Un guía turístico sevillano se enfrenta a 23 años de cárcel por violar a una estudiante de EEUU y abusar de otras dos
Manuel Blanco Vela, propietario de la agencia Discover Excursions, será juzgado a finales de enero en la Audiencia Nacional
EEUU lanzó una alerta de seguridad por su potencial peligrosidad
Fue condenado a pagar como responsable civil de la muerte accidental de otra estudiante
Un guía turístico sevillano, Manuel Blanco Vela, se enfrenta a 23 años de prisión por violar presuntamente a una estudiante estadounidense y abusar de otras dos. Blanco Vela regentaba Discover Excursions, una agencia de viajes que tenía su sede junto a la Plaza Nueva y que estaba especializada en llevar a Marruecos y Portugal a jóvenes norteamericanos que estudiaban en España.
En el curso de uno de esos viajes, violó presuntamente en un hotel de Tánger a una de las estudiantes que contrató un viaje con él, Gabrielle Vega, que cursaba estudios en la Universidad de Salamanca y quien asegura que fue drogada y sodomizada por el guía y empresario turístico. En otro viaje al Algarve, abusó presuntamente de otras dos jóvenes que estudiaban en Valencia.
Por estos hechos, Blanco Vela será juzgado el próximo mes de enero en la Audiencia Nacional. La Fiscalía le pide siete años de cárcel por un delito de violación y un año más por sendos delitos de abuso (los hechos son anteriores a la reforma del Código Penal para los delitos sexuales), mientras que la acusación particular, que ejerce el abogado Abel de Bedoya en nombre de las víctimas, eleva esa petición hasta los 15 años por la violación y cuatro por cada uno de los abusos. También le solicita una indemnización de 600.000 euros por el daño moral causado.
Fueron varias chicas más las que denunciaron haber sido agredidas sexualmente por Blanco Vela, si bien luego no continuaron adelante con el proceso judicial. La Embajada de EEUU en España llegó a emitir, en el año 2019, una alerta de seguridad por la peligrosidad de este individuo tras las numerosas denuncias presentadas por estudiantes estadounidenses durante varios años.
Violación en Tánger
El primero de los hechos por el que será juzgado el empresario turístico ocurrió en otoño de 2013 en un hotel de Tánger. La denunciante, una estudiante de Florida llamada Gabrielle Vega, por entonces de 19 años, contrató a través de la web un viaje al norte de Marruecos con la empresa Discover Excursions, situada en la calle Joaquín Guichot de Sevilla, que también era la sede social de la mercantil Voodoo Travel, de la que Blanco Vela era administrador y socio único. Este empresario ejercía como guía principal en el viaje.
La última noche antes de regresar a España, el 2 de noviembre de 2013, el guía se acercó a la joven americana y a otras dos amigas con las que ésta compartía habitación, y que se encontraban en la terraza del bar de un hotel de Tánger tomando unas cervezas tras volver de las excursiones del día. Según el relato de los hechos incluido en los escritos de la Fiscalía y la acusación particular, a los que ha tenido acceso este periódico, cuando se disponían a pedir otra ronda, Blanco Vela "les sugirió la posibilidad de tomar champán con ellas en su habitación, a lo que ellas accedieron".
Una vez se encontraron en el dormitorio que compartían las tres jóvenes, el procesado encargó champán al servicio de habitaciones, sirviéndoles él mismo las copas. "Quiso jugar a verdad o atrevimiento y les desafió a quitarse sus camisetas, a lo que aquellas rehusaron. No obstante, Manuel Blanco Vela se despojó de su ropa, salvo la interior", añade la Fiscalía.
Gabrielle Vega empezó a sentirse "muy cansada y se quedó dormida" mientras sus amigas hablaban con el guía. Al despertar, la joven se encontraba sola en la habitación y se dirigió al baño, "no llegando a entrar, al ver al abrir la puerta a sus amigas en la ducha en camiseta con el procesado en ropa interior". Los tres salieron del baño y entró Gabrielle, pero acto seguido Manuel volvió a entrar. Allí, agredió sexualmente a la joven estudiante, a la que empujó su cabeza hacia abajo, de forma que ella cayó al suelo y quedó inconsciente. El sospechoso aprovechó este momento para violar presuntamente a su víctima, según el relato de los hechos que hacen los escritos de acusación.
