En libertad los dos detenidos después del desalojo
desalojo de la corrala utopía
El juez le imputa los cargos de atentado a agente de la autoridad y desobediencia.
El juez dejó este lunes en libertad con cargos a los dos detenidos relacionados con la Corrala Utopía, a los que imputa los delitos de atentado a agente de la autoridad y resistencia y desobediencia. Ambos jóvenes fueron arrestados el domingo en incidentes posteriores al desalojo, que transcurrió de manera pacífica. Ninguno de los dos detenidos estaba entre las 25 personas que fueron expulsadas de la Corrala la mañana del domingo.
El primero de los arrestados fue un joven que propinó un empujón a un policía cuando intentaba cortar el tráfico de la Ronda Norte, una vez consumado el desalojo. Antes, este mismo joven había mordido en la mano a un agente cuando varios manifestantes se sentaron en mitad de la calzada en señal de protesta. Por ello se le imputa un delito de atentado a agente de la autoridad. El movimiento 15-M defiende que simplemente se encaró con los agentes y que llamó "sabandija" a uno de ellos.
El segundo de los detenidos fue arrestado en las inmediaciones de la Catedral de Sevilla, donde varios manifestantes trataron de encerrarse a primera hora de la tarde del domingo, en señal de protesta por el desalojo ocurrido horas antes. Los manifestantes intentaron entrar en la Catedral haciéndose pasar por turistas, pero el servicio de seguridad privada del templo metropolitano se percató de ello y avisó a la Policía Nacional. Este hombre se habría negado a abandonar la Catedral, como le ordenaban los agentes, y fue detenido por ello.
Fueron los únicos incidentes de una jornada que transcurrió de manera pacífica. El desalojo fue modélico para la Policía, que supo elegir el momento idóneo para llevar a cabo la intervención. Lo hizo cuando sólo estaban en el interior de la Corrala las nueve familias que quedaban y no había nadie de la red de apoyo ni ningún miembro de colectivos antisistema que pudiera haber provocado alguna situación violenta. A éstos les sorprendió el desalojo cuando ya no podían acceder al bloque porque un fuerte cordón policial se lo impedía.
Nadie esperaba que la orden judicial de desalojo se ejecutara el domingo pasado, en mitad de las negociaciones abiertas entre el Ayuntamiento, la Junta e Ibercaja para darle una solución al problema. Prueba de ello es que sólo en un bloque estaban colocados los mecanismos de seguridad para que la Policía no abriera las puertas, formados por puntales de obra y gavillas como se muestra en la fotografía. La Policía también halló dentro unos adoquines acumulados en un cuarto, que nadie usó ni intentó usar.
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