Una iluminación "monumental" resaltará la sede del Labradores

60.000

El Real Círculo de Labradores sigue dando noticias con motivo de su 150 aniversario, que se cumple este año. Después de la reciente inauguración de la iluminación de su soberbio patio central, reliquia del antiguo convento agustino de San Acasio diseñada por Leonardo de Figueroa, este señero club de la ciudad pretende ahora iluminar "monumentalmente" su sede ubicada en la confluencia de la calle Sierpes con Pedro Caravaca, según confirmó ayer a este periódico el propio presidente de la entidad, Antonio Rodríguez de la Borbolla.

El proyecto ha sido realizado por los técnicos de la Fundación Endesa y costará aproximadamente unos 60.000 euros, que aportará en exclusiva el Círculo de Labradores. "Pretendemos dar realce al edificio no sólo para disfrute de los socios de la entidad, sino también para todos aquellos ciudadanos que paseen por el centro en horario nocturno", afirma Rodríguez de la Borbolla.

La iluminación afectará tanto a la fachada de la calle Sierpes como a la de Pedro de Caravaca y ya sólo está pendiente de algunos permisos públicos (el de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico ya ha sido concedido). Con esta iniciativa se completará el proceso de restauración de las fachadas de este inmueble de sabor neobarroco durante 2007, que consistió en limpieza, estucado y pintura de las mismas.

La actual sede del Real Círculo de Labradores tiene una larga historia que corre paralela a la de la misma ciudad. A principios del siglo XVII se ubicó en el solar un convento-colegio de la orden de los agustinos calzados. A finales de esta centuria (y no en el primer tercio como muchos afirman equivocadamente) sufrió una profunda remodelación a manos de Leonardo de Figueroa, el arquitecto por excelencia del barroco sevillano, autor de obras de la importancia de San Luis de los Franceses, el Salvador o la Magdalena, entre muchas otras. De aquella intervención hoy sólo queda el soberbio patio central de la actual sede del Círculo. Este patio fue declarado por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural el 13 de junio de 1995. El resto del edificio es considerado como entorno BIC, con los condicionantes que conllevan tal calificación.

Tras el abandono por parte de los monjes del convento durante el siglo XIX, la sede tuvo numerosos y variados usos. Fue sede de las oficinas del crédito público, de la entonces llamada Academia de las Tres Bellas Artes y, hasta los años 30, acogió las oficinas de Correos en Sevilla. No será hasta 1949 cuando el Conde de Halcón compre el edificio al Ayuntamiento de la ciudad, iniciando un proyecto de remodelación a cargo del por entonces reputado arquitecto José María Benjumea, que le dará al inmueble su aspecto actual.

Como curiosidad, el convento de San Acasio llegó a acoger la imagen del Gran Poder entre 1693 y 1703.