La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Justicia Las carencias de los edificios judiciales
Un palé de madera y varios cartones son la base de una improvisada garita que los vigilantes de seguridad de la moderna sede del edificio Noga se han tenido que fabricar para intentar combatir el frío. Los cartones están adheridos con unas bandas adhesivas que llevan el logotipo de Metro de Sevilla y están rematados con un cartel en el que puede leerse en tipografía de imprenta la leyenda "Seguridad de los juzgados". Más que un puesto de vigilancia parece un refugio nocturno de una persona indigente, pero es lo único que han podido idear los vigilantes de seguridad ante la falta de respuesta de su empresa y de la Consejería de Gobernación y Justicia y de la Junta, de quien depende el inmueble que alberga a los juzgados de lo Penal, de lo Social y los mercantiles.
Esta garita de fabricación casera tiene su razón de ser en el control que la vigilancia del edificio debe llevar a cabo cada vez que entra o sale un furgón policial con presos que deben comparecer al requerimiento efectuado por un juzgado. La apertura y cierre de las puertas del garaje del inmueble, en cuyos sótanos se encuentran los calabozos, obliga a los vigilantes a tener que soportar el frío del invierno, que se dejaba notar con mayor intensidad en el garaje de la sede judicial.
Los vigilantes de seguridad remitieron a principios de enero a su empresa, Esabe, un escrito en el que solicitaban la instalación de una garita para soportar las bajas temperaturas, según explicaron ayer a este periódico algunos de los trabajadores afectados. La empresa les comunicó que esa petición tenían que trasladarla a su vez a la Consejería de Justicia, que fue la que adjudicó el servicio de seguridad de las sedes judiciales de Sevilla a esta compañía. Desde entonces no han vuelto a recibir ninguna contestación y los vigilantes siguen intentando soportar las bajas temperaturas parapetándose como pueden en su garita hecha de cartones.
No es la única solución que están buscando, puesto que, según comentan los trabajadores, ya le han echado el ojo a unos paneles prefabricados que fueron desmontados en una de las plantas del edificio y con los que quieren construirse, si se lo permiten, una garita más estable. Los vigilantes están dispuestos a montar la garita ellos mismos si es preciso, todo ello con tal de que su refugio del frío pueda ser útil para esta misma temporada invernal.
El problema de la garita del Noga no es el único que denuncian los vigilantes, ya que desde que se hizo cargo la nueva empresa están sufriendo retrasos en el pago de sus nóminas -a veces reciben el dinero a mediados de mes- y les abonan las horas extras fuera de la nómina, motivo por el que la veintena de vigilantes de los juzgados llegaron a manifestarse hace unas semanas frente a los juzgados del Prado de San Sebastián.
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