La hoja de ruta de los municipios de Sevilla ante la escasez de las reservas de agua

Sequía

La provincia afronta la pérdida de recursos hídricos sin cortes del suministro, pero con llamadas al consumo razonable al ciudadano

El calor acelera la sequía de los embalses de Sevilla, que almacenan menos de la mitad de agua

Situación actual del pantano del Pintado en Cazalla de la Sierra.
Situación actual del pantano del Pintado en Cazalla de la Sierra. / Juan Carlos Muñoz

La sequía empieza a tener consecuencias en la provincia de Sevilla. Aunque sin llegar a plantearse restricciones en el suministro, la escasez de agua es una evidencia y los distintos sistemas de abastecimiento de los municipios sevillanos han empezado a adoptar medidas encaminadas, sobre todo, a la concienciación ciudadana para un uso razonable.

En primera instancia, la solución más inmediata para paliar la situación tiene que venir desde el cielo, aunque la climatología hace indicar que no lo va a favorecer. Según datos ofrecidos por Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a este periódico, se espera que a lo largo del mes de agosto siga sin llover. Sobre todo durante la primera quincena. Descartando la posibilidad de mejora en el mes de agosto, las vistas se ponen en septiembre. Con este panorama y con las reservas de agua cada vez más bajas, desde la empresa metropolitana de abastecimiento de agua de Sevilla, Emasesa, ya se están dando los primeros pasos tras tres años de déficit de lluvias y cambios de condiciones de las mismas, con un aumento de la torrencialidad.

Para el responsable de Ahorro y Eficiencia Hídrica en Emasesa y coordinador del Plan de Sequía, Luis Alonso, el "inicio de un periodo de escasez" debe venir marcado por una primeras actuaciones que, en el caso de los municipios que dependen de sus planes de abastecimiento, no pasan de momento por cortes del suministro. "Sería la última medida a la que se llegaría y contra la que llevamos estos tres últimos años trabajando. La idea es que el ciudadano no sufra restricciones salvo que la situación se vuelva dramática", indica Alonso que asegura que, pese a estar en una situación de aportación de lluvias similar a las de la histórica sequía de 1995, "el ciudadano no lo ha notado en el grifo de su casa". "Lo único que ha escuchado son mensajes en los medios de comunicación por la campaña que estamos haciendo de concienciación", añade.

Alonso explica que mucha responsabilidad de esta mejor gestión ahora de los recursos está detrás del propio ciudadano y sus cambios en el consumo. "El ciudadano ha cambiado mucho los hábitos de consumo desde aquella época a ahora. Se trata de ir adaptándonos, tanto nosotros como empresa y el usuario el ciudadano como consumidor para que esto pues no sea un drama cada cinco o diez años", apostilla.

Por otro lado, sí apunta Alonso a la necesidad de empezar a "adaptar" los otros usos del agua en los núcleos urbanos, esto es, riego de parques y jardines y limpieza de la vía pública, por ejemplo. "Serían los primeros servicios afectados si de cara a los próximos meses sigue sin llover porque no es un uso esencial. De hecho, ya se han ido regularizando los consumos", recalca.

Desde Aljarafesa avisan de que, con la intención de poder planificar y anticiparse a lo que previsiblemente va a ser "un otoño complicado", están trabajando para la puesta en marcha de las actuaciones que recoge el Plan de Emergencia, aprobado por el órgano plenario de la Mancomunidad del Aljarafe en junio de 2021, una vez validado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y que incluye medidas dirigidas fundamentalmente a optimizar al máximo el agua en el estado de escasez actual. "Todo ello para ofrecer las garantías suficientes de suministro en todos los municipios del Aljarafe en los próximos meses", apostillan las fuentes consultadas.

En este sentido, desde un punto de vista operativo, Aljarafesa lanzó en el mes de marzo el Plan A+, que recoge una batería de acciones que van desde la planificación de sus propias infraestructuras, seguimiento de la demanda y evolución de los recursos disponibles, hasta la priorización en el programa de inversiones de aquellas actuaciones que inciden en mayor medida en la reducción de huella hídrica. Además, la empresa de aguas ha aumentado las labores de mantenimiento y renovación de las redes de abastecimiento, utilizando además en las renovaciones, materiales de mayor resistencia y vida útil, sectorizando la red para minimizar las incidencias, regulando presiones e individualizando contadores. "También contemplan estas medidas de reducción de huella hídrica, el refuerzo de la vigilancia para detección de fugas y puesta en marcha de campañas de detección de fraudes y usos inadecuados de agua", añaden.

Otras medidas adoptadas pasan por la puesta en marcha de campañas de concienciación a la ciudadanía para un uso responsable del agua. Las mismas buscan conseguir un objetivo de ahorro del 5% del consumo habitual, pudiendo las empresas de agua revisar sus sistemas tarifarios, ya fuera estableciendo revisiones de precios o recargos tarifarios, a fin de conseguir la gestión del consumo de la forma más eficiente en beneficio de todos. Asimismo, se podrá establecer el régimen sancionador recogido en Ley, y que se aplicaría a aquellos usuarios que no redujeran sus consumos en el porcentaje establecido.

