"Quería ser misionero católico, pero pensé que siendo médico podría ayudar mucho más"

Juan Luis Rodríguez García. Mejor médico de familia de España según Doctoralia

Repetir el galardón por segundo año es para este sevillano "un extra de motivación" para ejercer la "mejor profesión que existe" y para la que, asegura, "no existen fórmulas secretas mágicas"

Cinco médicos de Sevilla, entre los mejor valorados de España

El médico Juan Luis Rodríguez García, mejor valorado de España en Medicina General, Familiar y Comunitaria y Geriatría.
El médico Juan Luis Rodríguez García, mejor valorado de España en Medicina General, Familiar y Comunitaria y Geriatría. / M. G.

El sevillano Juan Luis Rodríguez García es el mejor médico de familia, general y comunitaria de España. Así lo ratifica el premio que le otorgó el mes pasado la plataforma Doctoralia, que cada año designa a los especialistas mejor valorados del país tras las votaciones de los pacientes y sus propios compañeros de profesión. Han pasado ya varias semanas desde que recibió el mensaje que así se lo notificaba. Reconoce que aún sigue asimilándolo con "emoción, gratitud y responsabilidad". Y es que, ser el número uno en una profesión que no atraviesa su mejor momento por un cúmulo de circunstancias no es fácil, pero el doctor Rodríguez García tiene el honor de repetir el nombramiento que ya recibió en 2021. "No existe ninguna fórmula secreta mágica", reconoce. "Sentirte valorado es un extra de ilusión y motivación", admite.

–Ha sido elegido como el médico especialista mejor valorado de España, por segundo año consecutivo, tanto por pacientes como por compañeros de profesión en Medicina General; Medicina Familiar y Comunitaria; y Geriatría. ¿Qué representa para usted semejante reconocimiento?

–Es un estímulo tremendo para ejercer una profesión que ya no necesitaba de más, pero sí añade un extra de ilusión y motivación. También te aclara y despeja las dudas que puedas tener, aunque fuesen mínimas, sobre cómo seguir enfocando y desarrollando la consulta médica, aunque como en todo, no exista la fórmula para contentar a todo el mundo. En resumen, no se trata de ninguna fórmula secreta mágica, es: aunar el amor por la personas, sin las que no tiene sentido ejercer Medicina; disfrutar manteniendo un aprendizaje y estudio continuos; dedicar en cada consulta lo que el paciente precisa, con las explicaciones y aclaraciones que resulten necesarias, sin transmitir prisas ni impaciencia; y de una forma empática, incluyendo el ajuste que sea necesario para ser entendido por el paciente sobre la situación que estamos abordando y la estrategia para solventarla. A la postre, el resultado , mejoría o curación continúan reforzando el vínculo médico-paciente.

–¿Medico por vocación? ¿Siempre tuvo claro que era su destino profesional?

–Quería ser misionero católico, pero pensé que siendo médico podría ayudar mucho más. Al final Dios tiene sus planes. Me he casado y tengo tres hijos y sigo conviviendo en sociedad y buscando, como puede hacer cualquiera, formas y situaciones de ayudar al prójimo.

–¿Tuvo algún referente familiar médico?

–Pues sí. Y los tengo muy presentes, mas aún cuando se producen reconocimientos así. Daría lo que fuera porque mi padre, Juan Luis (profesor, Licenciado en Químicas); mi madre Maria Dolores; mi abuelo Gabriel Villagómez (Coronel Ingenieros); y el resto de familiares que me esperan en el Cielo disfrutasen del momento que estoy atravesando gracias a ellos. Mi tío Lorenzo, resultó clave en mi admiración por la Medicina. Daba la sensación de saberlo todo, siempre tenia respuestas. Y mi tío Luis Iglesias, médico de Atención Primaria, como yo, me ayudó a convencer a mi padre, que era algo reticente, a que me dedicase a la Medicina.

–Actualmente no ejerce en la Sanidad Publica…

–Es cierto. Sí estuve trabajando en ella. Pero ahora estoy trabajando en un Hospital Privado que es referencia nacional, el Hospital de Fátima (Instituto Médico de Carmona). Es para sentirse afortunado, tanto por trabajar en el Hospital de Fátima como por hacerlo en Carmona, donde soy uno más desde hace dos décadas y me siento en mi casa, carmonense.

–¿Qué opinión le merece la situación actual de la Atención Primaria en el sistema público de salud? ¿Usted diría que los problemas vienen de largo?

