"Soy la hija de un asesino, eso me ha influido en todo"

Una joven sevillana relata cómo descubrió quién era su padre, que la abandonó a los nueve meses

Su progenitor mató a su novia en 1997 e intentó cometer otro crimen al salir de prisión

Todo sobre los sucesos en Sevilla

La joven, fotografiada en la Plaza de España a finales de noviembre.
La joven, fotografiada en la Plaza de España a finales de noviembre. / José Luis Montero

Detrás de las iniciales V. R. B. hay una joven de 32 años que nunca pensó que su historia pudiera interesarle a nadie. En el año 2009, siendo una adolescente, introdujo un nombre en los buscadores de internet y descubrió que éste pertenecía a un asesino: su padre. "Lo hice medio en broma, con un amigo. Yo tenía muy pocos datos de él hasta ese momento. Y allí estaba, me pareció una revelación surrealista. Había varios artículos sobre aquel suceso", explica la joven, que ya sospechaba desde pequeña que su padre podría ser un delincuente.

Era un hombre que había matado a su novia en el año 1997. Tras pasar más de veinte años en prisión, volvió a intentar matar a otra persona en el año 2021. Aquel hombre, ex legionario y neonazi, había tenido una corta relación con su madre, a la que abandonó cuando ella era una bebé de pocos meses. Sus abuelos la criaron entre algodones, sorteando grandes dificultades, ante la incapacidad de su madre, que padece una enfermedad mental. Hoy se plantea contar su historia en un libro, porque escribir siempre la ayudó. "Soy la hija de un asesino, eso me ha influido en todo".

V. R. B. nació en Sevilla en 1992. Cuando tenía nueve meses, su padre abandonó a su madre. El 31 de julio de 1997, su padre mató a su novia de entonces asestándole 12 puñaladas. El crimen se cometió en el interior de un coche, donde la pareja inició una discusión, en una zona próxima a la carretera de Utrera, a la altura de Montequinto. Fue juzgado por un jurado popular, que dio un veredicto de culpabilidad. La Audiencia de Sevilla lo condenó a 22 años de cárcel por aquel crimen, pero el TSJA rebajó la pena a 14 años. El Alto Tribunal andaluz consideró que el asesino no se había ensañado con su compañera sentimental, a pesar de asestarle doce puñaladas, por lo que eliminó de la sentencia los agravantes de alevosía y ensañamiento. El Supremo volvió a establecer la primera condena de 22 años impuesta por la Audiencia de Sevilla y revocó la sentencia del TSJA. Acabó de cumplir la pena en el año 2019.

Una medalla con gran valor sentimental para esta joven.
Una medalla con gran valor sentimental para esta joven. / José Luis Montero

Ni dos años le duró la libertad. En marzo de 2021, se peleó con un hombre en una calle de Dos Hermanas y le asestó una puñalada que estuvo a punto de causarle la muerte. Fue la noticia de este segundo suceso la que motivó a V. R. B. a volver a buscar el nombre y apellido de su padre en internet, confirmando nuevamente lo peor tres años más tarde, momento en el que decidió contactar con este periódico.

"El status de nuestros padres nos abre una u otras posibilidades en la vida y unas directrices. En mi caso, lo más duro fue la ausencia y el vacío que eso genera, que es llenado por unos u otros en mayor o menor medida. Al final mi familia, entorno y yo misma hemos tenido que trabajar el doble para reparar el daño", cuenta. Inició una investigación sobre su padre y fue recopilando datos. "De él sé todo lo que he podido preguntar y averiguar a los que lo conocieron. Ha sido prácticamente una investigación hasta mis 26 años, cuando decidí irme. Sé que estuvo en el Ejército, que era falangista y fue legionario, además de neonazi. Me han contado que por las mañanas, cuando se afeitaba, cantaba El novio de la muerte. Son muchos detalles a cuentagotas a lo largo de los años. Cuando conocí a mi familia paterna, a la que contacté cuando tenía 16, descubrí muchos más detalles. Nunca ninguno fue demasiado entrañable".

V. R. B. no ha tenido contacto con su padre desde que tenía nueve meses. "Fue la última vez que me vio. Ni siquiera le dijo a su entorno nada acerca de mi existencia. Sí sé que lo hizo con otros dos niños, hermanos de los que nunca parece ser que sabré. Según el orden, yo iba en el medio. Tampoco parece que pueda encontrarle una lógica a eso". La pregunta que más le descoloca es cómo fue su infancia. "Mis abuelos me criaron y fueron unos auténticos héroes de los que estoy orgullosa. Se esforzaron lo que no está escrito para sostenernos a mí y a mi madre, la cual acabó increíblemente rota... Es triste decir que mi infancia evidentemente fue diferente. Yo me crié como si hubiese sido la hija de mis abuelos, pero sabiendo que mi madre estaba ahí, y no ejercía de madre. Estaba 'malita', como decían antaño, y lo que pasaba en casa no se decía".

Con la perspectiva que da el tiempo, duda de que esa fuera la "mejor manera" de tratar el asunto. "Yo con el tiempo decidí buscar la verdad tras todo aquello. Y, aunque horrible, fue esclarecedora. Debemos conocer la realidad para estar preparados y tener las herramientas para afrontarla". Su familia nunca se lo reveló. "Era una verdad a medias, que se iba desvelando con el devenir del tiempo. Las preguntas de una niña pequeña eran ignoradas y lo pausaba. Pero con los años oía conversaciones, o preguntaba en determinado momento y salían detalles".

Así conoció el nombre de su padre, con el que no comparte apellido. Se lo dijo su abuela. "Mi abuelo, en paz descanse, quiero creer que sabía poco o nada. Para cuando cometió el crimen habían pasado cinco años desde la última vez que tuvo contacto con mi madre. Ellas lo supieron por la televisión. En general había un gran hermetismo sobre este asunto, un gran tabú que tampoco sabían manejar mucho. Y, si soy sincera, poco se sabe manejar. Pero poder completar tu historia es poder saber de ti misma, y conocer el papel que jugaron todas aquellas personas que alguna vez con o sin saberlo, estuvieron ahí".

Hoy afirma que el abandono de su padre "también fue un crimen del que nunca se habló, y acabó siendo un criminal aún mayor". "Tampoco cuando se convirtió en un criminal con mayúsculas se tuvo en cuenta su curioso historial personal. Y como yo, debe de haber miles de casos. Mis dos hermanos, sin ir más lejos. Solo pude saber la verdad por los periodistas, y es por eso que estoy agradecida y dando esta entrevista ahora".

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