La hora de empezar a combatir el virus del Nilo
Salud | Los planes de prevención contra la transmisión
Una veintena de municipios parten este año en el nivel de riesgo alto y deben empezar a poner en marcha planes de choque para evitar la proliferación de las larvas
La temporada arranca este año con la mitad de mosquitos que en 2021
La Estación Biológica de Doñana saca una web sobre el Virus del Nilo y la concentración de mosquitos
Evitar al 100% nuevos brotes de Fiebre del Nilo Occidental es muy difícil, casi imposible. Al igual que lo es poder erradicar en su totalidad a los mosquitos portadores del virus tras picar a un ave infectada. No obstante, sí se pueden poner en marcha planes de control de vectores para reducir su reproducción. Y éste es el momento de ponerse manos a la obra porque el tiempo apremia.
Llega la primavera y las altas temperaturas y esta enfermedad emergente en Europa, de declaración obligatoria y urgente, y de presencia estacional, vuelve formar parte de la actualidad. Una especie de pretemporada en la que su agente causal, el virus del Nilo Occidental, comienza su gestación, por lo que son claves los planes de choque para evitar su posterior eclosión.
El virus del Nilo no es nuevo en Sevilla. La presencia de marismas, humedales y zonas que cuentan en sus términos con miles de hectáreas de arrozales, además de los parques naturales que sirven de descanso a las aves migratorias, portadoras de mosquitos, constituyen un caldo de cultivo para la cría de especies como el culex pipiens, cuya picadura puede provocar una intensa fiebre. Los últimos informes científicos confirman que las regiones con una mayor proporción de humedales y tierras cultivables, incluida la agricultura de regadío que tiende a atraer aves susceptibles y especies de mosquitos, son las que corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Y ahí se encuentra buena parte de la provincia de Sevilla.
La mejor estrategia para reducir la transmisión del virus a los humanos, la explica en una sola palabra el investigador principal del CSIC en la Estación Biológica de Doñana (EBD), Jordi Figuerola, responsable del proyecto de investigación centrado en la abundancia del insecto y en la detección y estudio de los virus que porta, que se puso en marcha a raíz del brote de 2020: "la prevención". Es la mejor arma para evitar situaciones como la vivida hace dos años cuando fallecieron siete personas a consecuencia del mismo.
"Lo más importante ahora es que es el momento de hacer la prevención. Cuando nosotros en las trampas estamos cogiendo ya miles de mosquitos ya no hay prevención que valga. Es importante establecer programas de control de mosquitos basados en la prevención y en el control de los mosquitos en la fase larvaria, evitando que encuentren zonas donde reproducirse en el interior de las ciudades. Y ese es el trabajo que se tiene que hacer ahora. Todo lo que se haga va a evitar que luego en julio y agosto tengamos abundancias muy grande de mosquitos y posibles transmisiones del virus", argumenta el científico. "Pero por desgracia, demasiado a menudo nos acordamos de los mosquitos en julio y agosto, pero evitar su proliferación es un trabajo que requiere planificación y un trabajo distribuido a lo largo del año", lamenta.
El primer paso es conocer el nivel de riesgo de cada zona. De ahí la relevancia de contar con un mapa actualizado de áreas donde el virus puede propagarse. De ello se encarga la Junta de Andalucía, que acaba de actualizar el mapa de riesgo municipio a municipio para situar en el punto de partida a aquellas localidades que se hallan expuestas a un mayor riesgo por su propia naturaleza, estar cercanas a humedales, zonas de aguas estancadas o de plantación de arrozales, y por la presencial del mosquito cúlex.
El objetivo es que, a principios de cada temporada, cada municipio conozca su nivel de partida en cada año y, en base a su nivel, se implanten por cada Administración con competencias las acciones que dicho programa plantea.
