Los jardines históricos de Sevilla contarán con cámaras para frenar el vandalismo

Parques y Jardines

El Ayuntamiento inicia el proceso para instalar videovigilancia en las zonas más monumentales del Parque de María Luisa y los Jardines de Murillo y de las Delicias antes de que termine el año

Otra de las fuentes de los Jardines de Murillo sin el surtidor.
Imagen del pasado verano con una fuentes de los Jardines de Murillo sin el surtidor. / Antonio Pizarro

Una situación que no se revierte. El vandalismo se ha convertido en la primera causa de degradación de los parques y jardines históricos de Sevilla. El Parque de María Luisa o los Jardines de Murillo sufren con relativa frecuencia ataques que destrozan algunos de sus principales atractivos, como glorietas, esculturas o fuentes. El Ayuntamiento emplea grandes cantidades de dinero a reparar todos es todos desperfectos, que vuelven a producirse con el paso del tiempo.

Para intentar frenar ese vandalismo, el gobierno socialista ha iniciado un proceso para instalar cámaras de videovigilancia en los parques históricos como el de María Luisa o los Jardines de Murillo y de las Delicias antes de que termine el año. Para ello, se introducirán en los nuevos pliegos del contrato de seguridad de varios parques y jardines de la ciudad la instalación de sistemas de videovigilancia.

El Ayuntamiento defiende que se trata de adoptar medidas que frenen el vandalismo y contribuyan a mejorar la conservación de los parques. La instalación de las cámaras requiere la autorización previa de la subdelegación del Gobierno. En el caso concreto del Parque de María Luisa y el resto de jardines históricos también es preciso el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla.

Los técnicos se encuentran examinando, entre otros asuntos, en qué zonas concretas se instalarán los equipos de vigilancia (en los jardines históricos será en las partes monumentales) o el almacenamiento futuro de los vídeos por tema de protección de datos. Las propias características de los jardines y parques de Sevilla, donde sobresalen los delicados elementos cerámicos, hacen que estén completamente expuestos a sufrir cualquier tipo de destrozo.

El Ayuntamiento ha invertido en los últimos años importantes cantidades de dinero en la puesta a punto y mantenimiento de estos jardines, recorridos a diario por miles de sevillanos y turistas, pero las asociaciones de vecinos y conservacionistas, siempre han defendido que la única solución es poner más vigilancia.

La subdelegación del Gobierno y la comisión provincial de Patrimonio deben dar el visto bueno

El caso del Parque de María Luisa es especialmente doloroso. Este Bien de Interés Cultural, como los Jardines de Murillo, cuenta con algunos de los espacios más bellos, evocadores y simbólicos de toda Sevilla. Uno de ellos es la Glorieta de Bécquer. Uno de los últimos ataques que sufrió el grupo escultórico fue la mutilación de los dedos de una de las muchachas. Felizmente fue subsanado con celeridad. Cerca de este punto, la escultura realizada por García Ortiz en la Glorieta de Luis Montoto se llevó bastante tiempo sin la cabeza, que fue destrozada.

Las dos grandes plazas de esta zona verde, la de España y la de América, son dos de los blancos más habituales. La primera fue objeto de una gran restauración millonaria en el año 2010. Desde entonces, han sido recurrentes los actos vandálicos en sus farolas, balaustradas, azulejos, pináculos o bancos. En la Plaza de América llegó a destrozarse el surtidor de su fuente central situado en un estanque de complejo acceso. Las glorietas de Rodríguez Marín y Cervantes o las famosas niñas-fuentes tampoco se han librado de ser destrozadas.

En el Parque de María Luisa también se recopilan ataques en la Fuente de los Leones, la Fuente de las Ranas, la Glorieta de José María Izquierdo, o la Glorieta de Covadonga, una de las atacadas en fechas más recientes. Otros parques y jardines, como los de las Delicias, que son los más antiguos; o los del Cristina, también cuentan con una dilatada lista de ataques. Las cámaras intentarán frenar el vandalismo.

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