"Hemos resuelto crímenes partiendo de la nada, incluso sin saber quién era la víctima"
La Guardia Civil esclarece la gran mayoría de los homicidios cometidos en los últimos años en la provincia de Sevilla
El jefe del equipo de investigadores revela cómo ha sido su trabajo en cada caso
Algunas de las investigaciones se prolongaron durante meses e incluso años
La Guardia Civil ha resuelto la gran mayoría de los homicidios cometidos en la provincia de Sevilla en los últimos años. Muchos de ellos requirieron investigaciones muy complejas, que en ocasiones se han prolongado durante meses e incluso años, pero que han terminado exitosamente con las detenciones de los presuntos autores. El brigada Francisco Javier Curto es el jefe del Área de delitos contra las personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Sevilla, coordina el Equipo de Homicidios y desaparecidos, encargado de resolver los crímenes más difíciles, aquellos casos en los que se parte de cero, y el EMUME (Equipo Mujer Menores) interviniente en los crímenes de violencia de género. "Hemos resuelto homicidios partiendo de la nada, alguno incluso sin saber quién era la víctima", apunta.
Se refiere al caso de un hombre cuyo cadáver apareció carbonizado la tarde del 17 de mayo de 2023 en una nave semiderruida ubicada junto a la carretera A-362, entre las localidades de Los Palacios y Utrera. Es posiblemente el caso más difícil que ha tenido que afrontar la Guardia Civil en los últimos años en Sevilla. "Partimos primero de que no tenemos la identificación del cadáver. El crimen más difícil de resolver es aquel en el que no tienes el cuerpo, aunque la mayoría también se sacan. En ése no teníamos la identificación, había que jugar con todas las herramientas de investigación y fue muy importante la rama criminalística, que permitió averiguar la identidad de esa persona, algo que genéticamente era difícil".
Lo primero que hicieron, sin saber la identidad de la víctima, fue comprobar las denuncias por desaparición. "Llevamos también el ámbito de los desaparecidos. Sabes que hay una persona desaparecida en el momento en que alguien denuncia la desaparición. El cadáver pertenecía a una persona que, en el momento de ser asesinada, ni la propia familia tenía conocimiento de que estaba desaparecida. En la base de personas desaparecidas PDYRH vamos cruzando cadáveres que aparecen con las personas desaparecidas, a través del ADN obtenido a partir de familiares y otros datos antropométricos. En este caso es que no se había denunciado siquiera".
Por esa vía era imposible saber quién podía ser la víctima. "El cadáver estaba en muy malas condiciones. La destrucción de tejidos era casi masiva. Gracias a la labor de nuestro servicio de necroidentificación del Servicio de Criminalística se pudieron regenerar los lofogramas y se obtuvo una huella dactilar. Esto se hace a través de unas técnicas en las que la Guardia Civil es puntera e incluso da formación a nivel internacional. Se consiguió reconstruir una huella, algo que parecía imposible. Eso fue fundamental para poder iniciar la investigación".
Paralelamente, los investigadores habían ido haciendo gestiones, pero la identificación de la víctima fue clave. "Ya supimos que era una persona de otra provincia, que nada tenía que ver con Sevilla. Eso conllevó un esfuerzo extra por nuestra parte, porque no conocíamos el ámbito en el que se movía, la provincia ni la localidad en la que vivía, con lo cual tuvimos que empezar de cero y servirnos de los propios investigadores que estaban en la zona, siempre con las reservas que tenemos que guardar. Fuimos tirando del hilo y llegamos a personas que estaban al margen de la ley y no querían colaborar. Utilizamos protocolos y técnicas de tecnología avanzada, y los mezclamos con las típicas pesquisas de ir a los bajos fondos, de pringarse y de tirar de fuentes". Así lograron detener a seis personas en la provincia de Jaén y esclarecer el crimen, que pudo deberse a unas rencillas entre toxicómanos.