Las zonas se actualizan en función de la circulación del virus en los dos últimos años (2020 y 2021) y 2020 fue el año con una mayor circulación geográfica del virus. "Por ese motivo existen tantos municipios con alto grado de amenaza", señala Figuerola. No obstante, la incidencia en el 2021 "fue mucho mayor", añade el experto. La incidencia del 2022 dependerá, por un lado, de la cantidad de lluvia que tengamos en primavera-verano, y, de las medidas de control de mosquitos que se ejecuten dentro y en el entorno de las zonas habitadas
La hoja de ruta de los municipios en riesgo extremo
El mapa discrimina por números y colores los 107 términos municipales de Sevilla, de los que señala 24 en color rojo como espacios con nivel de riesgo alto, es decir, dentro del grupo 4, al que pertenecen las áreas en las que la circulación de mosquitos portadores del virus del Nilo ya fue muy elevada en los dos años anteriores. Entre estas localidades se encuentra Coria del Río, uno de los lugares de origen del mayor foco de virus del Nilo que se ha registrado en España, junto a La Puebla del Río, en el verano de 2020 y, donde, como marca la hoja de ruta, ya se ha activado el plan de choque para localizar las larvas y combatirlas.
La primera teniente de alcalde de la localidad, Conchi Renedo, explica que "el primer paso es licitar la empresa encargada del control, vigilancia y fumigación de los mosquitos en el municipio". Un paso que ya se dio en Coria hace 15 días cuando se firmó el contrato.
A continuación, arrancan los trabajos de monitoreo del mosquito. "Se colocan las trampas en los sitios estratégicos para ver la cantidad de insectos esta temporada y se analizan los que están infectados por el virus", añade Renedo. El otro gran punto del plan de choque es la fumigación. "Esto lo hacemos en colaboración con Emasesa a través de un plan de dispensación de larvicidas por las zonas del municipio identificadas como zonas de cría del mosquito para evitar su mayor propagación", explica.
Unos planes de vigilancia y control que el programa contempla que sean los consistorios incluidos en áreas de riesgo moderado, alto o afectado, los que deben asumirlos tanto en su fase larvaria como adulta y que, apunta Renedo, suponen un "gran esfuerzo". Por ello insiste en reclamar "más implicación a la Junta" porque recuerdan "es parte de su competencia".
Campañas de información ciudadana
No es la única medida a tener en cuenta. Se debe acompañar de un plan de comunicación a la ciudadanía con medidas preventivas, que se intensificarán a partir de julio cuando la incidencia de los mosquitos es mayor para que a nivel particular los vecinos colaboren con la menor proliferación de este insecto.
A esta misma hoja de ruta deben acogerse otras 23 localidades más, incluida la capital, que la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía ha incluido en el nivel de riesgo extremo. Son Alcalá de Guadaíra, Almensilla, Bollullos de la Mitación, Bormujos, Camas, Carmona, Castilblanco de los Arroyos, Castilleja de la Cuesta, Coripe, Dos Hermanas, Gelves, La Puebla del Río, las Cabezas de San Juan, Lebrija, Los Palacios y Villafranca, Mairena del Alcor, Mairena del Aljarafe, Morón de la Frontera, Pilas, Sanlúcar la mayor, Sevilla, Utrera y Villamanrique de la Condesa.
Éstas son las que se tendrán que costear el monitoreo y fumigación de las zonas de cría del insecto, pero no son las únicas en riesgo. La Junta incluye otra docena de municipios que también tendrán que estar en alerta por riesgo moderado (nivel 3, de color naranja oscuro en el mapa que acompaña a esta información) o bajo (nivel 2 y en naranja claro) y en las que también se establecen protocolos a seguir por parte de las administraciones locales, más suaves que las anteriores. Son los casos de Aznalcázar, Écija, El Coronil, Espartinas, Marchena y Palomares del Río. Pero también por ser zona "predispuesta" a la circulación del virus (nivel 1 y en verde oscuro), es decir, áreas donde, pese a que no se ha detectado el virus hasta el momento, sí se dan las condiciones ecológicas "adecuadas" para su circulación . Se corresponden con Isla Mayor, Benacazón, El Cuervo de Sevilla, Guillena, Huévar del Aljarafe, La Campana, La Luisiana, La Puebla de Cazalla, Montellano y Paradas. Mientras el resto de municipios de la provincia en nivel de no exposición.
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