El ajedrez sevillano: en busca de la estrategia para demoler el enroque
Historia
El Campeonato Mundial de Sevilla de 1987 revolucionó al ajedrez en la provincia, que ha duplicado sus jugadores federados y hoy cuenta con 33 clubes y uno de los torneos de más peso del país
Más ayudas permitirían mover ficha y seguir creciendo
El primer Gran Maestro de Ajedrez nacido en Sevilla ha cumplido hace unos meses 20 años y es el tataranieto de Miguel de Unamuno. Miguel Santos Ruiz es de Utrera y ha hecho historia por ser el primer sevillano que ha conseguido el título más alto que otorga la Federación Internacional de Ajedrez a los jugadores que alcanzan un nivel de excelencia. Este utrerano es, sin duda, uno de los mejores ajedrecistas de la historia de Sevilla, donde también se crió y formó Manuel Rivas Pastor, nacido en Jaén y que logró el máximo título 30 años antes. Ya está retirado pero forma parte del legado de una disciplina en la que Sevilla tiene peso y muchos nombres propios, algunos femeninos, como el de Amalia Aranaz, sevillana que se sitúa en el top 10 de España.
Pero los vínculos con el ajedrez de Sevilla, que acoge estos días su Abierto Internacional, vienen de mucho más atrás. La primera reseña histórica se remonta a 1078. En esa fecha se sitúa la leyenda de Abenamar, el visir de Sevilla nombrado por el rey Almotamid que habría ganado una partida de ajedrez a Alfonso VI, salvando así la invasión de la ciudad. ¿Cómo fue realmente? Lo cierto es que el momento inspiró el cartel del Campeonato Mundial de Ajedrez que acogió Sevilla en 1987 y que es una de las partidas que se ilustran en las cantigas de Alfonso X el Sabio, su Libro de axedrez, dados et tablas, un tratado de incalculable valor publicado en Sevilla en 1283 y cuyo único ejemplar se custodia en El Escorial.
Las investigaciones del sobrino-nieto de Ramos Vallejo
José Julio Gómez Trigo (Sevilla, 1975) estudió Empresariales y trabaja para el Servicio Público de Empleo, pero heredó su afición por el ajedrez de su tío abuelo Manuel Ramos Vallejo, fallecido en 1959 con 50 años tras convertirse en uno de los mejores ajedrecistas de su tiempo. Fue el primer presidente de la peña ajedrecista Oromana, en Alcalá de Guadaíra, la más antigua de Sevilla. En ella se inició después, con 12 años, Gómez Trigo, que no ha llegado a alcanzar el nivel de su pariente. Actualmente no interviene en competiciones oficiales, pero sí se dedica a investigar y escribir sobre la historia del ajedrez en Sevilla. Su interés por los documentos históricos le ha permitido recopilar en un libro un importante legado que da a conocer la contribución de los ajedrecistas sevillanos ilustres. La obra de Gómez Trigo descubre leyendas, anécdotas, fotografías, resultados de torneos, partidas antiguas y testimonios de ajedrecistas de otras generaciones que inspiran a la actual. Y puede adquirirse a través de la Federación Sevillana de Ajedrez.
No hay mucha documentación. La historia continúa en la primera década del siglo XX. La reseña del campeonato de ajedrez más antiguo del que se tiene noticia se recoge en el Sport Sevillano: un torneo organizado por el Círculo de Labradores en 1913. La clasificación del campeonato, encabezada por Juan de la Matta, permite deducir cómo estos primeros ajedrecistas eran personas de posición acomodada, según explica José Julio Gómez Trigo, autor de El ajedrez sevillano. Su historia. Un valioso trabajo de investigación que permite descubrir todas las claves de esta práctica en el último siglo.
El ajedrez, hace cien años, era considerado un mero juego de esparcimiento que se practicaba en los clubes sociales y en el Ateneo, cuya sede estaba entonces en la calle Tetuán. Y hasta 1922 no merece otra reseña en prensa, con motivo de la visita del campeón del mundo Alexander Alekhine. El gran maestro estuvo cuatro noches en Sevilla y participó en simultáneas con aficionados del Casino Militar, Labradores, Mercantil, Unión Comercial y el Ateneo. El citado De la Matta hizo tablas en una de las partidas con el ruso.
