La Gran Sevilla: el futuro de la ciudad está en los pueblos
25 aniversario Diario de Sevilla
Los municipios que componen el Área Metropolitana concentran el crecimiento de la población en la provincia
La idea de una Gran Sevilla, propuesta por Sánchez Monteseirín y recuperada por Juan Espadas, está en la línea de la evolución de las grandes capitales europeas
La provincia de Sevilla tiene casi dos millones de habitantes. De ellos, algo más de un millón y medio viven entre la capital y los municipios circundantes. Un Área Metropolitana que es la cuarta en superficie de España, con 4.905,04 kilómetros cuadrados y que se perfila como una zona estratégica de crecimiento empresarial y de fijación de población. En 1999, residían en los 46 municipios que luego se incluyeron en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus) 1.337.851 personas. La referencia aún estaba en la ciudad, con más de 701.000. En los pueblos se concentraban 636.000.
La unión de diferentes municipios es fundamental para encontrar soluciones a problemas comunes como la movilidad, la gestión de residuos o el abastecimiento y saneamiento. La gestión eficiente y sostenible de esta movilidad pasa por una red de transporte público que tenga en cuenta las necesidades de la cada vez más mayoritaria población de la primera corona metropolitana. El transporte público metropolitano de Sevilla cerró 2023 como el mejor año de su historia con cerca de 37 millones de desplazamientos y un crecimiento de más de un 37% con respecto al ejercicio anterior.
Actualmente, los municipios que rodean la capital son un nodo logístico con una destacada oferta en los procesos de investigación y nuevas tecnologías. Junto a la oferta residencial más tradicional, se generan nuevas fórmulas habitacionales transicionales como el coliving, coworking o BTR, vinculados a la modernización de la economía metropolitana basada en la generación de conocimiento, investigación, innovación o formación especializada y universitaria.
Una radiografía de la provincia que hay que analizar teniendo en cuenta las tres realidades que tiene Sevilla: la capital, un Área Metropolitana que aún espera el final de la SE-40 y una actualización de las áreas de oportunidad incluidas en el POTAU y la segunda y tercera corona Metropolitana con la Sierra Morena, Sierra Sur, Corredor de la Plata y Campiña. Esta última tiene entre sus objetivos la fijación de población. No existe el fenómeno de pueblos con menos de cien habitantes o abandonados de otras zonas de España, por eso es el momento de evitar el fenómeno de la despoblación.
Aquí es donde vuelve el concepto de la Gran Sevilla, al estilo de otras capitales europeas como el Gran París. La Metrópolis es una estructura administrativa para la cooperación que cubre la ciudad de París y sus suburbios más cercanos. Nació el 1 de enero de 2016 y comprende 131 comunas. Una población de 12 millones de personas en 814 kilómetros cuadrados que está administrada por un Consejo Metropolitano de 210 miembros. Cifras monstruosas comparadas con Sevilla pero con una experiencia de gobierno que puede ser extrapolable.
En cualquier caso, es importante considerar que existe un ciudadano metropolitano que trabaja en un sitio, vive en otro y se mueve por diferentes municipios a la hora del tiempo de ocio. Para ello es importante trabajar en el sentido de la cohesión en materias como agua, residuos, energía, prevención y extinción de incendios. Este trabajo debe contar con la implicación de las diferentes administraciones, sindicatos, empresarios y diferentes agentes sociales para crear una Gran Sevilla con entidad para hablar de igual a igual a las grandes capitales europeas.
Desde la Diputación, como organismo que recoge a todos los municipios sevillanos se han lanzado algunas propuestas que giran en torno a la idea de esta gran área metropolitana como la creación de una empresa única de aguas que tendría 300 millones de euros de presupuesto y que, con el suficiente músculo financiero, podría afrontar de forma solvente los problemas que conlleva la sequía. En la actualidad, funcionan diferentes sistemas de abastecimiento en la provincia: Emasesa, Aljarafesa, el consorcio del Huésnar, el consorcio de aguas de Écija, y la empresa suministradora de la Sierra Sur de Sevilla. Junto a esto, más de una veintena de municipios se abastecen de aguas subterráneas.
En realidad, la propuesta de una Gran Sevilla sigue siendo una entelequia. Poco se ha avanzado desde que Sánchez Monteseirín, un alcalde que sabía mucho de la provincia por su experiencia como presidente de la Diputación, diputado provincial e incluso concejal en Burguillos entre 1979 y 1987, formuló la idea de un ente con el que hacer Sevilla más capaz de ejecutar planes cuyo ámbito de actuación fueran más allá de un término municipal. Para conseguirlo es necesario un cambio de mentalidad en empresarios y políticos. Hay que gobernar pensando en el millón y medio de personas del área metropolitana.
Uno de los problemas para hacer realidad esta Gran Sevilla, tomando como ejemplo a otras grandes metrópolis, es la cohesión territorial con una red efectiva de transportes públicos y la mejora de las carreteras. El ejemplo más evidente es el de la SE-40, una vía de comunicación fundamental para el desarrollo económico del área metropolitana.
Se estima que en 2030, el 60% de la población vivirá en áreas urbanas. La metropolización, un fenómeno “complejo” que en nuestro país está en expansión. A pesar de ser una tendencia de las grandes áreas urbanas, en España la descentralización y la transferencia de competencias a las comunidades autónomas hacen muy difícil su institucionalización.
A lo largo de estos 25 años ha cambiado la manera en la que los ciudadanos se relacionan con el territorio. Cada vez es más habitual que una persona viva en un municipio, trabaje en otro y se mueva por varios de ellos durante el tiempo de ocio. La capital no puede ya resolver sus problemas sin ocuparse también de los municipios del entorno.
Desde que en 2009, la Junta, entonces con Juan Espadas como consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, aprobara el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus), el debate sobre la coordinación de la Gran Sevilla fue decayendo. Juan Ignacio Zoido, como alcalde de la capital, no tuvo entre sus asuntos prioritarios el Área Metropolitana. En tiempos de Espadas al frente del consistorio volvió la idea de la Gran Sevilla. Ahora, con el nombre de Plan Sevilla, esta vez impulsado desde la Diputación, la idea ha vuelto a formar parte de la agenda política con la intención de llegar a compromisos en clave territorial tanto para la capital como para el Área Metropolitana con iniciativas locales y supramunicipales.
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