Así son los kerambit, los cuchillos utilizados por el agresor del hospital de Valme
Son armas blancas de hoja curva, de origen filipino, que pueden comprarse fácilmente por internet
El presunto autor de la agresión a tres vigilantes y un celador pasará este jueves a disposición judicial
Unos cuchillos de hoja curva de origen filipino, los llamados kerambit, fueron las armas blancas empleadas por el presunto agresor del Hospital Virgen de Valme. Un paciente psiquiátrico de 32 años atacó con dos cuchillos de este tipo a tres vigilantes de seguridad y a un celador, que resultaron heridos en el incidente. Uno de los vigilantes sufrió un corte muy profundo en la espalda, pero finalmente los empleados de seguridad pudieron reducir al paciente y engrilletarlo, para que lo sedaran y pudiera detenerlo después la Policía Nacional.
Este tipo de armas blancas no son muy frecuentes en Sevilla, y suelen usarse en artes marciales. De hecho, cuando alguna vez se han intervenido, casi siempre ha sido a personas de origen latinoamericano. No es el caso del presunto agresor de Valme, que es de nacionalidad española. Aunque está prohibido portar este tipo de armas, su venta es legal. Es más, pueden adquirirse a bajo precio por internet. En Aliexpress pueden encontrarse por diez euros y en Amazon los hay desde doce.
El kerambit, también llamado cola de camarón, proviene de las culturas filipinas, indonesia y malaya, donde se la relaciona con el poder del tigre al tener forma de garra. Antes de usarse como armas fueron herramientas agrícolas. Aunque hay muchos tipos y modelos, estas armas tienen un común una hoja curva afilada, que suele ser de doble filo. A veces, como en el caso de los empleados por el agresor de Valme, tienen anillos para introducir el dedo índice.
En Occidente el kerambit se utiliza para artes marciales como el kali filipino. La mayoría de las dagas de este tipo que se comercializan en España son de una modalidad de hoja corta, que puede ser plegable. Está considerado como un cuchillo táctico de combate y es capaz de infligir graves heridas, que pueden llegar a ser mortales. De hecho, su hoja curva se adapta especialmente a zonas vulnerables del cuerpo, como el cuello.
El hombre de 32 años que protagonizó esta agresión llevaba ocultos los kerambit en sus bolsillos, y los sacó después de que la psiquiatra ordenara su ingreso involuntario. Llevaba varias horas en urgencias. Acudió sobre las tres de la tarde y no fue visto hasta casi las nueve de la noche. "Yo no me quedo aquí", dijo tras pasar consulta, y acto seguido sacó las armas, según el relato de los hechos que ayer hizo el Sindicato de Trabajadores de Seguridad de Andalucía (STS-A).
Tras sacar las armas, comenzó a moverlas de izquierda a derecha hacia la posición de los vigilantes de seguridad, para poder escapar. En las maniobras para reducirlo y engrilletarlo, los trabajadores sufrieron varios cortes en los brazos, el pecho y la espalda. Ante la gran cantidad de sangre que empezó a salir de las heridas de los vigilantes, dos celadores acudieron a auxiliar a los vigilantes. Uno de ellos también fue herido por el paciente.
El sindicato constata que la psiquiatra estuvo en todo momento a salvo. También destaca que, a la llegada de la Policía Nacional, el paciente ya estaba en observación, sedado e inmovilizado, como marca el protocolo. Quedó a disposición de la Policía Nacional. Pasó la noche del martes al miércoles ingresado en el área de Salud Mental y por la mañana recibió el alta médica. Fue trasladado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, desde donde está previsto que pase la tarde de este jueves a disposición judicial.
Los trabajadores de seguridad denunciaron la falta de equipos de protección individual (EPI), como chalecos y guantes anticortes y antipunzón. Los que los tienen, se los han comprado ellos mismos de su bolsillo. El sindicato recordó que en otra ocasión, los vigilantes tuvieron que reducir a un individuo que accedía al área de urgencias con un cuchillo jamonero, con la intención de agredir al personal sanitario.
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