El gran hallazgo en el convento de Madre de Dios de Sevilla
Las obras de restauración de la iglesia del céntrico cenobio dominico marchan a muy buena velocidad y ya se han solucionado los graves problemas estructurales
“Hemos sentido la presencia de Dios en todos estos acontecimientos”
Una rehabilitación a buena velocidad. Las obras en la iglesia del convento dominico de Madre de Dios de la Piedad han solucionado ya los graves problemas estructurales que afectaban a la cubierta del presbiterio y ya se está actuando en la nave del templo. Si todo marcha como hasta ahora, esta actuación estará terminada en verano, por lo que la iglesia, clausurada desde el año 2014, podría volver a abrirse. Pero la intención es que se pueda continuar hacia el coro, reparando por completo el conjunto, aunque para ello hacen falta fondos adicionales. Mientras en el interior se trabaja a destajo, en la portada exterior han salido a luz las policromías originales de Juan de Oviedo, que dan gran vistosidad y belleza a este conjunto que, poco a poco, se va despojando de los andamios.
El interior de la iglesia de Madre de Dios es actualmente un bosque de andamios. La única zona libre actualmente es el presbiterio y el primer tramo. En esta zona se ha acometido la intervención más delicada, como relató a este periódico el arquitecto, Ángel Candelas, quien junto a Enrique Nuere dirige los trabajos: “Se ha actuado en la estructura del presbiterio. Sobre todo en la cubierta. Lo más importante ha sido sobre la armadura y el arco toral. Hemos hecho una estructura superior de la que cuelgan ahora estos elementos”. La armadura del presbiterio es una de las joyas del convento. Una estructura de cinco paños que en Sevilla sólo se replica en el convento de San Clemente y en el exconvento de San Agustín. Su construcción correspondía al gremio de los carpinteros de lo blanco y supone una gran evolución en este tipo de elementos.
Afianzado el presbiterio, las tareas se han traslado al resto de la nave. Allí también se está trabajando en las cubiertas. Con los fondos que hay actualmente, sólo se podría llegar al límite del coro. “Desde ahí no podríamos seguir. La iglesia se podría abrir una vez solucionados los problemas estructurales, pero lo ideal sería que pudiéramos continuar con el coro. Si se consiguen más aportaciones, estaría terminado a final de año”.
Son muchas la entidades y personas a título particular que se han volcado en la recuperación de esta joya sevillana que cuenta, además, con una gran historia. Fundamental está siendo la labor de Carlos Lora Calvo, gerente de la Real Fundación del Patronato de la Vivienda de Sevilla. También de José María Galán, mano derecha de las religiosas dominicas en todo lo que necesitan. La organización World Monuments Fund también ha hecho diversas aportaciones. Así como el Ayuntamiento de Sevilla, que firmó un convenio de colaboración para las obras y ha prometido renovarlo y dar una nueva cantidad. La comunidad de monjas también aporta sus fondos provenientes de la venta de dulces y de los donativos que reciben de particulares.
Se finalmente se consiguen esos fondos necesarios y se repara también el coro, la iglesia de Madre de Dios podrá abrir con todas las garantías de seguridad y sus problemas estructurales resueltos. Pero aún quedaría la fase más lucida, que es la restauración de todas las joyas muebles, como azulejos, pinturas, retablos o esculturas. También se están haciendo algunas gestiones para llevarlas a cabo.
Precisamente, uno de los pocos elementos ornamentales que sí ha sido tratado es la fantástica portada de la calle San José, obra de Juan de Oviedo. “Nunca se había restaurado. Presentaba una gruesa capa de suciedad formada por la contaminación y los residuos”. La actuación de los restauradores ha sido muy sutil y se ha centrado en dejar los restos existentes. En el ático, donde aparecen las figuras de Santo Domingo y la Virgen con el Niño, sólo se conservaba la encarnadura roja de los labios de la Virgen y algo del rostro.
En el dintel, con los escudos de Castilla y los dominicos, sí se conserva mucho más color. “No hemos tocado nada ni se han repuesto, por ejemplo, en las zonas interiores de la volutas, de un azul muy intenso, pero del que queda poco”, subraya el arquitecto. La fachada del templo hacia la calle San José, afectada por un gran desplome debido al empuje de las cubiertas, también se encuentra ya afianzada para prevenir nuevos movimientos. En cuanto al acabado exterior, se mantendrán los actuales de mortero de cal con árido de mármol, que además de ser los más adecuados, están bien conservados.
En el interior, el equipo ha realizado diversas catas para buscar pinturas y decoración oculta. Tan sólo se ha encontrado pan de oro en la parte inferior del pórtico de acceso a la capilla del Correo Mayor. Estas comprobaciones están pendientes de realizar próximamente en el coro.
La intervención en Madre de Dios podrá quedar completa con la renovación de la iluminación artística. Para ello se han iniciado las gestiones con la Fundación Endesa que contribuiría a poner el broche de oro en esta recuperación tan destacada para la ciudad.
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