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"En la fotografía de Atín Aya hay una crónica de la modernidad en Sevilla"

los invisibles

Pablo Martínez Cousinou. Hoy se cumplen diez años de la muerte de Atín Aya, cuya obra fue objeto de una tesina por parte de este discípulo de La Oliva, estudioso de su paisanaje

Pablo Martínez Cousinou, en la plaza de San Antonio, junto a la calle Marqués de la Mina donde vivía Atín Aya. / Juan Carlos Vázquez
Francisco Correal

16 de septiembre 2017 - 02:34

Llega en bici a la calle Marqués de la Mina, en la que vivía Atín Aya, de cuya muerte hoy se cumplen diez años. Pablo Martínez Cousinou (Sevilla, 1977) le dedicó una tesina al fotógrafo sevillano y plantea un diccionario en las fotos del libro Paisanos.

-¿Cómo descubre a Atín Aya?

-No lo conocí personalmente. Me deslumbró su exposición de las Marismas en Diputación.

-El punto de partida de la película La Isla Mínima...

-Fue el primero que entró allí.

-Cuando nace usted...

-En 1977, creo que es el año que Atín se va a Granada a estudiar Psicología. En 1981 llega a Madrid a Photocenter, con Jordi Socías, y entra en la agencia Cover. Empezó a trabajar de laborista.

-¿Así surge su devoción por las máquinas, su gratitud a Leica, Miyima, Linhoff...?

-Con Eduardo Abad aprendí que en el archivo educas el ojo y así educó Atín su mirada, con los fotoperiodistas de la transición.

-¿La Fotografía es una continuación de la Psicología?

-Su interés por el paisanaje es más que manifiesto. Le da un enfoque clásico a la fotografía documental en la línea de la época de las vanguardias. La fotografía como un medio de acercarse y explicar la complejidad social.

-Y después de la tesina...

-En la Universidad de Navarra participé en un congreso sobre Fotografía y Arquitectura. Fue el tema de la primera exposición de Atín, a partir de un encargo de la Consejería de Vivienda de la Junta. Hizo un trabajo sobre el patrimonio de los cortijos.

-En su texto, dice que Salinas le acerca a la luz de Velázquez...

-Entra en las cocinas, en la vida cotidiana, y equipara la cultura popular y la aristocracia.

-¿Usted también desertó para llegar a la fotografía?

-Llegué desde el Periodismo. Fui de Erasmus a Alemania, a Tubinga y cerca de Fráncfort, para estudiar la Escuela de la Forma.

-¿Atín fue un testigo de lo que estaba desapareciendo?

-La fotografía está en un terreno intermedio entre las Bellas Artes y la Comunicación. Pasa por ser una hija menor de las Bellas Artes o una hermana pequeña, pero es una forma muy directa de acercarse a la realidad, a una sociedad que va cambiando.

-¿Vivimos entre imágenes?

-Muchas imágenes y poco espacio para una reflexión seria.

-Cristina García Rodero dice que nunca hace fotos con móvil.

-La fotografía no es sólo la composición técnica de un fragmento de la realidad. Se puede hacer muy buena fotografía documental con un móvil o con una placa como las hacía Atín. Lo suyo no es sólo técnica, sino una mirada coherente. una discursividad.

-¿Un discurso sin discursos?

-Nada retórico ni propagandístico.

-¿Sus personajes son de un neorrealismo sevillano?

-Hay una crónica de la modernidad en Sevilla y Andalucía desde los años ochenta.

-¿Su última fotografía?

-Las he hecho en el Alentejo.

-¿Han cambiado mucho las cosas diez años después?

-Youtube tiene diez años, ha aparecido Instagram. El cambio va más allá del dispositivo.

-¿El medio ya no es el mensaje?

-La propuesta de McLuhan peca ahora de tecnicista. La fotografía es la contemporaneidad. La Imprenta nace con la Edad Moderna y la Fotografía con la Contemporánea.

-Atín Aya decía en su libro de las Marismas que había conseguido fotografíar la nada y fijar el silencio. ¿No suena a Bergson?

-Es un humanista.

-Una fotografía de Atín ilustró el pregón taurino de Vargas Llosa. ¿Tenía magia su realismo?

-Su libro Sevillanos es todo un manifiesto. Siendo una persona del presente, que viaja, que vive la Expo 92, también sabe mirar hacia atrás.

-¿Sin quedarse de piedra?

-También te puedes petrificar por mirar hacia delante. Sabe congelar, cortar. Según el ángel de la historia de Walter Benjamin, pasado, presente y futuro son categorías estanco.

-¿En qué proyecto anda?

-Dos historias relacionadas con la Utopía. Una comunidad de ancianos muy potentes que viven en Torremocha del Jarama y en una pedanía de Algar, en la sierra de Cádiz, investigo la única propuesta de falansterio que se hizo en España. La puso en marcha un diputado gaditano, Joaquín Abreu, que se exilió en la España de Fernando VII, y en el exilio conoció a Fourier.

-Sería bonito dar treinta años después con los niños que juegan al fútbol en una foto de Atín.

-Una fotógrafa norteamericana, Susan Meiselas, se puso a buscar muchos años después a los que aparecían en sus fotos cuando cubrió la revolución de Nicaragua.

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