La chica se "despertó con heridas en las rodillas, con el convencimiento de haber sido drogada y sodomizada" y con fuertes dolores, mientras que el acusado ya no estaba allí. Gabrielle Vega no comentó lo sucedido con sus amigas y no vio a Manuel Blanco hasta el día siguiente en la puerta del autobús. Tardaría meses en hablar de lo ocurrido.
Lo hizo en el primer trimestre de 2014, cuando "compartió su angustia con una amiga compatriota y compañera de estudios en Salamanca". En noviembre de ese mismo, en EEUU, decidió iniciar un tratamiento psicológico. El 5 de diciembre de 2014 fue diagnosticada de "estrés postraumático".
A principios del año 2018, en unas jornadas en la Universidad de Florida, Vega mencionó lo que le había sucedido durante su viaje a Marruecos en 2013. Mientras narraba los hehcos, dos de las asistentes relataron que en un viaje con la misma agencia, en el verano de 2017, "habían sufrido una experiencia de similar índole por parte del procesado". Esto fue el detonante que la llevó a denunciar los hechos ante el cónsul general de España en Miami el 1 de marzo de 2018. También expuso lo ocurrido a través de las redes sociales y en varias entrevistas en televisión.
Como consecuencia de estos hechos, la joven estadounidense ha necesitado tratamiento psicológico, que continúa a día de hoy "por los temores y fobias desarrollados como consecuencia de las violaciones y abusos sexuales de las que fue objeto", apunta el escrito del abogado Abel de Bedoya. Atendiendo al daño moral sufrido por su cliente, el letrado eleva la petición de indemnización a los 600.000 euros.
Otro caso en el Algarve
El segundo caso que se juzgará fue denunciado por otras dos estudiantes norteamericanas, Hayley Kathleen McAleese, de 20 años en el momento de los hechos, y Carly Michelle Van Ostenbridge, de 23. Ambas eran alumnas del centro Florida State University de Valencia, y denunciaron públicamente haber sido atacadas por el empresario sevillano cuando tuvieron noticia del caso de Gabrielle Vega. Denunciaron públicamente su caso a través de la NBC. Del 26 al 28 de mayo de 2017, las dos viajaron con un grupo de 80 jólvenes a Lagos (Portugal), un desplazamiento que fue contratado con la agencia Discover Excursions.
De nuevo Manuel Blanco Vela ejercía de guía. En la madrugada del 28 de mayo de 2017, este hombre obsequió a las dos jóvenes con tiques de bebidas de un bar, y las animó a asistir a una fiesta en su habitación del hotel Marina Club Lagos Resort, "ofreciéndose a acompañarlas, si bien al llegar, sobre las dos de la madrugada, observaron que no había más invitados en el dormitorio del procesado".
Éste les preguntó si se podía poner más cómodo y les propuso jugar a verdad o atrevimiento, "preguntando, como si fuera un reto, si besaban a su guía turístico". Ambas chicas lo besaron en la mejilla, y "ante su insistencia, le dieron un beso superficial en los labios". "Sentado en la cama, les solicitó que bailaran para él y Carly accedió a ello simulando moverse bajo el agua, pero el procesado propuso un baile más sexual, encima de él, a lo que ambas se negaron", continúa el relato de los hechos.
El guía se levantó y puso a las chicas de espaldas con las manos en la mesa y sujetándolas por las caderas, "diciéndoles que se quitaran los pantalones, a lo que ambas respondieron que no". De repente, Manuel Blanco, "con ánimo libidinoso, sujetó a Harley de su mano derecha y a Carly de la izquierda, inmovilizándolas en un rincón de la habitación". Hayley intentó zafarse y dijo que se quería ir, pero el acusado le respondió que no se fuera porque se "había puesto a tono", y volvió a insistirle a la joven en que le diera un beso, "besándola y cogiendo la mano que sujetaba a Carly y colocándola en su pene".
Hayley insistió en marcharse y Blanco Vela le respondió que dejara a Carly para que "termine lo que ha empezado". La joven respondió que se irían las dos juntas y abrió la puerta, diciéndole que "no podía hacer nada porque la gente lo podía oír". Por ello, el procesado soltó a Carly.
Las dos estudiantes pasaron la noche en la habitación de otros compañeros de viaje, "temiendo que el guía pudiera localizarlas en las suyas". No lo vieron al día siguiente. Ambas denunciaron los hechos a su vuelta a España, el 29 de mayo de 2017, en compañía de la subdirectora del centro Florida State University de Valencia. Esto motivó la apertura de unas diligencias previas por parte del juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, que se incorporaron a la causa contra Blanco Vela.
