Así funcionaba la mafia del taxi de Sevilla: "Vamos a buscarlo ocho tíos y le damos dos tortas"
El líder de los taxistas del aeropuerto propuso dar un "escarmiento" a otro taxista por denunciar que le habían pinchado las ruedas
El informe policial sobre las escuchas revela cobros abusivos a extranjeros
La Policía descabeza la 'mafia del taxi' tras una exhaustiva investigación de nueve meses

La mafia del taxi de Sevilla tenía un control absoluto sobre la parada del aeropuerto de San Pablo, contaba con su propio sistema de castigos entre sus miembros, así como un calendario de trabajo alternativo al del Ayuntamiento, no dudaba en presionar y coaccionar a otros taxistas mediante amenazas y actos violentos y los cobros abusivos a los clientes eran práctica frecuente. Todo eso se deduce del informe sobre las escuchas telefónicas elaborado por la Policía Nacional, que está en poder del juzgado de Instrucción 4 de Sevilla, y al que ha tenido acceso este periódico.
En una de las conversaciones intervenidas, el presidente de la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi, Antonio Velarde, llegó a propoponer una agresión física a modo de escarmiento a otro taxista, ajeno a su asociación, en venganza por el hecho de que éste había denunciado ante la Guardia Civil que le habían pinchado las ruedas de su vehículo. En dicha denuncia, este taxista había hecho referencia al monopolio que Solidaridad del Taxi tenía sobre la parada del aeropuerto. "Tenemos que coger una noche, gente que trabaje de noche, siete u ocho, buscarlo y... que se tenga que ir a su casa, porque esto ya no es normal, tío, le tenemos que decir cucha, te vamos a amargar... las noches y buscarlo por todos lados e irnos para allá y, cucha maricona, tú ya no hablas más de Solidaridad y te juro que le voy a dar cuatro tortas nada más, porque es un hijo de puta...", dice Velarde a uno de sus socios.
El interlocutor le responde "sí, es un asqueroso", a lo que Velarde insiste: "por eso tenemos que coger seis tíos y decir, esta noche vamos a buscarlo y donde esté, quillo aquí está vamos pallá, y coger y ponerlo como los trapos, que hay que darle dos tortas se le dan dos tortas, ya está, se acabó el cuento y que sala el sol por donde salga, pero (...) ese no va a seguir calentando e historias".
Un juzgado de Sevilla ordenó el pinchazo de los teléfonos de los responsables de la Asociación Hispalense Solidaridad del Taxi durante un mes. Las conversaciones analizadas durante ese periodo permitieron a los investigadores concluir que el presidente de Solidaridad, Antonio Velarde Borromeo, era el "eje de la organización criminal". Velarde, según la Policía, gestionaba y dirigía la parada de taxis del aeropuerto, "extralimitándose en sus funciones" como presidente de una asociación y asumiendo las del Ayuntamiento a la hora de dirigir un servicio público como es el del taxi. Tenía un control absoluto sobre este lugar y sobre los taxistas que acudían al mismo, "erigiéndose como director en las decisiones de gestión de la parada, de forma totalmente anormal y propia de una organización criminal".
El presidente de Solidaridad tenía tal control de la parada del aeropuerto que gestionaba su propio calendario de descansos, alternativo al establecido por el Consistorio. Asimismo, decidía quién podía colocarse el primero en la cola por delante del resto de compañeros que llevaban más tiempo esperando.
Castigos y sanciones propias
Solidaridad tenía su propio régimen disciplinario para aquellos taxistas que se extralimitaran. En una de las llamadas, Velarde y un interlocutor acuerdan imponer sendos castigos a dos taxistas que se habían peleado. Uno de ellos fue castigado con tres semanas sin poder recoger clientes en el aeropuerto, mientras que para el otro la pena se quedaría en dos. "Se ha equivocado y por supuesto que tiene que cumplir una sanción", dicen en la conversación. "Él es el que más tiene que mirar por la parada, porque es de los más jóvenes que hay, ¡quillo!, si tú quieres continuar... con este... beneplácito que tenemos... que nos lo hemos ganado... pues tienes que mirar tu casa, tío".