Ya en los años 30 sí hay constancia de ciclos de torneos en Sevilla, pues se había fundado la Asociación Sevillana de ajedrez. Y de algún match en los que participó, entre otros, Manuel Andrés Traver, alcalde y mejor jugador de Dos Hermanas en la época. Había partidas en un piso del Café Nacional, en la calle Sierpes. En 1935 se recibió en Sevilla la visita de Óscar Blum, la identidad bajo la que se ocultaba el dramaturgo Nikolai Rajmétov, que estaba en España como activista político. Según Gómez Trigo, “es probable que la Guerra Civil supusiera una interrupción en la floreciente actividad ajedrecística local, ya en 1941 regresa Alekhine, que se reta en el Ateneo con 24 adversarios”.
El libro del aficionado alcalareño recoge las biografías de grandes ajedrecistas de los años 40, entre ellos Joaquín Torres Caravaca o Eugenio Gómez Rodríguez. En los años 50 destacaron también figuras como Leonardo García-Junco o Manuel Lazo que estuvo federado hasta 2003. Hasta 1995 continuó en el grupo de veteranos denominados Old Master, con sede en el Blanco Cerrillo de Los Remedios.
En 1954 se fundó la Peña Ajedrecista Oromana, en Alcalá de Guadaíra, con el oftalmólogo y ateneísta Manuel Ramos Vallejo como primer presidente. Tal fue el entusiasmo de esta peña y la labor de cohesión que hizo que todo cristalizó en una nueva federación sevillana, dirigida en 1958 por el profesor del Instituto Murillo Vicente Genovés. Se fundaron nuevos clubes como el Círculo Cultural deportivo y floreció una gran generación de ajedrecistas.
En los 60, la era del seiscientos favoreció la posibilidad de organizar torneos fuera, pues desplazarse en coche era más fácil. El ajedrez sevillano dio un salto y proliferaron los encuentros amistosos interciudades. Sólo en tres pueblos había clubes diferenciados: Écija, Carmona, Alcalá de Guadaíra y, posteriormente, Dos Hermanas. En el resto se seguía jugando en casinos y peñas. De esa época es el torneo de Santa Lucía, que organizaba la ONCE, entre otros.
Sevilla acogió por primera vez el Campeonato de España por equipos en 1969. El torneo se celebraba desde 1956 pero hasta 1967 no había participado ningún equipo sevillano. El del 69 se disputó en la sala San Hermenegildo. En dicho campeonato destacó ya Ernesto Palacios de la Prida, uno de los mejores ajedrecistas sevillanos, fallecido en el año 2000. “Fue sólo maestro Fide aunque se puede decir que por falta de oportunidades, pues llegó a campeón de España en todas las modalidades y además jugó una Olimpiada de ajedrez, el equivalente al Mundial de fútbol, con la selección de España en 1968”, explica Gómez Trigo.
La historia del ajedrez sevillano es la historia de sus clubes, grandes correas de transmisión de conocimientos. El más antiguo es la sección de ajederez del Círculo Mercantil, club creado en 1868. Y a partir de los cuarenta este club recogió del Ateneo el testigo de convertirse en epicentro del ajedrez sevillano. Después surgen otros en la capital que a lo largo de los años se han fusionado hasta coincidir hoy en La Casa del Ajedrez, fundada en 2008. De la sección de ajedrez de La Estrella (1964) se derivaron Altair (1987), Martínez Montañés (1990), Enroque (1977) y Fernando de Herrera (1983). Los dos primeros se transformaron en Amate (1994) y los dos últimos en Triple Jaque (2003), que coincidieron con Las Dueñas (1988). También forman parte de la historia el club del Tenis Betis, Pino Montano-Retórica, Claret, Los Carteros, Tussam, desaparecidos, al igual que la sección del Labradores, que se mantuvo hasta 2004 tras 30 años de éxitos.
El ajedrez sevillano se disparó en los años 70. Fue entonces cuando llegó a la capital el campeón Bobby Fischer. Pero, sin duda, el antes y el después vino con el Campeonato Mundial de Ajedrez de 1987 que abrió esta disciplina al público en general. Ya se había creado la Federación Andaluza y la Junta dio un impulso a este deporte con ayudas que permitieron fundar clubes y se relanzó el Abierto de Sevilla, internacional desde 84.
El gran salto de excelencia de los ajedrecistas llegó en los 90, con una generación que ha dado cuatro maestros internacionales: Rodríguez Talavera, Fernando Vega, Ismael Terán y Agustín García Luque. Título que logró Jesús Garrido en la siguiente década que, sin duda, ha sido la de los maestros Fide y las escuelas. Hay cantera, pero el ajedrez también ha atravesado sus crisis, que han coincidido con las institucionales. La falta de financiación suspendió el Open de Sevilla tres años. Se retomó en 1998 y está consolidado. Igual necesitado de una táctica que permita demoler ese enroque y crecer.
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