Jaime Román: "Los farmacéuticos queremos ser un agente de salud más"
Día Mundial del Farmacéutico
Tras su primer año al frente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, el boticario analiza la actualidad y los retos de una profesión que hoy celebra su día mundial
Los farmacéuticos de Sevilla acercan su labor sanitaria al pueblo
Jaime Román siempre supo que quería ser farmacéutico. Lo vivió desde pequeño, acompañando a su padre, cómo hoy le acompaña a él su hija, que ha seguido sus pasos.
De ideas claras, cuenta que su vocación pudo más que la recomendación de su progenitor, que quería que fuese médico. No cejó en su empeño, como tampoco lo hizo cuando decidió cambiar el rumbo de la profesión desde dentro, presentando su candidatura a la presidencia del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla pese a la dificultad añadida de pelearla contra una candidatura que sumaba dos décadas de mandatos continuistas.
Eso fue en 2019, cuando se quedaron fuera de los mandos del cuarto Colegio de España. En 2023, con un proyecto “más consolidado”, se convirtió en presidente de los farmacéuticos sevillanos. Dice que “obra de un milagro”. Apenas ganó por diez votos. Habla poco del pasado y mucho del futuro. Trabaja para situar al farmacéutico como un agente de salud más. Así lo pone de manifiesto en su segundo Día Mundial del Farmacéutico en la institución.
Pregunta.–Cumplido su primer año al frente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, ¿qué balance hace del comienzo de su presidencia y de qué logros está más orgulloso?
Respuesta.–En este primer año nos hemos centrado mucho en conocer la institución a fondo lo cual, evidentemente, era nuestra obligación. Ha sido mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, pero era una faceta interna necesaria para adaptar la institución a la forma en la que queremos que funcione. A nivel de profesión, creo que hemos logrado posicionar institucionalmente al Colegio con todas las instituciones sanitarias de Sevilla al lado de otros colegios profesionales, Ayuntamiento, hospitales...
P.–En su campaña dejó clara su apuesta por la farmacia comunitaria, sobre todo, por su labor asistencial. ¿Cómo valora su papel en la provincia de Sevilla?
R.–Yo hablaría, más que de farmacias, de farmacéuticos comunitarios, porque las claves del desarrollo están en el profesional. Pienso que aquí hay que trabajar en las tres C: comunicación, colaboración y, algún día, coordinación con la Atención Primaria. Y en eso estamos. Ahora mismo en el primer paso, organizando las zonas farmacéuticas como un espejo de la organización sanitaria de la Consejería a nivel de los distritos, es decir, tratando de crear una red de farmacias alrededor de los centros de salud. A partir de ahí, estamos con reuniones para conocernos, ver cómo se trabaja en un sitio u otro y empezar a tener puntos de encuentro. La aceptación está siendo muy buena.
P.–¿Por qué es tan importante esa relación entre farmacia y Atención Primaria?
R.–El farmacéutico en su día a día cumple una misión magnífica en educación terapéutica, información al paciente, en generar confianza... Eso es algo que está ya consolidado. Pero, al final, esa labor como sanitario está ahora mismo paralela al sistema, es decir, no se registra nada dentro de lo que es la historia clínica del paciente. No queda reflejada esa acción del farmacéutico como profesional. Los farmacéuticos queremos ser un agente de salud más. Por ello, si queremos consolidar el papel del farmacéutico en una sanidad del siglo XXI, con un rol reconocido, necesitamos trabajar de manera colaborativa. Es algo que conceptualmente todo el mundo ve, pero no se dan las circunstancias adecuadas. En eso estamos trabajando. Y yo creo que en Sevilla se dan las circunstancias ideales para hacerlo. Tenemos unos distritos de Atención Primaria, con unos responsables políticos que lo ven, de hecho la actual consejera de Salud (Rocío Hernández) viene de ser gerente de un distrito con el que llevamos un año trabajando codo con codo; y, además, tenemos profesionales, directores de centro de salud, médicos y enfermeros, entre los que también hemos tenido una acogida muy grata. Por eso, creemos que es posible.
P.–La pandemia dejó claro ese valor asistencial del farmacéutico, del que hablamos, pero pasado el tiempo, ¿cree que aún perdura esa imagen en la sociedad?
R.–Yo soy hijo de farmacéutico y llevo toda la vida metido en una farmacia y he vivido la profesión desde pequeño en un entorno rural. Con esa experiencia le digo que esa confianza y esa relación de cercanía ha existido siempre. ¿Qué pasó en la pandemia? Pues que los equipos de farmacia dieron un paso adelante y como auténtica infantería estuvo ahí en primera línea de batalla, y sin recursos, y eso reforzó todavía más reforzó todavía más. Yo ahí lo que veo, con mayúsculas y en palabras gigantes, es una vocación de servicio tremenda. Siempre la ha tenido y ahí se multiplicó.
P.–Desde el Colegio también se está apostando firmemente por la farmacia rural, ¿cómo se puede hacer sostenible su mantenimiento?
R.–La farmacia es un modelo regulado, es decir, la apertura de farmacias en determinados municipios obedece a una normativa. A partir de ahí, el punto de viabilidad económica de una farmacia yo creo que está, quizás, en los 500 habitantes, hablando en términos de facturación. Ahora, hay que decir que esas farmacias son auténticas vocaciones de los profesionales que trabajan en ellas, viven en ellas y prestan un servicio excepcional porque aportan muchísimo a la población por la garantía sanitaria y acceso al medicamento. Tenemos claro que son los grandes héroes de este modelo, por ellos, la profesión también tiene internamente que mirar por ellos y ver qué necesidades tienen.
P.–¿Qué iniciativas tiene previsto llevar a cabo desde el Colegio en un futuro próximo?
R.–Este año lo afrontamos como un año donde nos tenemos que acercar mucho a los colegiados. Es decir, después de una primera etapa de labor, mayoritariamente interna, vamos a abrirnos hacia fuera a través de muchas reuniones con los colegiados, cursos de formación eminentemente prácticos que les ayuden a mejorar su día a día e iniciativas más imaginativas como las tertulias farmacéuticas. Y, sobre todo, vamos a trabajar mucho con los jóvenes. Tenemos muchos egresados que se colegian cada año y hay que empezar a trabajar con ellos en la cultura de enseñarles lo que es una institución colegial, para qué sirve o qué sentido tiene esta profesión en la sociedad, porque entiendo que es nuestra responsabilidad. Tenemos que mostrarle la variabilidad de salidas que tiene la profesión, pero con la idea de reforzarles mucho el papel de profesionales sanitarios porque es en la farmacia comunitaria donde podemos decir que tenemos nuestra fuga de talento y hay que mostrarles que la farmacia es un lugar ideal de desarrollo profesional, sobre todo, para los que nos gusta tratar con personas. Y, sobre todo, hacerlo atractivo.
La Plaza de España se tiñe de 'verde farmacia'
La Plaza de España junto a la Fuente de las Cuatro Estaciones de la Plaza de Don Juan de Austria se iluminaron la pasa noche de verde para conmemorar el Día Mundial del Farmacéutico y homenajear la labor que ejercen cada día los 3.764 farmacéuticos de Sevilla y que, con motivo de esta efemérides, reivindican la variabilidad de su profesión, más allá de la oficina de farmacia.
Así, desde el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla reivindican el papel del farmacéutico comunitario, hospitalario, en la industria y distribución farmacéutica, en salud pública o en los servicios de análisis clínicos y su actividad diaria “para fortalecer al sistema sanitario”. Para visibilizar todas esas salidas profesionales, la institución ha lanzado la campaña Más allá del mostrador en sus redes sociales.
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