Así es la intervención 'quirúrgica' en la Fuente del Príncipe del Real Alcázar de Sevilla
El surtidor del siglo XVIII se encontraba en muy mal estado por la cal del agua de pozo y por las filtraciones que habían afectado a la cimentación
Catorce surtidores del Real Alcázar ya están incorporados al programa de conservación preventiva
Una intervención con criterios arqueológicos. La Fuente del Príncipe, situada en el jardín y patio del mismo nombre, está siendo sometida estos días a un complejo y minucioso trabajo de restauración. Se trata de una actuación acometida desde el máximo respeto a la pieza que busca recuperar su funcionalidad sin que pierda sus valores propios y esa originalidad que caracteriza a todos y cada uno de los elementos del Real Alcázar de Sevilla. Este surtidor de suelo se encontraba en muy mal estado de conservación, sobre todo por la acción de la cal del agua y por las propias huellas de los visitantes que recorren el recinto palaciego. La restauración cuenta con una subvención de 25.124 euros por parte del ministerio de Cultura y Deportes que se enmarca dentro de las ayudas para la conservación, protección, y difusión de los bienes declarados Patrimonio Mundial por la Unesco.
El patio y jardín del Príncipe se ha convertido en las últimas semanas en un auténtico quirófano en el que se tratan los distintos elementos de esta fuente, datada en torno a los años 1760 y 1770 y que debe su nombre al único hijo varón que tuvieron Reyes Católicos, el príncipe Juan, nacido en el anexo Palacio Mudéjar en 1478. Bajo una de las galerías se han dispuesto perfectamente identificados los seis tramos de azulejos que bordean la fuente para su restauración. “Es una intervención integral. Desmontamos todo este pavimento que estaba destrozado por distintos motivos, como las filtraciones de agua. Estructuralmente era muy importante la construcción de una nueva cimentación para dar solidez a ese suelo. Luego se está tratando cada pieza individualmente hasta el límite que nos permite su funcionalidad”, explica Maribel Baceiredo, la responsable de la restauración.
La Fuente del Príncipe, además del propio deterioro provocado en sus materiales por el paso del tiempo y las filtraciones de agua sobre la cimentación, presentaba unas gruesas capas de cal debido al uso de agua de pozo para su funcionamiento. Este surtidor se nutría del agua acumulada aljibe del Chorrón, procedente de distintos pozos. Esto se ha corregido ahora. “Ahora se ha conectado a la red. El agua se almacena en una arqueta y de ahí va recirculando. Esta actuación supone también un menor consumo de agua. Se ha renovado todo el sistema hidráulico y también el de alimentación”. Las gruesas capas de cal habían desvirtuado por completo los valores artísticos del bello conjunto. Otras patologías de la fuente eran las pérdidas de pasta y de vidriado, fracturas y microfracturas de piezas, falta de cohesión de la pasta o cromatización oscura de la piedra por la actividad microbiológica.
El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha destacado el trabajo minucioso que se realiza en este tipo de actuaciones para devolver la autenticidad histórica y patrimonial a los elementos del Real Alcázar de Sevilla y la importancia que otorga el monumento a la conservación preventiva: “Esta actuación sobre la Fuente del Príncipe se enmarca en una planificación de intervenciones patrimoniales sobre las fuentes y estanques que llevamos acometiendo desde finales de 2015. En una labor continua en el monumento, donde adquiere cada vez mayor importancia la estrategia de conservación preventiva”.
Con anterioridad a la intervención directa se realizaron estudios analíticos, geológicos y microbiológicos y un trabajo de documentación, así como pruebas y ensayos de idoneidad de los tratamientos de limpieza y consolidación.
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