–Creo que ha habido una planificación que no ha salido bien, en la que no había equilibrio entre las jubilaciones y los nuevos médicos. Luego otros problemas, como la diferencia con otros países, en ciertos aspectos, han provocado también bastante fuga de médicos españoles buscando estabilidad. En la sanidad privada, aglutinados en Unipromel, donde animo a los médicos privados a sumarse, también estamos reivindicando un consenso justo con las compañias aseguradoras, que promueva la funcionalidad de hospitales, centros médicos y consultas privadas.

–¿Qué imagen cree que tiene la gente del médico en general?

–Creo que mantiene bastante respeto. Pero, de igual forma que le sucede a los profesores, por ejemplo, nos van repercutiendo poco a poco los cambios sociales. La juventud ahora se comporta diferente y, aunque no se puede generalizar, la gente mas madura te trata con la máxima consideración. A los jóvenes hay que ganárselos bajando a su terreno. Tampoco todos los médicos son apreciados y respetados de igual forma.

–¿Cree que hay comprensión por parte de los pacientes?

–Nunca llueva a gusto de todos, cada cual tiene su personalidad. Hay quien agradece las explicaciones y la dedicación en consulta. Pero también los que viven en el mundo de la ansiedad y la prisa, y prefieren una consulta rápida a las explicaciones. Cuando las conoces, los tratas como demandan, dentro de unos limites de sentido común.

– En el examen MIR del año pasado se quedaron sin cubrir, por primera vez, mas de 200 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria. ¿Ve motivadas a las nuevas generaciones?

–Influyen muchos factores. Tras tantos años de estudio para logrear la Licenciatura en Medicina y Cirugía, es complicado afrontar cuatro años más en precariedad salarial. También pueden quedar plazas vacantes muy alejadas de tu localidad. E, incluso, hay comunidades autónomas donde exigen la lengua local, que si desconoces, no puedes hacer la especialidad en castellano.

–Con todo esto, tras tantos años de estudio y desarrollo profesional. ¿Qué balance hace?

–Pues sigo pensando que es la profesión mas hermosa que existe, que si volviese al punto de partida la volvería a elegir. Siento vocación y devoción por la Medicina. No puedo imaginarme ni pensarme trabajando o ejerciendo en cualquier otra profesión.

–Alguna anécdota que le haya llamado la atención especialmente….

–Sí, de todo tipo. Pero las mas emotiva sucedió en atención de Urgencias hace casi veinte años, en un accidente de trafico, con un niño de cuatro años en una situación muy complicada. Dios me tuvo que ayudar para que aquella asistencia tuviera un final feliz. En posteriores visitas que realicé al pequeño en su casa, para animarlo e ir comprobando su evolución, su madre, siempre preguntaba con insistencia que podía regalarme como agradecimiento. Qué más agradecimiento podía tener que ver al niño sano sonriendo. En ningún caso le pediría ningún regalo, pero además vivían en una casa y circunstancias de humildad extremos. Así que ante la insistencia de la madre, un día se me ocurrió de momento, que sería un christmas con una dedicatoria y sus nombres, para poder llevarlos conmigo y recordarlos siempre. Al principio no parecía la madre muy convencida, a lo cual le expliqué que una caja de mantecados o una botella de vino, se terminan, y se tiran la caja y la botella, y me quedaría sin el recuerdo. La sorpresa fue desmedida, se corrió la voz por todo el pueblo (de menos de mil habitantes) y cada día me regalaban varios christmas, con unos escritos que ponían la piel de gallina, con el nombre de la persona que me lo regalaba, tal como la pedí a aquella madre. Me invadieron la casa de christmas. Los coloqué por toda la casa. Cada uno que recibía era más que emotivo y cariñoso. No puedo contarlo sin emocionarme. Sin tenerlo desde luego previsto, lo convertí, en mi particular tradición, y cada Navidad espero los christmas de mis pacientes. Aunque la trayectoria de cualquier médico esta lleno de anécdotas, en mi caso particular me quedo con ésta.

Cristina Valdivieso

El sevillano Juan Luis Rodríguez García es el mejor médico de familia, general y comunitaria de España. Así lo ratifica el premio que le otorgó el mes pasado la plataforma Doctoralia, que cada año designa a los especialistas mejor valorados del país tras las votaciones dre los pacientes y sus propios compañeros de profesión. Han pasado ya varias semanas desde que recibió el mensaje que así se lo notificaba. Reconoce que aún sigue asimilándolo con “emoción, gratitud y responsabilidad”.Y es que, ser el número uno en una profesión que no atraviesa su mejor momento por un cúmulo de circunstancias no es fácil, pero el doctor Rodríguez García tiene el honor de repetir el nombramiento que ya recibió en 2021. “No existe ninguna fórmula secreta mágica”, reconoce. “Sentirte valorado es un extra de ilusión y motivación”, admite.

