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El Macarena participa en un estudio mundial que aplica la tecnología de las vacunas Covid contra el cáncer

Salud

El centro es uno de los hospitales europeos elegidos para el estudio que probará los buenos resultados de la técnica ARN mensajero en tumores relacionados con el virus del papiloma humano

El equipo del servicio de Oncología Médica del Macarena que participará en el estudio. / Juan Carlos Muñoz

La pandemia ha supuesto un empujón histórico para la ciencia y la investigación médica y concretamente para la tecnología ARN mensajero. El Servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena se encuentra entre los participantes del ensayo clínico internacional que estudiará los beneficios de la inmunoterapia con tecnología ARN mensajero, que se empleó por primera vez en las vacunas contra el coronavirus, como terapia frente al cáncer.

El objetivo de este innovador estudio, para el que también han sido elegidos el Hospital Universitario Val d’Hebron de Barcelona y la Fundación Jiménez Díaz en Madrid, además de un centro en Bélgica y otro en Alemania, es comprobar la eficacia de una terapia inmunológica ya utilizada en las vacunas de Pfizer y Moderna contra el Covid-19 en tratamiento contra los tumores relacionados con los virus, como por ejemplo el cáncer de cérvix o el cabeza y cuello, entre otros, relacionados con el Virus del Papiloma Humano (VPH).

"Se trata de aprovechar los beneficios de la tecnología ARN mensajero, que se ha usado para las vacunas contra el coronavirus, y que se ha puesto de moda en muchos aspectos, también en el cáncer", concreta el jefe de Sección de Oncología Médica del Macarena y director de la Estrategia en Cáncer en Andalucía, David Vicente Baz, responsable del ensayo clínico en el centro sevillano.

En esta línea, el especialista señala que el ensayo consistirá en inyectar ese ARN mensajero dentro del organismo de aquellos pacientes ya diagnosticados de algún tipo de cáncer relacionados con el virus del papiloma humano para que sean sus propias defensas las que intenten combatir esa alteración introducida a través de una vacuna. Es decir, "intentar demostrar que los organismos de esas personas puedan eliminar el cáncer que está relacionado con el virus en cuestión", concreta Vicente Baz.

A pesar de que la administración del fármaco será por vía intravenosa, al estilo de las vacunas, el oncólogo rehúye hablar de este término porque su uso no está destinado a prevenir el desarrollo de la enfermedad, sino que será aplicado en personas que ya tienen el cáncer diagnosticado provocado por el virus del papiloma humano con el fin de que sus células reaccionen. "Es un estudio que plantea el uso de un tipo de inmunoterapia para pacientes con cáncer que tengan que ver con este virus y que ya no tengan otras opciones de tratamiento porque, por ejemplo, la quimioterapia no les haya funcionado y que se puedan beneficiar de este avance", concreta el doctor.

Aún con ese matiz son, sin duda, la gran esperanza. "La pandemia ha sido tan mala para tantas cosas que si se puede sacar algo bueno, gracias a la rápida evolución de las nuevas tecnologías y las nuevas terapias, en algo para lo que pensábamos que podrían pasar años para poder desarrollarse y que a raíz de la crisis sanitaria se ha acelerado mucho, pues la verdad es que es una muy buena noticia porque, además, el ARN mensajero es un tipo de tecnología que se pone a disposición de la sociedad, de los pacientes, osea que si se puede decir que la pandemia deja una buena noticia, pues la verdad que ésta lo ha sido", remarca el especialista.

Por el momento el estudio se encuentra en fase inicial reclutando los hospitales que van a participar a nivel mundial, por lo que aún se tardará algunos meses en ponerse en practica en los centros seleccionados. Tampoco se ha concretado el número de pacientes que formarán parte de esta investigación, pero su perfil estará determinado por ser personas con virus del papiloma humano positivos y que hayan desarrollado algún tipo de los tumores relacionados con él, siendo los más frecuentes los cánceres de cérvix y los de cabeza y cuello porque tienen una transmisión sexual.

Comienza así una nueva etapa en la que se va a explorar esta prometedora tecnología ARN mensajero para otras enfermedades más allá del Covid-19, suponiendo grandes esperanzas para el futuro de la salud.

"Hablar de curación es algo muy fuerte para pacientes en esta situación, pero, al menos, sí estamos ante la posibilidad de poder ofrecer un gran beneficio porque ya hemos visto que este tipo de tecnología, en lo que respecta al Covid, ha sido muy eficaz. Es decir, partimos de la base de que ya sabemos que el organismo, nuestros linfocitos, son capaces de reaccionar ante este tipo de terapia", matiza el doctor Vicente Baz.

En el momento actual hay en marcha al menos 217 ensayos clínicos para desarrollar vacunas con esta tecnología –según Clinical Trials, el registro de ensayos clínicos de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU– en patologías emergentes como el Zika, enfermedades en las que se lleva décadas intentando lograr una con escaso o nulo éxito, como son el VIH o la malaria, e incluso otros tipos de cáncer, por citar solo algunos ejemplos. Y muchos, también, contra el Covid.

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