Juan Gallardo, médico en activo con 68 años: "Cuando empecé sobraban médicos y ahora faltan"

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El facultativo lleva 39 años ejerciendo la medicina, los últimos cinco en el centro de salud Virgen de África, y forma parte de la nómina de profesionales sanitarios que, cumplida la edad de jubilación, continúan a pie de consulta

Los centros de salud de Sevilla afrontan el verano con 67 plazas médicas sin cubrir

Juan Gallardo, en su consulta en el centro de salud Virgen de África.
Juan Gallardo, en su consulta en el centro de salud Virgen de África. / M. G.

Tiene 68 años bien llevados y 39 de ellos viendo pacientes. Se siente útil. "No hay nada más satisfactorio que poder seguir realizando mi trabajo". Juan Gallardo atiende la llamada de este periódico en su consulta en el centro de salud Virgen de África, donde llegó hace cinco años tras su paso por el ambulatorio del Cerro del Águila, por Chipiona, la Sierra de Aracena, Extremadura, e, incluso Angola. Tenía que haberse jubilado hace ahora algo más de dos años, pero sigue al pie del cañón. Cuenta que la parte económica pesa, "por supuesto", pero, sobre todo, el amor a su profesión. "Me gusta lo que hago, estoy bien en el centro de salud y que estoy y creo que soy todavía útil para la sociedad", afirma.

En lo económico, este médico explica que, aunque en un primer momento, las condiciones de las prorrogas por seguir sirviendo al sistema sanitario publico le resultaban muy beneficiosas, un cambio aplicado por el Ministerio de Sanidad, restó atractivo a la oferta económica de aquellos que deciden continuar ejerciendo y a las cantidades que finalmente perciben. El facultativo también lamenta que, pese a la necesidad de médicos, reengancharse al sistema no sea "todo lo fácil que pudiera ser".

Nada de ello ha supuesto un hándicap para este médico sevillano sexagenario en activo por cuyas venas corre la medicina como vocación. "Puede parecer simple, pero a mí todavía me satisface el poder curar, aunque sea una infección de orina", destaca.

Con unas 1.800 cartillas a su cargo, reconoce que hay centros más sobresaturados que otros, aunque el principal problema es la falta de profesionales. De ahí que quiera seguir arrimando el hombro. "La falta de médicos no es nueva. La hay desde hace por lo menos veinte años. Creo que es cuestión de condiciones económicas, pero también laborales", afirma, antes de definir la "dureza" del MIR de Medicina Familiar y Comunitaria, en las que considera, se justifican las plazas desiertas. "Tienen que aprender muy rápido y en condiciones más duras que en otras especialidades", apostilla.

En un recorrido por su vasta experiencia, Juan asegura que "nunca antes" había vivido una situación tan precaria de personal médico como la actual. Todo lo contrario. "Recuerdo que cuando empecé sobraban médicos por todos lados. Creo que es otra de las cosas por la que me cuesta dejar de trabajar. Me costó mucho obtener mi plaza y ahora me da un poco de pena", sentencia.

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