Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Los hoteleros rebajan el optimismo sobre la Semana Santa. Después de que el alcalde, Juan Espadas, anunciara hace unos días que los establecimientos rozarán el lleno durante la festividad religiosa, el presidente de los hoteleros sevillanos, Manuel Otero, puntualizó que dicha afirmación sólo se puede aseverar en los negocios del Casco Antiguo y a partir del Jueves Santo. Un éxito condicionado por la meteorología de los próximos días.
"A día de hoy quedan bastantes plazas libres". Así de tajante se mostró Manuel Otero cuando se le preguntó por los buenos augurios turísticos para la inminente Semana Santa. Lejos de confirmar las previsiones de Espadas, el presidente de los hoteleros mostró bastante prudencia sobre las reservas para la primera de las fiestas de primavera de la ciudad. El gerente de la asociación de hoteleros, Santiago Padilla, ya advirtió la semana pasada a este periódico que el lleno absoluto sí se ha conseguido en los establecimientos más céntricos, aunque eso sí, desde el Jueves Santo al Domingo de Resurrección. La situación para la primera parte de la Semana Santa es bastante distinta.
Otero corroboró ayer estas palabras, a las que añadió que los hoteles que no se encuentran en el Casco Antiguo disponen aún de habitaciones libres a cinco días del Domingo de Ramos. "No se puede decir que ya está todo lleno, porque aún se pueden reservar plazas en hoteles de Nervión, Heliópolis o Tomares", explicó el presidente del sector.
En la ocupación hotelera de la Semana Santa hay que tener en cuenta un factor muy importante: la meteorología. Las últimas predicciones apuntan a cierta inestabilidad en los primeros días, lo que puede afectar a las reservas de última hora, que podrían mejorar los datos para el próximo fin de semana, como ocurrió el año pasado.
"El riesgo de precipitaciones en Semana Santa condiciona el éxito turístico, pues ante la posibilidad de que no salgan las cofradías por la lluvia, muchos visitantes optarán por otros destinos", explica Otero. Los años en los que sólo salió la mitad de la nómina de cofradías tanto los hoteles como los bares y restaurantes vieron seriamente perjudicadas sus cifras de negocio.
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