La lavandería de San Juan de Dios da empleo a 44 personas con discapacidad

El centro especial de empleo logra burlar la crisis, pese a mantener pagos pendientes de cobrar de la Junta desde 2012. Cada día 6.000 kilos de ropa limpia sale de la planta.

Dos operarios en la zona de planchado en la lavandería de la Ciudad San Juan de Dios en Alcalá de Guadaíra.
Dos operarios en la zona de planchado en la lavandería de la Ciudad San Juan de Dios en Alcalá de Guadaíra.
Noelia Márquez

20 de diciembre 2015 - 05:03

La lavandería industrial que la orden hospitalaria San Juan de Dios mantiene en Alcalá de Guadaíra da empleo estable a 44 personas que sufren un alto grado de discapacidad intelectual. Cada día salen de esta planta en torno a 6.000 kilos de ropa limpia que tienen como destino los cinco hospitales que la orden hospitalaria mantiene en Andalucía: Córdoba, Granada, Jerez, y Sevilla (Nervión y Aljarafe); así como de la Ciudad San Juan de Dios en Alcalá, un complejo integrado por un colegio de educación especial, un centro de día y una residencia para personas con discapacidad severa, además de la lavandería.

Los camiones cargados de sábanas, toallas y pijamas salen cada madrugada, a las tres, después de un proceso de limpieza en el que trabaja una plantilla procedente, en su mayor parte, del centro de educación especial ubicado en la propia ciudad San Juan de Dios de Alcalá. "Con la lavandería terminamos un círculo que comenzamos en el colegio, ya que el objetivo es ofrecer una oportunidad a personas con gran discapacidad intelectual, las que más dificultades sufren a la hora de encontrar un trabajo", explica Esaú Pérez, gerente de la ciudad San Juan de Dios en Alcalá. A medida que avanzan la Medicina y la atención a graves problemas de salud ha aumentado la esperanza de vida de niños que sufren alta discapacidad. "Los niños crecen y sus padres, principales cuidadores, envejecen y van perdiendo capacidad para cuidarlos cuando llegan a la edad adulta. La lavandería es una oportunidad para ellos y para sus familias", añade el responsable. La crisis y los recortes también han llegado a esta lavandería, que mantiene pagos pendientes de cobrar de la Junta de Andalucía desde 2012. Pese a ello, el centro especial de empleo ha logrado sortear las dificultades gracias al esfuerzo de la orden hospitalaria. Concretamente, esta lavandería está pendiente de las cuantías correspondientes al último cuatrimestre de 2012 y a todo el año 2013. Antes de finales de año este centro de empleo espera recibir fondos correspondientes a 2014.

La obra social, con la celebración de eventos y a través de donativos, ha permitido afrontar los años de crisis a esta lavandería industrial con un claro perfil social. "Aunque se ha recortado mucho, la solidaridad ha aumentado en los últimos años", asevera Pérez.

Más allá de la generosidad de personas anónimas que ofrecen sus donativos a los que más lo necesitan, la lavandería de San Juan de Dios funciona sin pérdidas. "En la plantilla, más del 70% de los trabajadores pueden tener un grado de discapacidad intelectual superior al 50%, y, como en cualquier empresa, buscamos la rentabilidad", explica Ernesto Ollero, jefe de producción de la lavandería.

Pocos minutos en esta planta de lavandería bastan para percibir que todo funciona casi a la perfección. Mediante tareas sencillas y rutinarias los operarios se afanan en su puesto de trabajo con disciplina. "Adaptamos el puesto a las capacidades de cada trabajador teniendo en cuenta que padecen una elevada discapacidad", añade el responsable de la lavandería. Como una cadena de producción más, el proceso comienza con la clasificación de la ropa sucia que llega desde los distintos hospitales. Tras pasar por 13 lavadoras, el proceso sigue con el planchado y, de nuevo, la clasificación. Todo queda limpio, empaquetado y ordenado para que a las tres de la mañana los camiones partan hacia los distintos centros hospitalarios que gestiona la orden San Juan de Dios.

Entre sus trabajadores, José Manuel Lara, de 32 años, explica con una enorme sonrisa que disfruta de un contrato fijo en la lavandería. Su nómina es el único ingreso que entra en su familia desde que su padre, que se dedicaba a la construcción, perdiera el trabajo. Su caso es un ejemplo de superación.

"Mis padres fallecieron y aquí encontré el cielo abierto"

Antonio Suárez lleva trabajando siete años en la lavandería industrial de San Juan de Dios. "Fallecieron mis padres y me quedé solo, de modo que vi el cielo abierto cuando me dieron un puesto de trabajo aquí", explica. Natural de Alcalá de Guadaíra, este hombre se dedicaba a la construcción pero perdió gran parte de la visión por un severo problema de salud que le afectó a la médula. "Estando en el andamio me quedé sin visión. Me colocaron una válvula en la espalda", recuerda. Antonio y su compañera sentimental ayudan a una familia procedente de la India sin recursos. "Los padres son temporeros y tienen un niño de tres meses que no tenía ni ropa. Nosotros también somos solidarios", añade. Su puesto de trabajo, como los de sus 43 compañeros, depende en gran medida de subvenciones. La Junta adeuda cuantías a esta lavandería desde 2012.

Una cadena industrial nutrida por la solidaridad

La lavandería industrial ubicada en la ciudad de San Juan de Dios en Alcalá de Guadaíra comenzó a funcionar en 2002. El hermano Germán Moreno, coordinador de los centros de trabajo de la orden hospitalaria, recuerda que el proyecto surgió cuando se ejecutaban trabajos para construir el Hospital del Aljarafe. "Comprobamos que la lavandería ocupaba mucho espacio que podía destinarse a la asistencia, así que pensamos crear un centro para dar empleo a personas con discapacidad". La filosofía de la orden hospitalaria es atender y dar una oportunidad a las personas que más dificultades sufren. Actualmente en la ciudad de Alcalá están escolarizados 181 alumnos en el centro especial y 40 usuarios acuden al centro de día. La orden también cuenta con una casa tutelada en Alcalá.

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