Según la legislación vigente en el momento de los hechos, más favorable al acusado que la actual, la conducta de Manuel Blanco es constitutiva de un delito de agresión sexual por la violación a Gabrielle Vega y de dos delitos de abusos sexuales contra las otras dos estudiantes. En la actualidad, estos mismos hechos serían constitutivos de tres delitos de agresión sexual.
La acusación particular solicita una pena total de 19 años de prisión. Por la violación le solicita 15 años de cárcel y seis años de libertad vigilada e inhabilitación para la profesión de guía turístico, a ejecutar con posterioridad a la pena privativa de libertad. Igualmente, le pide la prohibición de comunicarse con Gabrielle Vega durante seis años. Por cada uno de los dos delitos de abusos, solicita una pena de prisión durante cuatro años, así como la prohibición de comunicarse con las víctimas durante un año. En cuanto a las indemnizaciones, el abogado de la acusación particular solicita una de 600.000 euros para Gabrielle Vega y otras dos de 150.000 euros para Hayley y Carly.
El juicio está previsto en la Audiencia Nacional entre los días 26 y 28 de enero y contará con tres sesiones. En ellas, además de la declaración del acusado y de las víctimas (aún está pendiente de saberse si lo harán de manera presencial o mediante videoconferencia desde EEUU), se ha citado a declarar a varios testigos, entre ellos las amigas que acompañaban a Gabrielle Vega la noche de los hechos y otros estudiantes norteamericanos, así como tres policías nacionales, dos de ellos pertenecientes a la UFAM central y otro a una comisaría de Valencia. Entre los peritos hay una estadounidense y dos médicos forenses españoles.
La muerte de Lauren Bajorek
Manuel Blanco Vela ya estuvo relacionado con un extraño suceso que acabó con la muerte de otra estudiante norteamericana, Lauren Bajorek, la madrugada del 19 de julio de 2015. Apenas unas horas después de haber cumplido los 21 años, esta joven murió al precipitarse desde una terraza de la casa del empresario turístico, un octavo piso de la plaza de la Juncal. La chica estaba muy ebria y se encontraba en la vivienda con Blanco y otra joven estadounidense. Fue el propio Blanco quien llamó al 061 a las 4:54 de aquel día para alertar de que una persona se había caído desde un balcón.
La muerte de Lauren Bajorek fue investigada por el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Sevilla, que descartó el suicidio desde el momento en que analizó el teléfono móvil de la joven. Los investigadores reconstruyeron las últimas horas de Lauren Bajorek, que había salido aquella noche en Sevilla con varias amigas de su programa de estudios para celebrar su cumpleaños. En un momento de la noche acabaron llegando a la discoteca Bilindo con otras tres chicas y Manuel Blanco. Dos de las jóvenes se marcharon y Blanco y las otras dos optaron por marcharse en taxi hasta la vivienda del primero.
"Manuel Blanco las llevó a las dos, muy ebrias ambas y bastante sobrio él a su casa, con la justificación de tomar la penúltima copa, si bien, a juicio de esta instrucción, la intención era mantener relaciones sexuales con alguna de ellas", relata el informe policial. Bajorek se metió en un jacuzzi que había en la terraza, pero Blanco y la otra joven la dejaron sola. "Lauren había dado muestras de no ser capaz de mantener la verticalidad, perdiendo el equilibrio en un par de ocasiones", añade el documento policial, que continúa explicando que la estudiante se quedó sola en la terraza, "muy bebida y con problemas para mantener el equilibrio corporal".
Aunque quedó claro que la muerte fue accidental, para la Policía la conducta de Manuel Blanco pudo haber sido penalmente reprobable, pues se hallaba sobrio en su vivienda con dos chicas extranjeras mucho más jóvenes que él y que estaban muy ebrias y tendría que haber velado por la integridad de ambas. El caso fue sobreseído por el juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla.
Sin embargo, el empresario turístico fue condenado en lo civil. El juzgado de Primera Instancia número 15 de Sevilla, en una sentencia emitida el 13 de febrero de 2019, lo condenó a pagar 73.814 euros como responsable civil de la muerte de Bajorek, que se encontraba "al borde del coma etílico" cuando se precipitó desde la terraza del piso de Blanco.
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