El brigada asegura que siempre se debe reconstruir la vida de los fallecidos, a los que a veces llega a conocer como si fueran alguien cercano. "Reconstruyes su vida hasta antes de lo que ha pasado para comprender el contexto en el que se ha producido el homicidio, y aparte para ver hacia dónde pueden ir las líneas de investigación", explica Curto. En todas las investigaciones criminales actuales hay un tanto por ciento de la metodología tradicional, otro de tecnología y otro de criminalística. Estas tres vertientes, combinadas con la propia experiencia de los agentes, suelen dar resultados. "Se juntan las líneas de siempre, el uso de los nuevos medios de investigación científicos y tecnológicos y a partir de ahí, con la información que se va sacando de inteligencia policial, se pueden abrir hipótesis y líneas de investigación. Pueden abrirse varias y no siempre todas son válidas, por eso se tarda más".
Siempre lo más complicado, asegura, es empezar de cero. "Casos en los que nadie ha visto nada, no hay testigos ni cámaras, o si hay cámaras hay que buscarlas. Eso no es rápido, por eso se dilatan las investigaciones. Llega un momento en que seguimos una línea que todo nos apunta a un principal sospechoso, pero hay que construir bien el puzle para que cuando llegue el juicio, cumpla por lo que ha hecho. Si no, ¿de qué vale nuestro trabajo? No sirve de nada que haya rapidez en la detención si luego esto puede dar lugar a que no se haga el trabajo completo".
Por eso, sostiene, en las investigaciones de homicidios, las prisas no son buenas consejeras. "Sí es verdad que las primeras 72 horas son fundamentales, pero sobre todo para que no se pierdan posibles pruebas fundamentales, evidencias, testimonios... Para los rastros tecnólogicos tenemos más tiempo, aunque son volátiles. Esto siempre ha sido así, desde antes de que existieran los teléfonos móviles. Ahora hay más medios y más formación. Hay que actuar con rapidez para preservar las pruebas, y eso no quiere decir que se vaya a coger rápido al sospechoso".
Explica este agente el peso creciente que van adquiriendo las nuevas tecnologías en la investigación criminal, que no es más que un reflejo propio de la sociedad. "Antes la gente no utilizaba las nuevas tecnologías para comunicarse y ahora sí, hay un abanico enorme de tecnologías, redes sociales, etcétera. Esto requiere mayor formación y especialización por nuestra parte. Tenemos un campo más grande en el que encontrar indicios. No nos basamos en un testimonio, que no es lo más seguro, porque el testigo puede cambiar la versión o su declaración puede tumbarse procesalmente. Siempre tenemos que soportar todo con pruebas científicas y objetivas".
Todavía es más difícil cuando la víctima no lleva una vida normal, es decir, cuando está relacionado con el submundo delictivo. "En esos casos nadie quiere colaborar, la mayoría de las veces por miedo, por recelo y porque entre ellos tratan de arreglar las cosas". Dice el brigada Curto que la investigación de homicidios es la investigación policial por excelencia. "Sólo hay que ver todas las obras literarias de novela negra, no hay ninguna que trate de un robo en un estanco", apunta. Por ello, a veces los agentes del Equipo de homicidios y del EMUME se toman este trabajo como un "reto personal", en el que una de las partes más complicadas viene en el trato con los familiares.
"Hay que tener en cuenta que toda víctima tiene una familia detrás, que requiere un trato especial. Es muy desagradable ver a una madre deshecha, aunque por otra parte te motiva a que nos involucremos más personalmente. Cuando los miembros del Equipo de Homicidios y EMUME conocen ya la historia de una persona asesinada, se involucran mucho más y se olvidan de sus días libres, dejando la vida personal a un lado. Tu matrimonio es con la Guardia Civil y con esa sociedad que te necesita", añade. Es precisamente él quien suele tratar con las familias. "Es fundamental que no se enteren de nada por la prensa, sobre todo de cosas importantes, como que se ha encontrado el cadáver o se ha detenido a una persona, que no tengan la sensación de que se han enterado los últimos. Hay que tener un contacto muy cercano con la familia, siempre dentro de lo que se les pueda decir si el caso está secreto, y que sepa que no estamos parados. A veces se creen que nos hemos olvidado del asunto y ya no hacemos nada. Y eso no pasa nunca en homicidios, en violencia de género y en otros delitos graves contra las personas. Se tira de todos los recursos que tenemos, de otras áreas y de otras unidades, e incluso en el ámbito de criminalística si no tenemos el recurso, los buscamos fuera, en la Universidad o en la empresa privada".