–Ha sido elegido como el médico especialista mejor valorado de España, por segundo año consecutivo, tanto por pacientes como por compañeros de profesión en Medicina General; Medicina Familiar y Comunitaria; y Geriatría. ¿Qué representa para usted semejante reconocimiento?

–Es un estímulo tremendo para ejercer una profesión que ya no necesitaba de más, pero sí añade un extra de ilusión y motivación. También te aclara y despeja las dudas que puedas tener, aunque fuesen mínimas, sobre cómo seguir enfocando y desarrollando la consulta médica, aunque como en todo, no exista la fórmula para contentar a todo el mundo.

–¿Medico por vocación? ¿Siempre tuvo claro que era su destino profesional?

–Quería ser misionero católico, pero pensé que siendo médico podría ayudar mucho más. Al final Dios tiene sus planes. Me he casado y tengo tres hijos y sigo conviviendo en sociedad y buscando, como puede hacer cualquiera, formas y situaciones de ayudar al prójimo.

–¿Tuvo algún referente familiar médico?

–Pues sí. Y los tengo muy presentes, mas aún cuando se producen reconocimientos así. Daría lo que fuera porque mi padre, Juan Luis (profesor, Licenciado en Químicas); mi madre Maria Dolores; mi abuelo Gabriel Villagómez (Coronel Ingenieros); y el resto de familiares que me esperan en el Cielo disfrutasen del momento que estoy atravesando gracias a ellos. Mi tío Lorenzo, resultó clave en mi admiración por la Medicina. Daba la sensación de saberlo todo, siempre tenia respuestas. Y mi tío Luis Iglesias, médico de Atención Primaria, como yo, me ayudó a convencer a mi padre, que era algo reticente, a que me dedicase a la Medicina.

–Actualmente no ejerce en la Sanidad Publica…

–Es cierto. Sí estuve trabajando en ella. Pero ahora estoy trabajando en un Hospital Privado que es referencia nacional, el Hospital de Fátima (Instituto Médico de Carmona). Es para sentirse afortunado, tanto por trabajar en el Hospital de Fátima como por hacerlo en Carmona, donde soy uno más desde hace dos décadas y me siento en mi casa, carmonense.

–¿Qué opinión le merece la situación actual de la Atención Primaria en el sistema público de salud? ¿Usted diría que los problemas vienen de largo?

–Creo que ha habido una planificación que no ha salido bien, en la que no había equilibrio entre las jubilaciones y los nuevos médicos. Luego otros problemas, como la diferencia con otros países, en ciertos aspectos, han provocado también bastante fuga de médicos españoles buscando estabilidad. En la sanidad privada, aglutinados en Unipromel, donde animo a los médicos privados a sumarse, también estamos reivindicando un consenso justo con las compañias aseguradoras, que promueva la funcionalidad de hospitales, centros médicos y consultas privadas.

–¿Que imagen cree que tiene la gente del médico en general?

–Creo que mantiene bastante respeto. Pero, de igual forma que le sucede a los profesores, por ejemplo, nos van repercutiendo poco a poco los cambios sociales. La juventud ahora se comporta diferente y, aunque no se puede generalizar, la gente mas madura te trata con la máxima consideración. A los jóvenes hay que ganárselos bajando a su terreno.Tampoco todos los médicos son apreciados y respetados de igual forma.

–¿Cree que hay comprensión por parte de los pacientes?

–Nunca llueva a gusto de todos, cada cual tiene su personalidad. Hay quien agradece las explicaciones y la dedicación en consulta. Pero también los que viven en el mundo de la ansiedad y la prisa, y prefieren una consulta rápida a las explicaciones. Cuando las conoces, los tratas como demandan, dentro de unos limites de sentido común.

– En el examen MIR del año pasado se quedaron sin cubrir, por primera vez, mas de 200 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria. ¿Ve motivadas a las nuevas generaciones?

–Influyen muchos factores. Tras tantos años de estudio para logrear la Licenciatura en Medicina y Cirugía, es complicado afrontar cuatro años más en precariedad salarial. También pueden quedar plazas vacantes muy alejadas de tu localidad. E, incluso, hay comunidades autónomas donde exigen la lengua local, que si desconoces, no puedes hacer la especialidad en castellano.

–Con todo esto, tras tantos años de estudio y desarrollo profesional. ¿Qué balance hace?

–Pues sigo pensando que es la profesión mas hermosa que existe, que si volviese al punto de partida la volvería a elegir. Siento vocación y devoción por la Medicina. No puedo imaginarme ni pensarme trabajando o ejerciendo en cualquier otra profesión.

stats