La mitad de líneas de Tussam tienen un déficit superior a la media de la empresa

Los viajeros de las 11 líneas que el Ayuntamiento pretende traspasar a la Junta para salvar su situación económica suponen un coste extra por viajero para las arcas municipales de entre 0,75 y 4,63 euros

Carlos Navarro Antolín

16 de diciembre 2009 - 05:03

Todas las líneas de Tussam son deficitarias desde el momento en que el viajero no abona en la práctica el precio real del viaje, sino una tarifa rebajada cuyo mantenimiento es posible por las aportaciones directas del Ayuntamiento. El consejo de administración de la empresa abordó en su sesión del lunes, precisamente, las "tarifas excesivamente bajas" como una de las causas del desequilibrio económico que padece la compañía. Incluso se citó la insuficiencia de las aportaciones municipales para salvar el descalabro actual de las cuentas, que cerraron 2008 con 58 millones de pérdidas. El último estudio exhaustivo sobre el coste real de los viajes revela que 19 de las 33 líneas en funcionamiento presentan un déficit superior al de la media. Entre ellas se encuentran las 11 líneas que Tussam pretende traspasar al Consorcio Metropolitano de Transportes: las seis nocturnas, las de barrios (B3, B4 y B5) y las números 5 y 36. Estas 11 líneas suponen un coste extra por viajero para Tussam de entre 0,75 y 4,63 euros. El traspaso de estas líneas a la Junta sería una de las medidas de choque para salvar la economía de la empresa, entre las que figuran la congelación de la plantilla, la no renovación de los contratos temporales, el reajuste de la oferta de determinadas líneas y la supresión de determinadas prestaciones internas y contribuciones económicas.

En la práctica, Tussam abona un extra de 0,63 euros de media por cada uno de sus viajeros para ajustar la diferencia entre lo que abona el usuario y el coste real del viaje, según el estudio denominado Metrómetro, un instrumento de trabajo interno elaborado hace poco más de un año para definir estrategias en materia de transporte urbano con el objetivo de hacer compatibles las líneas de Tussam con la línea 1 del Metro.

La empresa municipal paga entre 0,22 y 10 euros por cada viajero según la línea de la que se trate. La línea 2, que comunica la Barqueta con el barrio de Heliópolis, y la circular C4, que conecta los barrios de Triana y Los Remedios por la Ronda Histórica, son las menos gravosas, pues al Ayuntamiento sólo le cuesta cada usuario de ambas 0,22 euros.

La línea menos rentable para las arcas de la empresa es la C5, el microbús que recorre las calles del centro histórico que fue inaugurado para acallar las protestas de los comerciantes sobre las políticas de peatonalización. Cada viajero de esta línea supone un desembolso extra para Tussam de 10,25 euros. Se mantiene por estar considerada por los responsables de la compañía como una línea de carácter social, que funciona con vehículos eléctricos y que, por lo tanto, permite el fomento de la tecnología respetuosa con el medio ambiente.

Entre las líneas más deficitarias se encuentran las nocturnas, que deben ser subvencionadas por el Ayuntamiento con 4,63 euros por viajero. Una vez más, se trata de líneas consideradas sociales, que se mantienen activas a pesar de la baja demanda que registran. Otro ejemplo especialmente negativo es el de la línea B5, que conecta San Jerónimo con la Plaza de Armas, y que cada uno de sus viajeros requiere de un desembolso extra de 3,17 euros. Las de barrios B3 y B4 son especialmente gravosas para las arcas del Ayuntamiento al requerir subvenciones de 2,6 y 2,37 euros. Un caso especialmente llamativo es el de la línea 36, que comunica el Prado de San Sebastián con la Universidad Pablo de Olavide. Pese a los miles de estudiantes que acuden a diario al centro académico, presenta un déficit de 1,28 euros por viajero. La línea 5, otra de las propuestas para su traspaso, registra también un déficit superior a la media (-0,75 euros).

menos absentismo

Por otra parte, Tussam aseguró ayer que el absentismo laboral se ha reducido de forma "notable y progresiva" durante 2009, tras alcanzar en años anteriores cuotas máximas superiores al 8%. Los datos revelan que el absentismo del total de la plantilla es del 7,11%, mientras que del total de conductores llega al 7,25%. Las cifras del primer semestre del año pasado superaban el 8%, llegando hasta el 8,48% que se alcanzó en abril de ese mismo año. La bajada total del absentismo supone un descenso del 15%.

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