Han sido varios los homicidios relacionados con el narcotráfico que han tenido que investigar. Varios de ellos han sido robos de droga. Uno cuya investigación se prolongó durante más de un año fue el del doble crimen de un matrimonio que fue hallado en su casa de Osuna, que la Guardia Civil resolvió con las detenciones de los dos presuntos autores. El hombre tenía signos de tortura y la mujer había sido asfixiada. "En la forma de ejecutarse la muerte también vemos muchas cosas, se puede hacer un perfil criminal según el modus operandi. No es una ciencia exacta, tiene muchas variables, pero hay una parte de intuición policial y experiencia que es muy importante. En este caso tuvimos que tirar de todos los recursos disponibles, ya que no teníamos ni testigos ni nada". Un robo relacionado con la producción de marihuana fue el móvil mas probable .
Otro de los casos que ha requerido una investigación de casi dos años ha sido el de Umbrete, el último de los que se ha esclarecido. Fue el homicidio de un hombre que apareció muerto en el patio de su casa, en enero de 2023. El asunto se ha cerrado con la detención del presunto autor, una persona residente en Benacazón. De nuevo el tráfico de drogas a pequeña escala estuvo detrás del homicidio. "A veces, el paso del tiempo juega a nuestro favor, porque puede llevar al sospechoso a una cierta relajación".
Otra tipología de asesinatos afrontados por este Equipo de la Guardia Civil a través de EMUME es el de los relacionados con la violencia machista. De ellos, especialmente difícil fue el asesinato de Rocío Caíz en Estepa. La joven de 17 años, fue asesinada y descuartizada por su ex pareja y padre de su hijo, Adrian N., un joven de nacionalidad rumana que ha sido condenado a prisión permanente revisable por la Audiencia de Sevilla, en una sentencia ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). "El primer logro fue que el sospechoso diera los pasos para que se derrotara y conseguir que no se escapara. Llegó un momento en que se quería ir a su país".
Luego, a pesar de la confesión, la Guardia Civil siempre se exige aportar pruebas más sólidas que el simple relato del asesino. "Tenemos que tratar de depender lo mínimo del testimonio del propio autor, que se acoge a sus derechos y suele tapar todos los detalles. Tenemos que ser lo más escrupulosos posible para no depender de su relato, sino reunir indicios y pruebas reproducibles en el juicio". La detención y posterior condena a prisión permanente revisable de este hombre supone una satisfacción para el investigador. "Para la familia es un consuelo saber que el autor está en prisión. Como también lo es que se encontrara el cuerpo, y entero además, que fue muy difícil". El asesino había troceado el cadáver y repartido las partes en distintas zonas del pueblo. Por desgracia, "hay casos en los que no se encuentran los cuerpos aunque se sepa que hay un homicidio, porque los autores lo ocultan al máximo".
Precisamente en Estepa se produjo el último crimen de violencia machista el pasado 23 de noviembre. Un hombre disparó a su esposa con una escopeta de caza y luego se quitó la vida con la misma arma de fuego. En la casa estaba el hijo pequeño de la pareja, de 11 años, que fue quien avisó a un familiar. Aunque en un homicidio como éste el caso está resuelto policialmente, la Guardia Civil tiene que realizar una inspección técnico ocular y un informe de los hechos, para que luego el caso pueda ser declarado como de violencia machista y se activen los protocolos adecuados.
Cabe destacar también el esclarecimiento y detención del autor del homicidio de violencia de género ocurrido en Utrera en 2023, así como el sucedido en El Rubio que igualmente fue esclarecido exitosamente. Es digno de mencionar también otros muchos Homicidios de esclarecimiento inmediato, que a veces abordan las unidades de seguridad ciudadana de la Guardia Civil, gracias a su inmediata intervención.
Para ser investigador de homicidios, admite el brigada, hace falta vocación de servicio y dedicación, pues los homicidios rara vez se cometen de lunes a viernes en horario de oficina. "Yo tengo mucha suerte, porque tengo a mi cargo profesionales que se desvinculan de su vida personal y que se vuelcan al 100% en esto. Sin su implicación no seria posible culminar investigaciones tan complejas. Y ademas, tenemos un equipo muy avanzado de peritos, cuyas periciales pasan cuatro filtros de calidad". Todo eso se traduce, sin duda, en los resultados.
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