Cuando dicen "beneplácito" se refieren realmente a monopolio, pues no se permitía a ningún taxista ajeno a la asociación Solidaridad del Taxi que trabajara en el aeropuerto. A pesar de estas sanciones, Velarde ordenó que a uno de los taxistas implicados en la pelea le diesen un "adelantón", es decir, que se le quitasen "tres o cuatro días" de castigo. "El caso es que vayan viendo que las cosas tienen consecuencias".
Para la Policía, esto es clave, pues indica que Solidaridad del Taxi funcionaba con "una normativa totalmente ajena a la legalidad y propia de organizaciones criminales, con códigos de conducta y de imposición de castigos propios". Velarde comentó en un momento de la conversación que "es más importante que acaten las cosas y luego se les levanta, pero que la gente vea que hay mano dura, pero que tampoco vean que son unos tiranos, que esto vaya por un camino normal, que no sea esto una casa de golfos".
En varias ocasiones, los miembros destacados de la asociación mayoritaria en el aeropuerto hablan de vetar a taxistas ("Escúchame, al puerco ese hay que echarlo") o de impedirles por la fuerza que trabajen. En una de las conversaciones intervenidas, Velarde dice que si ve a un taxista en concreto en el Palenque (lugar donde los profesionales del sector esperan para no colapsar el túnel de llegadas del aeropuerto), "ese va a salir en la grúa, sin coche".
Otra de las llamadas trata sobre el pago que hacen los taxistas por ocupar en la parada del aeropuerto, que es de unos 600 euros. El hijo de uno de los miembros de la asociación intentó quedarse con la plaza del padre, pero el líder de Solidaridad le dijo que "se deje de cuentos y de historias, que aquí ha pagado todo el mundo y que tiene que pagar él", pues también su hija (taxista que fue detenida en la primera fase de la operación Aertase, al igual que el propio Velarde) había pagado. "Que el sábado pasado hizo más de 500 euros y que se deje de cuentos", dice el presidente de Solidaridad. Esto revela también la rentabilidad de la parada de San Pablo, mucho mayor que el resto de zonas de Sevilla. Finalmente, acordaron que si el padre se daba de baja, le darían "los 300 euros que se les están dando a todo el mundo".
Cobros abusivos
En las escuchas también aparecen algunos casos de cobros abusivos a clientes. El más flagrante es el de un cliente árabe que, el 21 de noviembre de 2024, pidió a un taxista que lo llevara a una agencia de viajes para comprar un billete a Estambul. Mientras esperaba, el conductor habló por teléfono con Velarde, que le recomendó que le cobrara "por lo menos 60 pavos". El taxista le dijo que el cliente solicitaría un ticket del viaje y entonces, el líder del aeropuerto, le respondió: "pues entonces cóbrale 70 pavos, ¿cuánto tiempo llevas ahí esperando?". El conductor contestó que llevaba con él cerca de una hora y Velarde subió el precio. "Pues entonces cóbrale 80 pavos. Tú le dices mira... esto lo otro... 90. Si te dice algo, pues venga 80". La conversación siguió con el taxista explicándole a Velarde que el cliente iba a pasar los gastos en Estambul a la agencia de viajes, a lo que el presidente de Solidaridad, riendo a carcajadas, le indicó que entonces le cobrase 100 euros. El taxista finalmente detalló que le hará una factura manual. "Y le pongo 25 y 25 y 40 de espera e ir de un sitio pacá pallá, ea 90".
En otra conversación interceptada al número dos de la asociación, este hombre habló con otro taxista y le confesó lo siguiente: "Yo a los únicos que les cobro de más es a los ingleses y a los americanos ja, ja, ja. Hombre, dicen que el que roba un ladrón tiene cien años de perdón, ¿no?". En otra llamada, el vicepresidente de Solidaridad y otro taxista acuerdan cobrar 33 euros por un servicio para vuelos privados. La tarifa única vigente en el aeropuerto era en 2024 de 24,98 euros los días laborables y de 27,84 euros las noches, fines de semana y festivos.
En las escuchas telefónicas se observa una preocupación de los responsables de Solidaridad del Taxi por mantener a toda costa el "beneplácito", sobre todo a raíz de que este periódico publicara las largas colas de viajeros esperando un taxi en el aeropuerto ("el periódico está dando caña", llegan a decir) y la gran demanda que había sin ser atendida. "Hay que darle una charlita a los jóvenes (...) Hay que decirle a la gente que todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad. Eso no puede quedarse solo de noche, la juventud parece que eso no va con ellos".
