Los bares se oponen a la 'ley seca' para la Madrugada de 2018

El presidente de los hosteleros duda de la legalidad de las medidas previstas para la próxima Semana Santa.

Exige mayor control sobre la venta ambulante en estos días.

Ambiente en un bar en Semana Santa.
Ambiente en un bar en Semana Santa. / B. Vargas
Diego J. Geniz

20 de abril 2017 - 14:47

La ley seca prevista para la Madrugada de 2018 no ha sentado nada bien en el gremio hostelero. Así lo hizo saber este jueves su presidente, Pablo Arenas, quien llega a dudar de la legalidad de esta medida que plantea el Ayuntamiento para evitar los incidentes sufridos la pasada Semana Santa en la noche más esperada por los sevillanos. Arenas exige a la autoridad municipal mayor contundencia para acabar con la venta ambulante ilegal de estos días, que, a su juicio, provoca las botellonas en las calles. Se pone a disposición de la ciudad para acabar con las situaciones vividas este año y agradece a los empresarios del sector su servicio pese a las molestias ocasionadas con la restricción en el acceso a diversas calles, la retirada de las terrazas y la falta de urinarios públicos.

Las medidas que planea el Ayuntamiento para que no se produzcan avalanchas de público como las de la reciente Madrugada han provocado el rechazo de los propietarios de los establecimientos hosteleros. Como adelantó este periódico, el gobierno local ya tiene esbozadas las principales líneas de actuación de cara a la Semana Santa de 2018. Entre las distintas propuestas que se barajan, se encuentra la promulgación de un decreto mediante el cual se obligue a cerrar los bares desde las once de la noche del Jueves Santo a las seis de la mañana del viernes. Estos negocios, además, se clasificarán en tres niveles en función de su ubicación. Los más cercanos a la carrera oficial y el Postigo se situarán en el primero.

Se trata, en suma, de una ley seca por la que aboga el propio Consejo de Cofradías, ya que se ha demostrado el alto consumo de alcohol -sobre todo, por parte de los jóvenes- en las horas centrales de la noche, de ahí que también se baraje que las cofradías de la jornada retrasen la salida para evitar ese tramo horario. Esta última idea, sin embargo, deberá plantearla la entidad de la calle San Gregorio.

La posiblidad de decretar una ley seca para la Madrugada no ha sentado nada bien al sector hostelero, que ve con recelo el cierre obligatorio de sus negocios en el cénit de la Semana Santa. El presidente del gremio lo dijo así de claro este jueves a Europa Press: "Pedimos una profunda reflexión y con perspectiva. No deben tomarse decisiones en caliente". Unas declaraciones en las que ponía en duda la legalidad de dicho cierre. "Entendemos que algunas de las propuestas apuntadas son de dudosa legalidad", refirió Pablo Arenas, que añadía a tales propuestas el calificativo de "injustas".

Muchos de los bares optan ya por cerrar en la Madrugada por los incidentes desde 2000

Arenas subrayó la afección "negativa" que el cierre de bares podría tener esa noche, a lo que añadió que la ciudad no pueda contar durante unas fechas en las que se recibe a gran cantidad de turistas "con su oferta gastronómica". Conviene recordar en este punto que desde hace bastantes años los dueños de numerosos negocios hosteleros prefieren cerrar en la Madrugada habida cuenta de los incidentes vividos en esa jornada desde el año 2000. Estos empresarios optan por dejar de hacer caja durante esas horas antes que enfrentarse a los numerosos problemas que genera un público que en bastantes ocasiones acude al centro de la ciudad a beber y a montar gresca sin importarle lo más mínimo los cortejos penitenciales que recorren las calles en esos momentos.

Frente a las medidas planteadas por el gobierno de Espadas, los hosteleros proponen mayor control en los negocios que funcionan al margen de la ley. Arenas pide que se inspeccionen tiendas de conveniencia, copisterías, locutorios, herbolarios y establecimientos similares. De igual forma, exige que se controle "la venta ambulante ilegal, que proporciona de forma indiscriminada comida, refrescos o bebidas alcohólicas". Para Arenas, dicha actividad "es la que genera y fomenta la 'botellona', cuyos efectos nuestro sector sufre en primera persona y que genera una imagen deplorable de la ciudad".

Arenas considera que es "fundamental" esclarecer cuanto antes "qué ha ocurrido" la pasada Madrugada. Por tal motivo, puso la asociación de hosteleros a disposición del Ayuntamiento con el fin de adoptar medidas que "favorezcan" nuestras Fiestas Mayores, "que desgraciadamente de unos años a esta parte algunos se empeñan en destruir". "Todos deben hacer examen de conciencia de qué se ha hecho mal y en qué se puede ayudar para mejorar la situación", apostilló.

El presidente de los hosteleros tuvo también palabras de apoyo para el centenar de heridos que dejaron estas avalanchas. "Los hosteleros, en colaboración con los servicios del Ayuntamiento coordinados por el Cecop, colaboraron estrechamente en unos momentos difíciles, con una templanza y sangre fría para que la situación no fuese a más", añadió Arenas.

Pablo Arenas, presidente de los hosteleros: "Se ha hecho un uso masivo de los aseos de los bares ante la falta de servicios públicos"

No desaprovechó la oportunidad el máximo representante de este sector para sacar a relucir los diversos obstáculos con los que se han encontrado los responsables de los negocios hosteleros la pasada Semana Santa. "Las dificultades de acceso a sus establecimientos, la limitación o retirada total de sus terrazas o el uso masivo de sus aseos ante la falta de servicios públicos", fueron algunas de las "adversidades" a las que se ha enfrentado el sector en las primeras de las Fiestas de la Primavera. Algunas de estas adversidades responden a las medidas de seguridad implantadas en la pasada Semana Santa, como el aforamiento de distintas calles al paso de las cofradías para preservarlas como vías de evacuación. Una restricción que recibió numerosas críticas de los cofrades, e incluso de las hermandades, durante los primeros días de la celebración.

Todo hace prever -como adelantó Diario de Sevilla- que tales medidas se endurezcan para 2018 tras los incidentes de la Madrugada. No sólo se establecerá una ley seca de 23:00 a 6:00, sino que se acotará buena parte del centro. A diferencia del aforamiento (que se rige por la cantidad de público que se permite acceder a una calle), ahora la entrada de los espectadores quedará al arbitrio de los responsables de la seguridad. Como criterios generales, no se permitirá el acceso a zonas consideradas de gran sensibilidad -excepto a residentes, trabajadores y abonados de la carrera oficial- a quienes porten sillas, capuchas o cualquier otro elemento que suponga un peligro para la seguridad.

Se incrementarán también las cámaras de videovigilancia, cuyo funcionamiento este año ha permitido constatar que el primer conflicto se originó en la calle Arfe, una avalancha que, según los expertos, podría haberse saldado con varios fallecidos. A estas cámaras se sumará un sistema de megafonía, contemplado para calmar al público en caso de que se originen de nuevo las carreras.

La intención del Ayuntamiento es que todas estas medidas estén formuladas, detalladas y aprobadas antes del verano, ya que es a partir de entonces cuando los touroperadores turísticos comienzan a ofertar la Semana Santa de la ciudad. Un destino que debe contar con bastantes garantías de seguridad.

stats