"No he hecho nada de lo que deba arrepentirme o avergonzarme"
El hermano del asesino confeso de Marta insiste en proclamar su inocencia y muestra su deseo de que aparezca el cadáver por el consuelo para la familia y para él mismo, porque cree que el hallazgo reforzaría que no tuvo ninguna participación
Sevilla/Casi ocho meses después del asesinato de Marta, cuyo cuerpo sigue sin aparecer, Javier Delgado Moreno, el hermano del asesino confeso, compareció ayer por primera vez ante un grupo de periodistas para insistir en que es inocente y denunciar que se siente víctima de los errores de una investigación policial precipitada y de una presión mediática desmedida.
El hermano de Miguel Carcaño, que mantuvo un encuentro con los informadores por espacio de dos horas y en el despacho de su abogado, José Manuel Carrión, reiteró que no ha tenido ninguna participación en la muerte, desaparición y ocultación del cuerpo de la joven sevillana, y advirtió que no tiene miedo al juicio al que es consciente que tendrá que someterse. "Yo no me creo condenado porque no he hecho nada para ser condenado y creo que si llego a juicio voy a salir absuelto", aseveró.
Delgado cree que es víctima de una "investigación policial fallida y una presión mediática sin razón", en la que no se le ha dado la oportunidad de demostrar su inocencia, sino que ha sido "criminalizado por todos desde primera hora". El conjunto de los errores de la investigación y la presión mediática, según este imputado por delitos de encubrimiento, amenazas, y profanación de cadáveres, ha acabado por "arruinarle" la vida por el simple hecho de ser hermano del presunto asesino. "Que sea su hermano no significa que yo tenga que ser un delincuente", apostilló.
El hermano del asesino confeso asegura que su entorno más cercano lleva soportando desde hace ocho meses una situación que no duda en calificar de "acoso, intimidación y en cierta forma extorsión" por la "presión policial", ya que, en su opinión, la investigación realizada sobre él y su novia es del todo errónea. "La investigación realizada sobre mí y mi novia es un completo desastre. Si no he hecho nada, ¿cómo he estado tres meses en prisión?", se pregunta Javier Delgado, que no alcanza a comprender "que aquí nadie rectifica"c uando se equivoca.
El hermano del principal imputado por el asesinato de Marta considera que ha habido "prisas" en la investigación policial e ironiza con respecto a la "investigación de libro" que defendió el jefe superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra. "Esto es un caso de libro, pero no lo era en su momento, ahora sí es para hacer un libro", precisó Javier Delgado sobre los errores que, según puntualiza, se han cometido con su persona.
En su opinión, las únicas pruebas que hay contra él no tienen fundamento. "Me detuvieron con la declaración del menor [que posteriormente se retractó] y con tres frases sacadas de contexto", dice el hermano de Miguel.
En la entrevista, Javier asegura que comprende el dolor por el que está pasando la familia de Marta y confía en que finalmente aparezca el cuerpo de la joven. "Entiendo a la familia, que lo está pasando muy mal, y me pongo en su lugar porque yo también tengo una hija; entiendo a esa familia pero yo no puedo ayudarle. Arrepentirse y avergonzarse lo hace el que ha hecho algo, pero yo no he hecho nada", sentenció.
Javier Delgado dice que seguirá luchando para conseguir que se reconozca su plena inocencia y que lo hace por su familia, sobre todo por su hija pequeña. "Mi hija tiene que saber que su padre no ha hecho nada y voy a luchar hasta donde pueda".
El hermano de Miguel reveló que ha intentado colaborar con los investigadores policiales desde el primer momento. "Yo quiero la verdad también, no tengo nada que ocultar y a mí la verdad auténtica me exculpa de todo".
Cuando se le pregunta sobre si cree que alguna vez aparecerá el cuerpo de Marta, su respuesta es lacónica: "Sé lo mismo que usted". Javier Delgado espera, no obstante, que el cadáver aparezca para que se esclarezca la verdad. "Me encantaría que el cuerpo de la criatura apareciera: primero por su familia, para que descanse, y en segundo lugar por mí mismo, porque el cuerpo puede decir muchas cosas y de mí no puede decir nada", señala en relación a las posibles pruebas que pudieran obtenerse en el caso de que se hallara el cadáver de la adolescente.
En cualquier caso, Javier descarta rotundamente que él sea ese cerebro al que la Policía atribuye la operación para deshacerse del cadáver, y cree que el hecho de que los agentes no admitan que no ha tenido ninguna participación en los hechos puede obedecer a que "desde la investigación no quieren reconocer que le han engañado unos críos y es más fácil decir que les ha engañado una persona de 40 años".
El hermano del presunto asesino le reprocha el crimen de Marta. "Haya hecho lo que haya hecho, lo más leve que me parece es que es una completa barbaridad. Antes me parecía un chaval normal, no me parecía un mal niño".
Javier Delgado sostiene que siempre confió en la versión que le había facilitado su hermano, de que no tenía nada que ver con la desaparición de Marta, y alega que no se enteró de que era el principal sospechoso de la muerte hasta que se produjo la detención de Miguel, el 13 de febrero. Javier comenta que estuvo ayudando a su hermano porque no había desconfiado en absoluto de la versión que éste le facilitó y que lo hizo como hubiera hecho cualquier persona con su hermano. "Que ahora me doy cuenta de que soy imbécil, pues de acuerdo, pero en aquel momento tenía que ayudar a mi hermano".
Javier Delgado sigue defendiendo que no conocía a Marta y que la tarde del crimen no la vio en la vivienda de la calle León XIII, donde únicamente coincidió con su hermano durante unos diez minutos, hasta que se marchó para ver a su hija y a trabajar en un bar, y no regresó hasta las cuatro de la madrugada del día siguiente.
Por último, Javier relata que no ha hablado con su hermano desde el 14 de febrero, porque probablemente no le podrá perdonar "hasta que esté cerca de la caja de pino" y concluye que le parece "una locura" que Miguel reciba cartas de admiradoras en prisión.
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