Una importantísima colección de obras de arte

Un gran edificio histórico. El Museo de Bellas Artes de Sevilla se ubica en un inmueble de aproximadamente 6.200 m2, el antiguo Convento Casa Grande de la Merced, desacralizado en la Desamortización de Mendizábal y catalogado como BIC. Como señala Valme Muñoz en la memoria en la que relataba las incidencias protagonizadas por la empresa de seguridad que ha llevado a su rescisión, cuenta con elementos muy vulnerables, como los numerosos artesonados históricos. Dispone de instalaciones altamente tecnificadas para la exposición tanto permanente como temporal de bienes culturales. Entre ellas, las instalaciones eléctrica y de climatización, que son las más susceptibles de generar riesgos de incendio, de ahí que se disponga de una central de alarma específica para esta última dentro del Centro de Control y recepción de Alarmas.

"La propia naturaleza y dedicación del edificio como espacio de museo exigen mantenerlo en óptimas condiciones para la recepción masiva de visitantes y la correcta prestación del servicio público al cual está destinado. A este respecto, resulta necesario reseñar que el museo encabeza la lista de los más visitados en la comunidad, con un promedio de visitas de 515 usuarios al día en 2021 a pesar de la situación de pandemia. En años anteriores la afluencia ha llegado a superar la cifra de 1.500 visitantes diarios".

Los bienes culturales que se custodian y exponen en su interior son de incalculable valor. Cuenta con una

colección de 5.330 obras, en su mayoría de propiedad estatal, y de otras titularidades como las depositadas por la Junta de Andalucía u otras instituciones públicas, como el Museo Nacional del Prado. "Unas colecciones de elevado valor artístico o patrimonial, y por tanto económico, que obligan a una tutela efectiva frente a los riesgos de intrusión, robo, vandalismo, o cualquier otro".

Por otro lado, su constitución mayoritaria de materiales orgánicos las convierte en especialmente vulnerables a los riesgos provocados por cambios ambientales bruscos o de incendio. "Las cuestiones expuestas ponen de manifiesto sobradamente que llegado el caso de que el edificio del Museo de Bellas Artes de Sevilla se quedase sin servicio de seguridad y vigilancia contra intrusión y riesgos, supondría un grave problema de guardia y de seguridad del patrimonio cultural, tanto de obras de la colección propia, como de colecciones ajenas, ya sean de naturaleza privada, como de obras pertenecientes a instituciones públicas -españolas y extranjeras-, que son objeto de préstamo durante la celebración de exposiciones temporales. Por lo tanto, existe una especial responsabilidad en asegurar su debida protección".

Además, la directora advierte que el almacenaje de productos necesarios para el desempeño de las tareas propias de restauración que se llevan a cabo en el museo, cuyos componentes químicos incorporan peligrosos elementos inflamables y tóxicos que, en caso de un accidente, que no sea advertido a tiempo y obtenga respuesta inmediata, "conlleva unas consecuencias desastrosas e irreversibles, tanto a las personas como a los bienes".