demandados en las universidades sevillanas. Su carácter habilitante para ejercer de profesor en el ámbito público y privado es la razón principal que lleva a miles de jóvenes a solicitar una plaza cada año, bien para impartir clases una vez acabada la carrera o porque se desea cambiar de trabajo, un perfil que ha aumentado bastante los últimos cursos. Tal es el interés por esta formación, que desde 2017 la demanda de matriculación en la capital andaluza casi se ha triplicado, por lo que la oferta de las instituciones académica resulta insuficiente para atender esta cantidad de peticiones. Se quedan fuera más de 20.000 personas cada año.

Se trata, sin duda, del máster estrella de las enseñanzas de posgrado. Desde que se implantó hace más de una década, el interés por estudiarlo ha ido creciendo muy por encima de la oferta de las universidades, por lo que siempre se ha registrado un déficit que, en la actualidad, resulta más que notorio.

Esta titulación sustituyó a las pruebas de aptitud pedagógica que se realizaban antes para ejercer la docencia en los institutos. El objetivo que se buscaba al implantarla es establecer un filtro mediante el cual, por un lado, se evite que esta profesión acabe convertida en un oficio que, por su alto grado de funcionalidad, sirva de refugio para quienes no han podido progresar en otros ámbitos y, por otro, dotar de las cualidades necesarias a los formadores de las futuras generaciones. En suma, se trata de incentivar la vocación en quienes se conviertan en profesores y adaptarlos a los nuevos requisitos educativos.

La evolución de la demanda

Cuando han transcurrido más de 10 años desde su puesta en marcha, se puede decir que el éxito del Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas (MAES) se ha desbordado, como evidencian las cifras aportadas por la Universidad de Sevilla (US), la Pablo de Olavide (UPO) y la Loyola. Para constatar dicha situación conviene detenerse en la evolución de los datos.

Los más antiguos facilitados por la Hispalense corresponden al curso 2017/18. En aquel ejercicio se ofertaron 519 plazas. Un año después fueron 626, hasta llegar a las 676 del curso 2021/22. Esto supone que en cinco años dicha cantidad ha registrado un crecimiento -nada despreciable- del 30,25%. Pero, pese a la importancia de esta subida, los números siguen siendo insuficientes. Hace cinco cursos se recibieron 6.986 solicitudes, por lo que sólo se podía atender un 7,4% de la demanda, un dato bastante ínfimo que no ha mejorado mucho en la actualidad.

No en vano, para este curso las distintas especialidades (incluidos los centros adscritos) han presentado en total 676 puestos para el MAES. Pues bien, pese al crecimiento antes mencionado, la oferta sigue siendo más que insuficiente, pues la demanda se ha disparado muy por encima, hasta situarse en las 16.452 solicitudes, es decir, un 135,52% más que hace un lustro. Esto quiere decir que si antes sólo se podía cubrir poco más del 7% de las peticiones de matriculación, ahora sólo llega al 4,1%. Por tanto, en la US se han quedado este curso 15.776 personas sin poder estudiar el MAES. Una lista de espera inabarcable y hasta cierto punto comprensible si se tiene en cuenta que la demanda supera en un 2.300% la oferta.

Estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide (UPO).
Estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). / José Ángel García

En la UPO, aunque las cifras son bastante menores, también se evidencia el interés por estudiar el MAES. Desde el curso 2017/18 al actual la oferta de plazas apenas se ha incrementado. Ha pasado de las 250 a las 255, aunque ha habido ejercicios con hasta 260. Por contra, las peticiones se han disparado. De 1.930 a 5.306, lo que en términos porcentuales supone un crecimiento superior al de la US, con un 175% más. La demanda supera en un 1.980% la oferta. La lista de espera la integran más de 5.000 aspirantes.

En total, entre las dos universidades públicas de Sevilla, hay 20.827 personas que no pueden realizar el máster de profesorado en ellas. Una cifra que hace un lustro era de 8.147, por lo que durante este tiempo las listas de espera han aumentado un 155,64%. No debe dejarse de lado que en estos cinco años se ha sufrido una pandemia, cuyas consecuencias económicas han debilitado especialmente al sector privado, lo que ha provocado también que se incremente el interés por contar con este máster que, entre otros fines, permite presentarse a unas oposiciones de ingreso en el cuerpo de profesores.

El excedente de solicitudes acaba provocando que un buen número de solicitantes de plazas opte por la enseñanza privada y, por tanto, asumiendo el coste de la matriculación de estos centros. Debe apuntarse aquí que el coste del MAES en las enseñanzas públicas es de 820 euros para los 60 créditos que lo componen, siempre que todos ellos son de primera matrícula. El precio se irá duplicando si se repite algún crédito. En la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la cual también pertenece al sistema de enseñanzas público, esta cantidad asciende a los 2.025 euros.

También en la Loyola

En Sevilla, el único ejemplo actual de universidad privada es el de la Loyola. En esta institución la demanda del MAES también ha experimentado un progresivo aumento desde que el máster se puso en marcha en el curso 2014/15. En el actual ejercicio académico se han cubierto las 33 plazas disponibles, para la que se han presentado 110 candidatos a las pruebas de admisión, superadas por el 72% de los solicitantes. En este sentido, desde la Loyola precisan que para ingresar en el estudio de posgrado, además de reunir los requisitos de la legislación vigente para matricularse en un máster, se ha de superar la mencionada prueba, consistente en un test de aptitud, un examen de inglés y una entrevista personal con el director del MAES.

