La lista de espera para una operación se dispara en el Hospital Virgen del Rocío

Salud

El Hospital de Valme es el único que logra reducir el número de enfermos pendientes de una intervención quirúrgica.

El Sindicato Médico de Sevilla ya denunció su preocupación por los incrementos en las demoras

Cirujanos durante una intervención quirúrgica.
Cirujanos durante una intervención quirúrgica. / R. D.

08 de enero 2021 - 06:56

La lista de espera para una intervención quirúrgica, pese a todos los esfuerzos, se ha disparado en el Hospital Virgen del Rocío, donde 18.719 enfermos aguardan una operación y 5.402 personas acumulan más de un año de esperas para entrar en quirófano.

Los resultados de la gestión de las listas de espera, la adaptación de quirófanos y de los recursos humanos, la reorganización de los espacios hospitalarios y los acuerdos con la sanidad privada durante la pandemia han sido muy desiguales en las distintas áreas hospitalarias de Sevilla.

En el área Virgen del Rocío la lista de enfermos pendientes de una operación ha aumentado de manera drástica en el periodo analizado, de junio de 2019 a junio de 2020. Mientras que en el Hospital de Valme se ha logrado reducir el número de enfermos que aguardan una intervención quirúrgica, en el mismo periodo. El Valme atiende a una población de referencia de 400.000 habitantes, con municipios muy castigados por el coronavirus como Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Los Palacios o Morón.

El centro hospitalario considerado como el buque insignia de la sanidad andaluza, el Hospital Virgen del Rocío, ha sumado 2.841 pacientes a sus listas de espera en sólo un año, entre junio de 2019 y junio 2020, según los últimos datos publicados por el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Determinados procedimientos han aumentado de manera muy destacada como es el caso de los denominados “procedimientos sobre cristalino y cataratas”: si en junio de 2019 un total de 2.855 personas estaban inscritas en estas intervenciones; en junio de 2020 se contabilizaron 4.520 pacientes.

“La lista de espera causa un grave perjuicio a la población, porque priva a los pacientes de una asistencia sanitaria de calidad. Cuando el tiempo de espera llega a ser de meses o incluso años, equivaldría en la práctica a una denegación de la asistencia sanitaria”, advierte el presidente del Sindicato Médico de Sevilla, Rafael Ojeda.

La demora media para una intervención quirúrgica también se ha disparado en el Hospital Virgen del Rocío: si en junio de 2019 los enfermos esperaban una media 169 días; en junio de 2020 se disparó hasta acumular 259 días, 90 días más.

Estas demoras excesivas también afectan a los profesionales de la salud. El principal portavoz de los galenos sevillanos, el doctor Ojeda, subraya que las esperas “perjudican gravemente a los médicos, pues los obliga a trabajar bajo una gran presión, realizando jornadas maratonianas o prolongando su jornada laboral, y los expone a la presión de los pacientes que demandan una atención sanitaria más rápida”.

Las distintas medidas impulsadas desde la Consejería de Salud y desde los propios centros hospitalarios, entre las que destacan los conciertos con clínicas privadas para aligerar las listas de espera o los planes de contingencia, no han logrado frenar el aumento de las personas pendientes de una intervención quirúrgica en Sevilla, muy especialmente en el Hospital Virgen del Rocío.

Resultados muy desiguales en la gestión de la pandemia

El presidente de Sindicato Médico de Sevilla considera que los responsables del Hospital Virgen del Rocío deberían dar explicaciones: “Las causas de que el aumento de espera haya sido especialmente acusado en el hospital Virgen del Rocío deben ser diversas. Por una parte, muchos pacientes prefieren ser atendidos en este hospital y es posible que los recursos disponibles sean insuficientes, dado que en este centro se llevan a cabo las técnicas y tratamientos más complejos que existen en el momento actual. Sin embargo, resulta inevitable pensar que existe un problema de gestión en este centro. El actual equipo directivo de este centro debería dar explicaciones de las causas de estas diferencias”.

En otros puntos neurálgicos de la atención hospitalaria como es el Hospital de Valme, la gestión de los quirófanos, las propias listas de espera y los distintos dispositivos durante la pandemia, ha permitido a esta área hospitalaria reducir el número de pacientes en lista de espera para una intervención quirúrgica. Si en junio de 2019 eran 5.373 los pacientes en lista de espera quirúrgica, en junio de 2020 esta cifra bajó en 127 pacientes, al contabilizarse 5.246, según los mismos datos publicados por el SAS.

En el Hospital de Valme son 96 las personas que acumulan más de un año una intervención quirúrgica, según los últimos datos publicados; mientras que en 2019 eran 156.

La demora media para entrar en quirófano también ha crecido en el Hospital de Valme en el periodo analizado, pero el incremento ha sido más suave: los pacientes esperaban una media de 87 días en junio de 2019, mientras que en junio de 2020 esta espera aumentó hasta los 130 días, 43 jornadas más.

En el caso del Hospital Macarena, la lista de espera para una intervención quirúrgica ha crecido en 685 pacientes entre junio de 2019 y junio de 2020, al pasar de 12.121 pacientes a 12.806 durante ese periodo. La espera media también ha crecido en este hospital universitario pero de manera más suave en comparación al Hospital Virgen del Rocío: Si en junio 2019 los pacientes esperaban una media de 128 días en el Macarena, en el mismo mes de 2020 la espera media para una intervención quirúrgica creció hasta los 200 días, 72 días más.

Son 1.233 las personas que llevan esperando más de un año entrar en un quirófano del Hospital Macarena, mientras que en junio de 2019 se contabilizaron1.083.

Ante este panorama, el doctor Ojeda concluye que “las listas de espera son la manifestación quizás más llamativa de un problema crónico de nuestro sistema sanitario”, al incidir que Andalucía es “una de las comunidades con menor gasto sanitario de España, que es uno de los países con la sanidad peor financiada del mundo desarrollado. Esta infrafinanciación daña a la población privándola de una sanidad de calidad y a los profesionales, a los que obliga a cargar con las carencias del sistema”.

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