Tampoco se están aplicando restricciones en los municipios dependientes del Consorcio de Aguas Plan Écija. Su director de calidad de agua, José Antonio Linares, apunta que la estrategia actual pasa por campañas de concienciación a la ciudadanía con mensajes en los ayuntamientos y a través de las redes sociales. No obstante, Linares subraya el "consumo muy contenido" entre los usuarios como la clave del momento actual. "Estoy convencido de que nuestros vecinos están muy concienciados y le dan al agua el valor que tienen. Vivimos en una zona con una falta histórica de recursos hídricos y están poniendo de su parte para ahorrar y eso es un gran paso llegados momentos de sequía como el que estamos viviendo", apostilla. "No es para nada proporcional el consumo con la ola de calor que estamos pasando. Eso es porque el mensaje sequía ha calado bastante en la ciudadanía del Consorcio Plan Écija", defiende.

En cuanto a las medidas estructurales a adoptar, en caso de llegar a un momento más crítico, se está ya procediendo a hacer tomas de emergencia de diferentes cauces de agua y buscando la posibilidad de poner en funcionamiento pozos de abastecimiento antiguos que se dejaron en desuso.

Las fuentes consultadas en el sistema Aguas del Huesna descartan, igualmente, las restricciones de suministro, de acuerdo con lo establecido en los Planes de Sequía del Huesna y de CHG, aprobados con el objetivo de anteponerse a las situaciones de escasez de recursos hídricos y a las consecuencias que tiene una disminución del servicio de abastecimiento o incluso de desabastecimiento. "Para este fin, el plan analiza el estado de situación de las infraestructuras, las reservas actuales y previsibles, las demandas y las relaciones entre instituciones responsables de gestionar el ciclo integral del agua. En vista de todos estos datos, y en función del grado de sequía, se establecen medidas que consigan paliar sus efectos", argumentan.

En la misma línea que el resto de sistemas de la provincia, en 2021 cayó levemente el volumen de agua facturada un 0,6% con respecto a 2020 hasta situarse en 11,96 millones de metros cúbicos, destinados al conjunto de los abonados, al mismo tiempo, se produjo un leve crecimiento del 0,86% en el número de abonados al servicio, "lo que demuestra un consumo más razonable", apuntan.

Desde la Diputación de Sevilla también tienen su hoja de ruta para que ningún vecino se quede sin agua. La falta de potabilidad reciente en municipios como Guadalcanal o El Castillo de las Guardas por niveles superiores a los límites normativos permitidos en los parámetros de turbidez y color, en el primer caso, y por niveles altos de trihalometanos, en el segundo, ha hecho que el organismo provincial se haya encargado, a corto plazo, del reparto de agua a los vecinos, además de tomar otras medidas para garantizar el suministro.

En el Castillo de las Guardas, a medio plazo, esta situación se va a corregir con la ejecución de la potabilizadora de agua e infraestructura aneja, de la que El Castillo de las Guardas es beneficiario, dentro del Programa de Acompamiento a la Estrategia de Reactivación Económica y Social (Plan Contigo). Por su parte, está previsto el inicio de las obras de emergencia para el abastecimiento del municipio desde el embalse del Jarrama, dada la situación de mínimos históricos en la que se encuentra el embalse de La Reserva, del que bebe principalmente el municipio.

En Guadalcanal, la Diputación ha desarrollado varios planes de emergencia en las últimas semanas a través de un primer envío de 22.680 litros de agua y un segundo de 24.000 litros.

La situación en Aguadulce es distinta, pero el compromiso, de Diputación, el mismo. Ante la insuficiencia de agua para el consumo humano, se ha procedido a la implantación cisterna provisional de agua potable mediante la compra de tres depósitos.

Por otro lado, el organismo provincial tiene en marcha dos programas de obras frente a la sequía. Se trata de un proyecto de obras de emergencia frente a la sequía dotado con 10 millones, que saldrán de los remanentes de tesorería de la Liquidación del Presupuesto de 2021. El primero de ellos lo constituyen tres obras: la construcción de las infraestructuras necesarias de captación e impulsión para el abastecimiento, desde el nuevo sondeo en el Cerro de la Cruz con el depósito El Puntal, en Casariche (2,31 millones); la conducción de abastecimiento desde la impulsión de Cerro de la Cruz hasta depósito de Pedrera (935 millones) y la adecuación del sistema de bombeo en captación subterránea para abastecimiento de Coripe (10 millones). El segundo, está centrado en actuaciones para garantizar el abastecimiento de agua a El Castillo de las Guardas, desde el embalse del Jarrama (3,9 millones); la conexión de abastecimiento desde Brenes a Villaverde del Río (1,3 millones) y la ampliación de toma y estación de tratamiento de agua potable para abastecimiento de Badolatosa y Casariche (1,3 millones de euros).

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