La venera se abre a nuevos públicos
Cómo hemos cambiado | Calle José Gestoso
DIARIO DE SEVILLA inicia una nueva serie sobre la evolución durante los últimos 25 años de algunas de las calles más significativas de la ciudad. Para ello, toma como referencia la serie El Mostrador que el periodista Miguel Ángel Moreno escribió en estas mismas páginas en los albores del periódico
Vídeo: Juan Carlos Muñoz | Edición: Juan Carlos Zambrano/DIARIO DE SEVILLA inicia una nueva serie sobre la evolución durante los últimos 25 años de algunas de las calles más significativas de la ciudad. Para ello, toma como referencia la serie El Mostrador que el periodista Miguel Ángel Moreno escribió en estas mismas páginas en los albores del periódico.
Se trata de hacer un retrato del paisaje y el paisanaje de estos enclaves y ver cómo ha cambiado el urbanismo, los comercios, los vecinos, en definitiva, la vida. Para iniciar la serie se ha elegido la calle que es, o al menos lo era, el centro neurálgico de la ciudad: José Gestoso.
La calle recibe el nombre del erudito, historiador y arqueólogo sevillano desde 1918, un año después de su fallecimiento. La ciudad quiso homenajear así a este hijo ilustre que nació en el número cinco. Antes de rotularse así se llamaba de la Venera al menos desde 1384 por la concha situada en la fachada de la casa situada en la esquina con la calle Misericordia.
Aquí se encuentra el kilómetro cero de la ciudad. En 1845 se acuerda numerar las calles a partir de este punto. Esta esquina la ocupaba hasta hace no muchos años la farmacia del mismo nombre, que ha reducido su espacio. El estratégico chaflán con vistas a las setas lo ocupa ahora la floristería de Ramitos. Es este uno de los comercios tradicionales de la calle y uno de los que más vida genera. El trasiego de personas comprando flores es continuo. En el interior, las plantas comparten espacio con las fotografías de los pasos que exornan. Entre ellos, nada más y nada menos, que los de la Macarena y la Virgen de los Reyes, Patrona de la ciudad.
Mari Carmen y Javier, los farmacéuticos, advierten como la calle José Gestoso ha evolucionado desde el comercio más tradicional a nuevos locales ocupados por la hostelería. Ejemplos son el restaurante Burro Canaglia. Aquí se encontraba hace 25 años la tienda de ropa El Pavo Real, que antiguamente fue una fonda con el mismo nombre derribada en los años 70 del pasado siglo. Un azulejo en la fachada recuerda este nombre. Junto a este establecimiento hay otros dos locales de hostelería de reciente creación.
No ocurre lo mismo con el bar La Unión, que sobrevive en la esquina de la Encarnación; o Er Tito, regentado por un joven italiano que cuelga a diario el cartel de completo a la hora del desayuno. Bien lo merece. Otro de los negocios que se mantiene es la Joyería Castizo, con más de cuatro décadas. Su propietaria, Soraya Castizo, señala que la calle ha vuelto a retomar el pulso tras unos años muy duros mientras duraban las obras de las setas: “Nos mantenemos ocho que somos de toda la vida con mucho sacrificio. Las obras fueron complicadas, pero a raíz de que se abrieron las setas se ha notado. La gente las criticaba mucho, pero a mí personalmente me encantan. Parece que el negocio va remontando”.
La calle José Gestoso puede presumir de contar con uno de los negocios emblemáticos de la ciudad: los Almacenes Pérez Cuadrado. Este comercio de lencería, ropa interior y artículos de perfumería abrió en 1944 en la casa número 13, que el Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla califica como “la de más valor arquitectónico de la calle”. En ella nació en 1890 el poeta Javier Lasso de la Vega. En la puerta de la casa se pueden ver varias cajas de seguridad para las llaves de los apartamentos turísticos que hay en el edificio.
También se mantiene pese a los avatares de los tiempos La Casa de los Arreglos. Junto a ella se encuentra Blanco Azahar, comercio nacido de La Casa de los Plásticos, otro histórico. Uno de sus dependientes, José Odero, advierte precisamente de cómo ha crecido de manera exponencial el número de turistas que circula por la calle. “Está muy animada”. Odero lamenta el cierre del Espacio Caótica. Muchos de los sevillanos que paseen por José Gestoso echarán de menos un negocio que abrió sus puertas en 1932: La Casa de las Especias. Chisvert cerró. No ocurre lo mismo con la Casa de las Planchas, en la esquina con Orfila. Aquí mismo los amantes de la gastronomía tienen una cita obligada con el restaurante Cañabota. Los cafés del antiguo bar Orfila han dado paso a las delicatessen de este Estrella Michelín.
La calle José Gestoso ha padecido las obras de las setas y una reurbanización más que chapucera. Pero ha sabido reponerse combinando el comercio y los negocios más tradicionales con nuevas apuestas enfocadas a otro tipo de público. Quizás ha perdido un ápice de su carácter provinciano, en el mejor sentido, para atraer a nuevos públicos. Pero la esencia queda.
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