Entre la ignorancia y la oposición

Los azulejos siguen dando de qué hablar. La mayoría de los vecinos de calle Betis y alrededores consultados por este periódico muestran su descontento ante la iniciativa de la colocación de los tres murales de cerámica en el malecón de Triana. "No me gusta lo que se va a hacer en el muro, pero todos los gobiernos incluyen proyectos de este tipo, sólo que ahora nos ha tocado a nosotros. Si sólo hay que mirar atrás , desde las setas al edificio Pelli", comenta Ana de Santiago, vecina de Triana.

Otros ciudadanos, por el contrario, ignoran por completo el proyecto municipal anunciado el pasado 22 de mayo. Lo cierto es que reina la indiferencia y la confusión en las calles aledañas al río. "Yo no sé ni si se han puesto ya o si los van a poner, y si se ponen no me parece ni bien ni mal. Siempre hay gente que no está de acuerdo, pero tampoco es algo que se hable, yo salgo todos los días por el barrio y no he oído nada", explica María Dolores Torres, vecina de la calle Betis. También hay quienes acusan al Ayuntamiento de no haber contado con la opinión de los ciudadanos antes del comienzo del proyecto, "es indignante que no se le de más importancia a los vecinos y que no se nos haya consultado esto antes con nosotros", dice Víctor Colmenero, vecino de la calle Betis.

A su vez, recalcan que en época de crisis es "imposible que se hable de adornos para el río" en vez de llegar a fin de mes o los recortes. "Yo lo he escuchado por la radio. Las cosas están demasiado mal a todos los niveles, y creo que por eso la gente está más preocupada por otros asuntos", afirma Antonio Bermúdez, encargado en la panificadora de la calle Pureza.

Muchos reprochan al Ayuntamiento la falta de información, y justifican en ello su desconocimiento del tema. Al parecer, a pesar de las polémicas suscitadas por las continuas discusiones entre el Ayuntamiento y las plataformas sociales que se oponen a los azulejos, los ciudadanos ignoran datos, fechas y cifras exactas, incluso los comercios aledaños a la zapata. "Nosotros estamos aquí todo el año y no hemos oído mucho sobre el tema, sabemos que son grandes azulejos, pero la verdad es que no tenemos ni idea ni de cuándo se suponen que los van a poner ni cuánto van a costar", comentan los responsables del quiosco Zapata.

Quienes se oponen no dudan de la buena fe del Ayuntamiento a la hora de buscar diferentes iniciativas que ayuden a reforzar el turismo y a rentabilizar las márgenes del Guadalquivir, pero apuestan por otro tipo de proyectos. "Si quieren arreglar algo en la calle Betis que no se gasten todo ese dinero en azulejos, ¿de veras creen que eso hará que vengan más turistas?, ellos van a ver la Giralda, la Torre del Oro y a pasear por el parque María Luisa... No creo que el poner mosaicos al lado del río, donde ponga Triana haga que decidan quedarse una noche más. Podrían limpiar el río, eso sería beneficioso, pero para todos los sevillanos", afirma María Teresa Arnaldo, vecina de la calle Pureza.

En este sentido, algunos explican que la mejor opción sería que se solucionasen problemas urbanos que afectan al día a día de los vecinos. Pues de esta forma, según explican, no todas las iniciativas estarían destinadas a promocionar el turismo y los comercios. "Nosotros queremos que limpien la zona porque la suciedad se acumula y no es agradable, que solucionen el problema de los botellones todos los fines de semana, eso sí que es necesario. Parece que sólo se mira por el turismo de la ciudad", afirma Antonio Bermúdez.

Entre quienes apoyan la iniciativa municipal, surgen dudas sobre el coste del proyecto y sus responsables. "Yo lo que no comprendo es que sea un ceramista y no un arquitecto el que vaya a hacerlo, me llamó más la atención eso que el dinero que se van a gastar... que también es curioso. Puede que a la larga sea positivo, y que estéticamente llame más la atención del río. Así se conseguiría promocionar también este lado de la ciudad", comenta Carlos Santos, un vecino de la calle Betis. Aún así, los vecinos siguen a la espera de ver qué ocurre con los azulejos.