Dieciséis congresos y 68 años de historia común

La trayectoria de la Asociación de Academias de la Lengua Española

M. J. G.

03 de octubre 2019 - 05:00

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La propuesta de celebración del primer congreso de academias de habla española, como se denominaba en esa época, partió en 1950 del entonces presidente de México Miguel Alemán Valdés. La intención no era otra que poner al servicio de la humanidad “esa fuerza de amor y de cohesión espiritual que es el idioma”, según se recoge en la documentación histórica. Aquel primer congreso, embrión de lo que con el tiempo sería la actual política lingüística panhispánica, se celebró en 1951. La RAE, pese a confirmar inicialmente su asistencia, no participó en estas reuniones, debido a las difíciles relaciones diplomáticas de España con México, aunque sí se unió, a finales de 1951, a la comisión permanente surgida tras las sesiones.

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Resueltas las diferencias, el segundo congreso tuvo lugar en Madrid en 1956 con todos los respaldos oficiales. Una ponencia presentada por el poeta de la Generación del 27, profesor y académico Dámaso Alonso, titulada “Unidad y defensa del idioma”, marcó la preocupación principal de los primeros congresos: “…la lucha por la pureza del idioma pudo ser el santo y seña del siglo XIX, pero hoy ya no puede ser nuestro principal objetivo: nuestra lucha tiene que ser para impedir la fragmentación de la lengua común”.

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Medio siglo después, el temor de Dámaso Alonso parece superado. Al segundo congreso lo siguieron 13 más: Santa Fe de Bogotá (1960), Buenos Aires (1964), Quito (1968), Caracas (1972), Santiago de Chile (1976), Lima (1980), San José de Costa Rica (1989), Madrid (1994), una sede que fue accidental, Puebla de los Ángeles (1998), San Juan de Puerto Rico (2002), Medellín (2007), Ciudad de Panamá (2011) y Ciudad de México (2015). Todos ellos contribuyeron decisivamente, con acuerdos y resoluciones, a la puesta en marcha de nuevas iniciativas. Algunos, como el de Bogotá en 1960, sirvieron, además, para sentar las bases del reconocimiento jurídico internacional de la asociación, desarrollado en documentos y declaraciones posteriores.

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Desde 1999, año de publicación de la Ortografía suscrita por todas las academias, las corporaciones participan conjuntamente en sus obras y proyectos. Estudian y debaten las distintas propuestas y buscan el consenso para fijar la norma común de los hispanohablantes sobre léxico, gramática y ortografía.

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La política lingüística panhispánica se refleja en la colaboración, difusión y actualización conjunta de las nuevas publicaciones, en las que ya aparecen la RAE y la Asale como coautoras de las obras. En 2001 se publica la XXII edición del Diccionario de la lengua española, la Ortografía en sus ediciones de 1999 y 2010, considerada una obra panhispánica, y el Diccionario panhispánico de dudas (2005). Obras conjuntas son la redacción por parte de la Asociación de la Gramática y la elaboración de un Diccionario de americanismos. Desde 2000 organiza la Escuela de Lexicografía Hispánica, que cuenta con becas otorgadas por un convenio entre la RAE y la Fundación Carolina para la formación de expertos en lexicografía del español. La Asociación, junto a la Real Academia Española, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2000 con motivo de sus esfuerzos de colaboración y consenso. El lema de la Asale es “Una estirpe, una lengua y un destino”.

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