Unos focos provocan un conato de incendio en la Magdalena
El calentamiento eléctrico generó un pequeño fuego en la balaustrada del crucero · La rápida intervención de dos restauradores evitó que el fuego se extendiera
Tres focos de luz estuvieron ayer a punto de provocar una catástrofe en la parroquia de la Magdalena, uno de los principales templos de la ciudad por su valor patrimonial. La rápida intervención de dos restauradores impidió que el fuego que se había generado en la balaustrada del crucero se extendiera y alcanzase a las imágenes titulares de Montserrat, que reciben culto en este templo debido a las obras de reforma de la fachada de su capilla.
Los hechos ocurrieron pasada las tres de la tarde. A esa hora, dos personas que se encontraban en una de las dependencias parroquiales encargadas de la restauración de las imágenes del retablo mayor se percataron de cierto olor a chamusquina en el interior del templo. En ese momento dieron aviso al párroco de la Magdalena, Antonio Fernández Estévez, quien junto a los restauradores observó cómo la parte superior de la balaustrada del crucero estaba ardiendo.
"No había llamas, pero sí un intenso olor a quemado procedente de la balaustrada, por lo que en ese momento llamamos a los bomberos y pusimos en marcha el sistema contra incendios que posee el templo", indica Fernández Estévez. Hasta el templo se trasladaron dos bombas urbanas ligeras, un vehículo de altura, una ambulancia y dos vehículos ligeros de mando, según precisó el parque de Bomberos.
Al llegar allí, los dos restauradores y el propio párroco habían logrado sofocar el conato de incendio, que se originó a escasos metros del dosel que cubre al Cristo de la Conversión, titular de la Hermandad de Montserrat, obra de Juan de Mesa. Ante el peligro de que el calentamiento de la balaustrada, del siglo XVIII, provocara que se viniera abajo, los restauradores bajaron a la Virgen de Montserrat (atribuida al círculo de Martínez Montañés) del altar efímero donde se encuentra desde julio pasado. De hecho algunas partículas de madera quemada llegaron al suelo, a pocos centímetros de la Dolorosa, que fue depositada de manera provisional en la capilla de la Hermandad del Calvario.
Fernández Estévez relató a este periódico que la causa de lo que podría haberse convertido en una gran catástrofe "de no ser por la presencia y rápida intervención de los dos restaudores" fue el calentamiento de tres focos de luz cercanos a la balaustrada. "Estos focos sólo se encienden cuatro horas al año, en concreto, para iluminar el monumento al Santísimo el Jueves Santo, por lo que tienen poca utilización", explica el párroco. El problema vendría por "su uso durante ocho horas al día -el tiempo que permanece abierto el templo- desde el mes de julio para iluminar a los titulares de Montserrat lo que provocaría dicho calentamiento", asegura Fernández Estévez, quien incide en que "el sistema eléctrico del templo está en buenas condiciones, pues se puso nuevo en los 90". Por ahora, la iluminación del monumento dejará de usarse.
El fuego, en el que no llegaron a originarse llamas, calcinó algo más de un metro del reposabrazo de la balaustrada, diseñada por Leonardo Figueroa, arquitecto de este templo, uno de los mejores exponentes del barroco sevillano. Según Fernández Estévez, aún se tiene que decidir qué va a ocurrir con la zona dañada, "aunque lo más seguro es que Bienes Culturales, perteneciente a la Junta, sea quien valore la dimensión de estos daños y sin son reparables".
En este sentido, hay que recordar que Antonio Fernández se encarga de recoger el dinero necesario para restaurar las imágenes del retablo principal de la Magdalena, atribuido a Duque Cornejo, ante la tardanza administrativa de la Junta.
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