Juego de Tronos da lustre a las Atarazanas
patrimonio | el desbloqueo del edificio está próximo tras el acuerdo entre la junta y adepa
La serie de la HBO sitúa una escena del segundo capítulo de la nueva temporada en el astillero medieval
La mayoría de los sevillanos han podido así ver el edificio por vez primera
Mediado el capítulo 2 de la séptima temporada de Juego de Tronos (Atención, spoiler. Si no lo ha visto aún y tiene intención de hacerlo, comience la lectura a partir del párrafo siguiente), el ex maestre Qyburn lleva a la reina Cersei a un sótano de Desembarco del Rey. Existe cierta preocupación ante el poderío del enemigo, capitaneado por Danaerys y sus tres dragones. El ex maestre tranquiliza a la soberana Lannister enseñándole un arma poderosa, una ballesta gigante, que se guarda en una especie de catacumba o almacén subterráneo. En ese espacio hay también varios esqueletos de dragones, quizás dejados como recuerdo. La escena es oscura y sólo las antorchas colgadas en las paredes la iluminan. Todo transcurre en poco más de un minuto, tiempo suficiente para distinguir unos gruesos arcos de ladrillo y unas inconfundibles bóvedas apuntadas. Son las Reales Atarazanas de Sevilla, el astillero medieval mejor conservado del mundo, convertido en la serie de la HBO en el sótano que guarda el arma definitiva contra los dragones de Daenerys de la Tormenta.
(Fin del spoiler). La compleja situación que atraviesan las Atarazanas y la falta de voluntad política para alcanzar un acuerdo sobre el edificio en todos estos años ha provocado una triste paradoja: que la mayoría de los sevillanos hayan visto por primera vez en sus vidas este histórico edificio por televisión y gracias a una serie norteamericana. En los últimos años, sólo los nazarenos de Las Aguas habían podido disfrutar de este privilegio, pues las Atarazanas se han cedido en varias ocasiones para formar la cofadía ante la escasez de espacio en la cercana capilla de la calle Dos de Mayo.
La aparición en Juego de Tronos debe suponer el espaldarazo definitivo para que el edificio pueda ser visitado y disfrutado por los ciudadanos cuanto antes. El primer capítulo de la séptima temporada fue visto en directo por más de diez millones en el mundo y en diferido por otros 16 millones. El segundo capítulo, aunque aún no se conocen los datos, tendrá una audiencia parecida. El arranque de la nueva temporada ha batido todos los récords. Ese tirón debe aprovecharse de alguna forma. ¿Por qué no una exposición en las Atarazanas sobre Juego de Tronos y sus localizaciones en Sevilla? ¿Por qué no una cabeza de dragón y una ballesta como las que salen en la escena para que los visitantes puedan fotografiarse con ellas?
La serie se ha rodado en temporadas anteriores en el Alcázar y en Osuna y en ésta también lo ha hecho en Itálica, en una escena que todavía no ha salido. Todos los capítulos están disponibles en HBO España y el tercero de la séptima temporada se emite a las tres de la madrugada del domingo al lunes y queda disponible a partir de esa hora en la plataforma de la cadena estadounidense. Para el rodaje de la que será la última temporada, la octava, ya ha trascendido que HBO ha solicitado a la Junta poder volver a rodar escenas en las Atarazanas y en Itálica. Los creadores de la serie, por tanto, han debido quedar encantados con las posibilidades de un edificio que se fundó hace casi ochocientos años.
El astillero estuvo operativo entre los siglos XIII y XV. En él se construyeron las galeras utilizadas por la Corona de Castilla para el control marítimo del Estrecho de Gibraltar y también las empleadas en la Guerra de los Cien Años. Cuentan las crónicas que veinte de estos barcos, propulsados por unos 150 remeros, remontaron el Támesis y quemaron los arrabales de Londres. Una expedición que sin duda bien valdría otra serie de televisión histórica. Con el paso de los siglos, las Atarazanas dejaron de ser un astillero y se convirtieron en almacenes comerciales.
Del edificio original se conservan 7 de las 17 naves que lo componían. En 1969 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). En 1993 pasó a ser propiedad de la Junta, que hizo obras de rehabilitación. En 2009 la Junta cedió el edificio a La Caixa por un periodo de 75 años, para que la caja de ahorros construyera en él el Caixafórum. Cuatro años después, la Caixa informó de que se llevaría su centro cultural a la Torre Sevilla y se inició así un litigio que a día de hoy continúa y mantiene las Atarazanas cerradas al público. La entidad financiera anunció que aportaría diez millones de euros a otro proyecto cultural -inicialmente el del Caixafórum tenía un presupuesto de 25 millones- diseñado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
La Asociación de Defensa del Patrimonio (Adepa) llevó la licencia de obra a los tribunales al considerar que el proyecto no se ajustaba a los parámetros de la norma. El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 9 de Sevilla suspendió cautelarmente el permiso.
El bloqueo parece próximo a su fin, al menos si se tienen en cuenta las declaraciones que hizo el pasado viernes el consejero andaluz de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, en una entrevista con Canal Sur. "Si todo va bien y se logra armonizar la posición de las tres partes involucradas, las obras del proyecto de restauración de las Reales Atarazanas podrían comenzar a mitad de 2018", expuso el consejero. Esta misma semana, la Junta y la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) han llegado a un principio de acuerdo para resolver el conflicto tras negociar una serie de modificaciones del proyecto. Falta ahora la firma del mecenas de la obra, La Caixa. El impulso de Juego de Tronos debe ser el acicate definitivo para salir del bloqueo.
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