Un libro recoge la catalogación completa de toda la obra residencial de Aníbal González

Más de 180 viviendas componen esta obra de la aparejadora Noelia Chaves

La falta de protección arruina las viviendas de Aníbal González

José María Cabeza, aparejador y premio nacional de Edificación; José Manuel Flores, presidente del Colegio de Aparejadores de Sevilla y Noelia Chaves, autora del libro.
José María Cabeza, aparejador y premio nacional de Edificación; José Manuel Flores, presidente del Colegio de Aparejadores de Sevilla y Noelia Chaves, autora del libro. / Juan Carlos Muñoz
R. S.

14 de julio 2022 - 11:48

Aníbal González. Catalogación de su obra residencial es el título del libro editado por la Fundación Aparejadores, ente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla y presentado ayer en la sede del mismo por el aparejador José María Cabeza, Premio Nacional de Edificación.

La obra que se publica es la tesis realizada entre 2012 y 2016 por la aparejadora Noelia Chaves. Este libro ha sido coordinado por el aparejador Francisco de Jesús Pareja y recoge 180 viviendas mayoritariamente situadas en Sevilla, aunque también con referencias a otras que se encuentran en localidades como Jaén, Granada, Aracena, Villanueva de la Serena o Huelva. Asimismo, la obra da cuenta de otras 12 viviendas que aunque todos los indicios apuntan a que son de Aníbal González, no existe la seguridad completa que sean obras del conocido arquitecto.

El presidente de los Aparejadores de Sevilla, José Manuel Flores, señaló que “es una obra de suma importancia para conocer más de cerca la obra residencial de Aníbal González, ya que es la primera vez que se ha cerrado un inventario completo de toda esta obra residencial, así como avala el compromiso social y profesional del Colegio de Aparejadores de Sevilla en la investigación y el estudio del patrimonio”. Por su parte, José María Cabeza destacó en la presentación de la obra que se trata “de un trabajo fundamental para los aparejadores, para nuestra profesión, ya que se detallan los sistemas constructivos y los materiales empleados en estas edificaciones”.

Según Noelia Chaves “en Sevilla conocemos casi exclusivamente al Aníbal González que levantó la Plaza de España o la Plaza de América, quizás dos de los mayores iconos artísticos de la ciudad, pero en este trabajo me he querido centrar en su obra más numerosa y también más desconocida: la obra residencial”. La importancia de este libro reside en que se trata de un catálogo completo en el que se lleva a cabo una lectura transversal de todos los casos analizados, pudiéndose extraer patrones sobre la ubicación de las obras, el diseño, los materiales, los sistemas constructivos, así como su protección y el estado actual de conservación.

“A Aníbal González -apunta la autora del libro- no podemos ni mucho menos encasillarlo como un arquitecto únicamente regionalista, ya que su estilo evolucionó a lo largo de los años. En sus inicios, era un arquitecto inquieto y comprometido con los lenguajes arquitectónicos de vanguardia. Tuvo una primera etapa modernista que, aunque es menos reconocida, cuenta con ejemplos como las viviendas de la calle Alfonso XII para los hermanos Montoto. Posteriormente iría evolucionando hacia el regionalismo, su estilo más reconocido”.

Otra de las novedades que presenta este libro editado por la Fundación Aparejadores es que viene acompañado de una memoria usb que permite navegar por cada provincia, donde aparecen las viviendas que existen en cada una de ellas. Presenta de cada obra la ficha de catalogación con los datos históricos, ornamentales, características de la vivienda, reformas realizadas y grado de conservación.

Según intuye Noelia Chaves, “Aníbal González podría ser una persona tímida, introvertida pero amante de su profesión, y sobre todo concienciado en no hacer una diferenciación de clases sociales a la hora de diseñar las prestaciones en sus obras residenciales. No hay que olvidar que diseñó una gran cantidad de viviendas sociales y que, como él mismo repetía en sus diarios personales, siempre debían cumplir unos cánones básicos de salubridad. Quizás este es uno de los motivos por los que pueda entenderse que falleció siendo pobre, ya que estaba más centrado en realizar su obra para la ciudad, como por ejemplo las denominadas Viviendas para obreros o la inconclusa Basílica de la Inmaculada Milagrosa que en su propio beneficio económico”.

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