La iluminación de la Catedral: Asignatura pendiente
El Ayuntamiento ha pedido ayuda al Gobierno para renovar una instalación costosa, peligrosa y muy poco eficiente.
La iluminación exterior de la Catedral necesita de una renovación urgente y en esa línea trabajan desde el Ayuntamiento, que es de quien depende. Conscientes del mal estado de conservación, de su excesivo gasto, o de su ineficiencia energética, en la Gerencia de Urbanismo se han puesto manos a la obra y han solicitado ayuda al Gobierno para empezar a renovar la instalación. El gesto es aplaudido desde el Cabildo Catedral y, sobre todo, por el Maestro Mayor, Alfonso Jiménez, quien ve una oportunidad idónea para redactar un proyecto completo que solvente todos los problemas que ahora existen. También se aprovechará para aplicar el nuevo modelo de iluminación de edificios históricos propuesto por un foro de expertos en la Carta de Taxco, documento que fue presentado en la Catedral en enero de 2012.
La actual instalación data de diversas épocas y es fruto de la actuación de varios entes diferentes. En 1972 la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación aprobó el primer proyecto de iluminación artística de la Catedral para iluminar su exterior. Francisco Javier Espejo Gutiérrez y María Teresa González Gasca apuntan en su artículo, La iluminación de edificios religiosos de España, que el último documento se redactó en 1982 y tuvo por objeto "la reparación de las instalaciones de iluminación artística realizadas por la Dirección General de Arquitectura en 1967. Muchos años han pasado desde entonces. La gestión de la Catedral se ha modernizado en todos los aspectos menos en éste.
"La iluminación es muy deficiente y mala. Con una eficiencia cero, con un color catastrófico, peligrosa en algunos lugares, sobre todo para las visitas. El Ayuntamiento ha heredado una iluminación hecha por trozos por dos entes de Madrid que hay que renovar y modernizar". El Maestro Mayor advierte con sus palabras la necesidad de actuar urgentemente para mejorar la seguridad de la instalación, sobre todo por las visitas públicas a las cubiertas, además de permitir una mejor observación exterior. Celebra la petición de ayuda solicitada al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que asciende a 120.000 euros, a los que hay que sumar otros 119.382,42 que emplearía Urbanismo en el "proyecto de renovación de la iluminación artística de la Giralda y la Catedral, e implantación de nueva iluminación en las fachadas este y sur y en los últimos cuerpos y ventanas de la Giralda", como reza el documento aprobado por el Consejo de Urbanismo el pasado mes de mayo.
El Cabildo ya ha ido renovando las luces en algunos elementos que se han restaurado, como casi todas las portadas pequeñas. Alfonso Jiménez considera que es el momento idóneo para apostar por las tecnologías actuales: "La instalación antigua hay que eliminarla. Lo ideal es poner lámparas led, que tienen menor consumo, menos contaminación lumínica, los colores se pueden matizar... Tal vez la Catedral esté menos iluminada pero será para bien. Ahora tiene unos colores espantosos. La Giralda es una catástrofe". En cualquier caso, advierte que esta petición de ayuda -cuando se apruebe- necesitará de un proyecto completo que debe ser aprobado por Patrimonio.
En las azoteas y cubiertas de la Catedral hay actualmente 182 proyectores de diversos tipos y potencias (vapor de sodio, halógena de cuarzo, o cuarzo iodo), a las que hay que añadir las que se sitúan sobre otros edificios de la Avenida o las plazas Virgen de los Reyes y del Triunfo, todas antiguas con el consiguiente perjuicio en forma de ruidos y vibraciones por los vecinos. La mayoría de las lámparas están ancladas directamente al suelo, con la evidente agresión al monumento. Los cables no están ocultos y la mayoría de las cajas presentan un deficiente estado de conservación.
Un paseo por las cubiertas evidencia el caótico estado de la iluminación, que en muchos lugares no presenta ni orden ni concierto. Hay una evidente acumulación de focos, ya que en la mayoría de las intervenciones en lugar de quitar lo antiguo se ha dejado junto a lo nuevo. Los técnicos del monumento aseguran que lo peor de todo son los anclajes en el suelo, por los que puede filtrarse el agua y se acumula la suciedad. "El cableado no es coherente. Hay que reducirlo y quitarlo del suelo". Una muestra de la ineficiencia de la actual iluminación son los focos que alumbran las vidrieras para dar contraste: "Es un sinsentido porque por las noches no hay nadie en el interior".
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