Las guarderías municipales cierran el curso al borde de la asfixia económica

La Junta ya ha pagado a todas las escuelas de convenio, excepto a las 86 que son propiedad de los ayuntamientos

La maestra de una guardería atiende a una pareja de niños.
La maestra de una guardería atiende a una pareja de niños.
Diego J. Geniz

04 de agosto 2014 - 05:03

Vacaciones en números rojos. Las guarderías han acabado el curso. El jueves cerraron las puertas que volverán a abrirse el 1 de septiembre. Pero no todas lo han terminado igual. Mientras que la Junta se ha puesto al corriente de los pagos con aquéllas de titularidad privada con las que tiene convenio, las que pertenecen a ayuntamientos están a la espera de saber cuándo recibirán dicho cobro para hacer frente al gasto en plantilla y proveedores, una situación que las coloca al borde de la asfixia económica.

Se acaba un curso al igual que el anterior. Las deudas de la Junta con las escuelas infantiles de titularidad municipal se ha convertido en una constante cuando llega el verano, una situación que complica la vuelta en septiembre. El pasado jueves la Consejería de Educación, a través del Ente de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE), pagó la mensualidad correspondiente a mayo a las guarderías de convenio. Sin embargo, dicho cobro no llegó a todas. Quedaron fuera de él las 86 -según datos recientes de la Delegación de Educación- que pertenecen a los ayuntamientos.

Dicho pago responde al porcentaje de bonificaciones de las plazas ocupadas por los menores. El coste público actual de un puesto en estos centros es de 278,88 euros (con comedor incluido), un precio que no ha variado en un lustro. Más de la mitad de los niños que acuden a las guarderías disfrutan de una plaza totalmente gratuita, una cantidad que se eleva al 80% si se tiene en cuenta a todos los bonificados, es decir, los que obtienen algún tipo de descuento por renta social y otros condicionantes.

Las guarderías de convenio están obligadas a que todas sus plazas sean públicas -algo que levanta discrepancias en el sector- por lo que el pago que reciben de la Junta resulta esencial para su mantenimiento, pues de él depende que cobren los trabajadores y los proveedores. Desde hace varios años, especialmente al comenzar la crisis, los retrasos se han convertido en una constante para las escuelas infantiles. Esta situación mejoró el año pasado para las que son de titularidad privada gracias al plan de pago de proveedores. Sin embargo, el problema se mantiene en las municipales, pues la citada orden delimita que se use el fondo de liquidación autonómica (FLA) para los centros cuyos propietarios son los ayuntamientos.

La preocupación por esta falta de pago ya surgió a principios del julio, cuando la Junta adeudaba abril y marzo. Dichos pagos se efectuaron a mediados del mes pasado. Sin embargo, el día 31 todas las guarderías de convenio cobraron mayo (junio aún está en plazo de pago), ingreso que no se produjo en las municipales, que el año pasado recibieron dicha mensualidad en diciembre. La situación ha puesto en alerta a los encargados de gestionar las escuelas de los ayuntamientos (algunos consistorios las gestionan directamente, sin empresas intermediarias), como María Isabel Uncala, encargada de la guardería municipal Maestra Araceli de Silva, en Umbrete, quien asegura que el curso se ha cerrado sin que la Junta aclare "cuándo y cómo vamos a cobrar mayo".

Fuentes de la Consejería de Educación han asegurado a este periódico que dicho cobro se efectuará "los próximos días", una promesa que no acaba de convencer a los gestores de dichos centros, que temen que al final no se pague hasta diciembre. "El dinero que nos entrega el ISE ha de proceder de Hacienda, pero en innumerables ocasiones lo ha destinado a otros gastos, motivo por el cual han hecho uso del FLA, una medida a la que puso freno el Gobierno central en 2013, lo que retrasó el pago de mayo hasta diciembre. No es extraño que ahora ocurra igual".

Mientras este ingreso no se efectúe buena parte de los 800 trabajadores de estas escuelas tendrán que afrontar las vacaciones sin un ingreso reciente, pues no todas las empresas pueden asumir dicho gasto con recursos propios.

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