¿A qué se debe esta demanda? Guadalupe Trigueros es subdirectora para las enseñanzas de máster de la Escuela Internacional de Posgrado de la US. Explica que el incremento de las solicitudes viene motivado por "el carácter habilitante" que posee la titulación, pues permite ejercer de profesor tanto en centros públicos como privados. Aporta, además, un dato interesante: los últimos años ha aumentado el perfil de solicitantes que hasta ahora trabajaba en un ámbito totalmente distinto al de la enseñanza. "Muchos vienen del sector privado y quieren cambiar al público, bien por la seguridad que éste les ofrece o porque en su día quisieron dedicarse a la docencia y, por distintos motivos, les fue imposible", señala Trigueros, quien lamenta que “en la sociedad no se le da al profesorado la visibilidad que merece”.

Para cada especialidad, una vez superada la nota de corte (la media del grado) y haber acreditado el dominio en una lengua extranjera (nivel B1), se fijan cuatro prioridades de acceso (alta, media, baja y resto), en función de la afinidad del solicitante. La cuarta es para quienes no posean ninguna relación con la especialidad que pretende estudiar. En tales casos, la normativa de la US contempla la realización de una prueba de conocimientos que el demandante habrá de superar. Guadalupe Trigueros destaca que, debido al gran número de peticiones recibidas, tal requisito nunca ha sido necesario, pues para ese cuarto grupo no han quedado vacantes.

Uno de los patios del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
Uno de los patios del Rectorado de la Universidad de Sevilla. / D. S.

Sólo en la Universidad de Sevilla (sin contar los centros adscritos de Cardenal Spínola y Osuna, que también lo ofertan), hay 25 especialidades del MAES, 24 en la Escuela de Posgrado y una en la Facultad de Matemáticas. Este curso la nota media más alta se la ha llevado la de italiano, con un 9,54 para las dos plazas ofertadas. La segunda ha sido la de alemán, con un 8,72 para cuatro puestos. Las especialidades con más vacantes ofrecidas han sido las de Lengua y Literatura (38 plazas y una nota de corte de 7,19), Ciencias Sociales: Geografía e Historia (36 plazas y un 8 de media), Matemáticas y Tecnologías y Procesos Industriales, ambas empatadas a 35 puestos. A este respecto, Trigueros destaca que la Hispalense es la única que ofrece la especialidad del máster de Secundaria en Orientación Educativa, donde se ha registrado uno de los aumentos más considerables de la demanda. El segundo que más solicitudes ha recibido, 908, detrás del de Formación y Orientación Laboral, con 946.

En la Olavide, se han ofrecido este curso diez especialidades del MAES. La nota más alta, como el pasado ejercicio, se la ha llevado la de Formación y Orientación Laboral, con un 81,0, seguida de Biología y Geología, con un 7,9. La más baja es la de Matemáticas, con un 6,61.

En la Loyola, las especialidades de este máster son seis (Ciencias Sociales: Geografía e Historia, Matemáticas, Inglés, Educación Física y Economía, Empresa y Comercio, Formación y Orientación Laboral). La universidad privada subraya que este estudio no sólo aporta los conocimientos necesarios para ejercitar la docencia, sino que apuesta por el desarrollo y entrenamiento de las competencias, habilidades y aptitudes para hacer frente a las situaciones reales con las que el profesorado se encuentra en su día a día en el aula. El MAES, además, cuenta con una tasa de empleabilidad del 80%. Sus prácticas se llevan a cabo en los centros educativos nacionales e internacionales con los que la Loyola tiene suscrito 150 convenios. El precio es de 11.380 euros.

Dudas sobre la prueba de acceso para el grado de maestro

El acceso a la función docente ha sido noticia recientemente después de conocerse la intención del Gobierno de España de implantar una prueba previa a los grados de Educación Infantil y Primaria y de restringir los accesos a las especialidades del máster de Secundaria. El presidente nacional del sindicato ANPE, Francisco Venzalá, refiere que es necesario conocer si la intención de estos nuevos criterios es "disminuir el número de alumnos en las carreras universitarias o comprobar, a priori, las competencias y capacidades de los futuros docentes".

Para Venzalá, "las modificaciones sobre la formación inicial no tendrán sentido realizarlas de forma parcial o aislada mediante una prueba específica de selección, previa al comienzo de los grados". "Sí lo tendría si se desarrolla una carrera profesional atractiva para el profesorado, que garantice una alta demanda de alumnos que quieran acceder a la docencia", explica el presidente de ANPE, quien alerta de que "establecer una prueba previa puede provocar, si no se hace de forma paralela un nuevo diseño que haga atractiva la profesión docente, un efecto disuasorio en la demanda de dichos estudios".

Respecto al incremento disparado de la demanda para estudiar el MAES, Venzalá parte de que "el mercado laboral en España es complejo y en continua evolución. La profesión docente, y máxime en periodos de inestabilidad económica y laboral, es una vía o posibilidad de acceso hacia la estabilidad del trabajo".

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