La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
La inauguración del Metro de Sevilla, prevista el 20 de diciembre, está en el aire a consecuencia del socavón porque no se sabe si la filtración de agua ha generado más zonas blandas en el terreno que rodea la estación Puerta Jerez. La Junta de Andalucía, a través de su consejero de Obras Públicas y Transportes de la Junta, el socialista Luis García Garrido, no se atrevió ayer más que a pedir "tranquilidad" a los ciudadanos, asegurando que antes de hablar de fechas hay que averiguar la importancia exacta de la filtración de agua y tierra que ha derivado en el hundimiento de 36 metros cuadrados de acerado en la calle Almirante Lobo.
El consejero compareció ante la prensa sobre las siete de la tarde, junto a representantes de la concesionaria y de la obra, para decir que la fecha es "un elemento que hay que ponderar". Y agregó: "tomaremos la decisión cuando tengamos toda la información". La investigación se centra ahora en constatar el estado general de la obra y del subsuelo en todo el tramo del túnel que va del Cristina a la dársena del río.
"En principio, la concesionaria tiene que analizar los efectos [de la filtración de agua] sobre la obra. No sabemos qué importancia tiene este incidente. Hay que ver sobre todo el efecto en la parte exterior de la estación", declaró Garrido, intentando transmitir en todo momento que la situación estaba más que controlada. García Garrido conoce bien los anteriores socavones que se han dado en la obra del Metro por su larga experiencia como viceconsejero del ramo cuando Concepción Gutiérrez ocupaba el máximo cargo político de la consejería.
"Queremos tener la máxima garantía", reiteró el titular socialista. A la pregunta de si la Junta había exigido a las constructoras del Metro (Sacyr, Dragados y Gea 21) tener conclusiones claras del alcance de lo sucedido en un plazo máximo, el consejero afirmó que no hay motivos para tener prisas. "No vamos a precipitar las conclusiones que tenga que darnos las concesionaria. Confiamos en la información que nos den" lo antes posible, dijo.
Para tranquilizar a los ciudadanos, el titular de Obras Públicas y Transportes aseguró que las empresas constructoras disponen de "todos los medios técnicos posibles para tratar el incidente" dentro de la estación y que desde ayer los operarios se han puesto manos a la obra para taponar la entrada de agua al interior del recinto de la estación, por lo que hizo hincapié en que "el protocolo de seguridad está funcionando". Obras Públicas aclaró que hay dispositivos (testigos) suficientes en el entorno de la estación para ver el comportamiento del suelo y hasta ahora "ninguno indica una afectación del terreno".
Durante su intervención ante la prensa, García Garrido calificó en todo momento lo sucedido como un "incidente", aunque minutos más tarde los técnicos admitieron en su turno de palabra que el socavón era "importante", aunque solucionable porque no es la primera vez que el agua del nivel freático se cuela en el túnel del Metro. De hecho, los expertos recordaron que todo el subsuelo donde se asienta la estación -a 28 metros de profundidad- está rodeado de corrientes de agua que ejercen presión sobre la estructura. El consejero lamentó asimismo el susto y los nervios que provocó en la familia del quiosquero el socavón que se comió el negocio. Su único medio de vida.
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