Control absoluto de la parada
En el informe policial se especifica que Velarde era "la persona consultada por el resto de integrantes más caracterizados de la asociación en la toma de decisiones", algo que le llevaba luego a dar instrucciones a los taxistas a través de los grupos en redes sociales y sistemas de mensajería instantánea. Como no daban abasto con la demanda (el aeropuerto batió el año pasado el récord de viajeros), buscaban incorporar a nuevos taxistas. Uno de los miembros propuso a Velarde "uno que es buenísimo, un nota que conoce y que se caga en los muertos del que sea en cero coma dos, que no tiene filtro". Ambos hablaron de que "pueden venir otros que no conozcan y que por eso hay que tener cuidado con lo que se habla porque les buscan un problema". También trataron problemas internos de la asociación, de forma que Velarde se refirió a los suyos como "todos cagados". "A ver si os mandan todos a Sevilla, pero condenados a muerte... A Bosnia... Que sepáis lo que es apreciar lo que tenéis", espetó.
Uno de los taxistas informó a su presidente de que había visto a alguien grabando en la parada de taxis y que creía que podía ser un policía local, "un mierda de esos". Concluye la Policía Nacional que el temor a que un agente municipal pueda estar grabándolos no sería tal si no estuvieran realizando actividades ilícitas. La Policía destaca el "alto beneficio" que supone la parada del aeropuerto, "y como tal se erige en el objetivo principal de la organización". El mantenimiento de ese estatus proporciona a los taxistas una "alta rentabilidad", a través de dos vías. La primera es la previsión de llegada de vuelos, que implica un aseguramiento de carreras en las horas señaladas, y la segunda es la de los cobros abusivos. "Muchas veces las personas que utilizan el servicio son de origen extranjero, que en un alto porcentaje no reparan en realizar reclamación alguna", apuntan los investigadores.
Otro de los conductores informó a los responsables de Solidaridad de que había montado al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y que éste le había preguntado a qué asociación pertenecía. Según el taxista, Sanz le dijo que eran los de Élite "los que están dado ruido últimamente por el tema del aeropuerto, sobre que pueden cargar ahí". Hay también varias referencias a entrevistas en distintas emisoras de radio, en las que Velarde negó que hubiera incidentes ni problemas en la terminal. Una vez acabadas estas entrevistas, uno de los taxistas aconsejó al presidente que no apareciera más en la prensa y "no darle más bombo a esto" porque todos los medios de comunicación estaban "tirando por la misma línea, presionando al Ayuntamiento, ¿sabes?".
Tanto Velarde como su hija y toda la junta directiva de Solidaridad fueron detenidos el 9 de enero en la primera fase de la operación Aertase, que se produjo tras una ardua, compleja y exhaustiva investigación llevada a cabo por el grupo 6 de la Brigada de Información, que se prolongó durante nueve meses. El juez impuso una orden de alejamiento al aeropuerto a los 18 taxistas que fueron arrestados (tres semanas después serían detenidos ocho más), que sigue en vigor. El Ayuntamiento estableció un turno rotatorio en la parada de taxi del aeropuerto, algo que la mayoría del sector llevaba años pidiendo tras más de veinte años de secuestro de dicha parada por parte de Solidaridad.
Actualmente, los miembros de Solidaridad siguen con la estrategia de grabar a sus compañeros ajenos a su asociación, y tratar de provocar conflictos con el resto de taxistas, con el claro objetivo de desprestigiar el sistema de turnos vigente en el aeropuerto. Este periódico tuvo acceso recientemente a un mensaje enviado por whatsapp entre los miembros de Solidaridad, en el que se dan indicaciones sobre cómo actuar "en estos días de incertidumbre e inseguridad jurídica". "No actúes solo", "documenta la interacción", "mantén el respeto", "reporta el acoso", eran algunas de sus consignas. En los últimos días, estos taxistas están dando el paso de denunciar supuestos incidentes con el resto. En las escuchas también se advierte esta misma estrategia, cuando el presidente de Solidaridad hace referencia a un hecho denunciado por un taxista que "no podrá demostrar" e insta a uno de los abogados a que siga denunciando todo.
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