¿Qué es lo que ha aparecido en el barrio sevillano del Fontanal?
Hallazgo arqueológico
El arqueólogo Sebastián Corzo ha dirigido la excavación, en la que han aparecido cimientos, esqueletos y restos de cremaciones
Los restos encontrados son de época romana
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La pregunta se la llevan haciendo varios días los vecinos del barrio sevillano del Fontanal: ¿Qué es lo que ha aparecido en el solar del número 27 de la calle Santa María? Como ha informado este periódico, en unas obras que se acometen en dicho enclave se han hallado restos arqueológicos y, al menos, el esqueleto de una persona. El Ayuntamiento de Sevilla asegura no haber tenido constancia de esta excavación, que ha de ser comunicada a la Comisión Provincial de Patrimonio, órgano dependiente de la Junta de Andalucía.
Según han detallado fuentes municipales, la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo concedió el 13 de enero de 2021, hace más de un año, licencia para la demolición total de las edificaciones existentes en dicha parcela. Dos meses después, el 10 de marzo, se otorgó el permiso para construir una vivienda unifamiliar. En la tramitación de la licencia de nueva planta consta la necesidad de elaborar un informe arqueológico.
Esta labor ha correspondido, según ha podido averiguar Diario de Sevilla, al prestigioso arqueólogo Sebastián Corzo, que ha redactado el expediente relativo a los restos hallados, el cual se encuentra ya ejecutado al 90% y del que está informada la Comisión Provincial de Patrimonio.
Aunque, por "precaución", Corzo no ha querido aportar más detalles, sí ha confirmado que son de época romana y que, además del esqueleto que se ve en las fotos publicadas, han aparecido varios más. No obstante, precisa que "se han encontrado más restos de cremaciones que de inhumaciones", cuyo estudio compete a los antropólogos que forman parte del equipo de trabajo.
Corzo es uno de los arqueólogos más reputados en esta ciencia. Entre sus numerosas investigaciones destacan las catas previas al trazado de la SE-40 por Alcalá de Guadaíra, que sacaron a la superficie una necrópolis romana formada por, aproximadamente, 120 inhumaciones y dos complejos arquitectónicos, vestigios datados entre el siglo I y cuarto después de Cristo.
Este periódico se ha puesto en contacto con otros expertos en la materia para conocer su opinión sobre dicho hallazgo. Uno de ellos es el arqueólogo Álvaro Jiménez, que ha sacado conclusiones -no firmes- a partir de las fotos publicadas por Diario de Sevilla. Lo primero que destaca este especialista es la labor realizada: "No hay duda de que se ha hecho una excavación profunda y de que han intervenido profesionales". "Se percibe que un antropólogo ha limpiado el esqueleto", asegura Jiménez, quien se sorprende que ante una labor "tan avanzada y cuidada" el Ayuntamiento de la ciudad no haya tenido constancia.
Un dato que destaca este arqueólogo es "la arcilla de la trama fluvial" que predomina en el solar junto con los materiales de construcción de los muros: ladrillo y tégula, dos elementos muy comunes en los edificios romanos que se levantaban fuera de las ciudades. "En aquella época esta zona no era ni un arrabal, sino campo", advierte Jiménez.
Se trataría, por tanto, de una uilla romana, equivalente a lo que hoy es un cortijo, que alberga varias zonas: la noble, destinada a la residencia de las personas que lo habitan; y la de producción, donde podría fabricarse cerámica, vino o aceite.
Unos restos "tardoantiguos"
Le llama también la atención la aparición de un esqueleto dentro de una estructura que presenta todas las características de un enterramiento y que, según Jiménez, rompe el muro colindante, lo que podría evidenciar que se trata de un uso posterior al del edificio primitivo. Situar estos restos en una época concreta resulta ya más complicado, aunque este arqueólogo advierte que este tipo de enterramiento no podría ser de época árabe, pues el cuerpo tendría que estar colocado en dirección a la Meca, ni de la Sevilla medieval, ya que en esos siglos lo habitual era que los difuntos fueran enterrados en las iglesias. Jiménez se inclina por fechar los restos en la etapa "tardoantigua", todo ello con las cautelas que supone realizar una hipótesis a partir de unas fotos.
Más cauto se muestra el arqueólogo y profesor de la Universidad de Sevilla (US), Fernando Amores, quien no vincula este hallazgo con los aparecidos en zonas relativamente cercanas como la calle Arroyo o la Carretera de Carmona, una antigua vía romana donde sí era más frecuente la construcción de necrópolis. Un uso que se le siguió dando en época de denominación musulmana y medieval, como constatan los restos encontrados los últimos años.
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