El embrujo del flamenco posee residencia permanente en el tablao Flamenco Andalusí

Que la humanidad tenga al flamenco como patrimonio mundial inmaterial no es un reconocimiento aislado y sin importancia, conseguir ese sello es el fruto de un largo recorrido por los avatares del tiempo y, sobre todo, un complicado ejercicio de hacerse entender en todos los confines y rincones del planeta. El flamenco, por derecho, ha sido capaz de convencer a públicos de todos los continentes de que habla un idioma universal, que enraiza con los sentimientos más primarios del ser humano, pero que también tiene una cuna y un origen que se enorgullece de mecerlo.

Por eso, son tantas las personas que deciden viajar a Andalucía. El afán por conocer las raíces de sus palos: soleares, seguiriyas, fandangos, cantiñas o rondeñas, sin olvidar los más famosos como las bulerías, las alegrías o los tanguillos han dibujado un escenario perfecto para que los entendidos en la materia sean capaces de aglutinar en un mismo espacio espectáculos de gran nivel. Esa es la propuesta que desde el tablao flamenco Sevilla Andalusí ofrecen al público que, día tras día, ve subir un telón cargado de compás y sentimiento flamenco.

El esmero se nota en cada detalle del local, desde su ubicación en pleno centro, donde el Barrio del Arenal hace de preámbulo a un tablao con un ambiente acogedor y donde cada día dos pases muestran al mundo lo mejor de su elenco de artistas. Además de disfrutar de más de una hora de puro arte a la guitarra y la percusión, el baile y el cante el ambiente íntimo y exclusivo del local permitirá, al mismo tiempo, conocer en persona a los artistas, fotografiarse con ellos.

La cercanía del público con el escenario hace que la magia del flamenco se adentre en cada uno de ellos pudiendo experimentar un sentimiento de pertenencia al espacio que no ocurre en otros tablaos más comerciales. En Sevilla el Tablao Andalusí es uno de los más prestigiosos y de los que el público selecto, pero también los menos entendidos, desprenden los mejores comentarios tras haber disfrutado del buen hacer de la compañía que cada día regala un derroche de pasión que es en lo que, definitivamente, se basa en flamenco, en la verdad.

Un espectáculo diseñado para todos los públicos

Sin embargo, nada se ha dejado al azar. En nombre del flamenco lo que se pretende en este tablao es dignificar un arte que ha trascendido fronteras mostrando su raíz más pura y el intimismo más absoluto. Se trata, pues, de una experiencia única que, a pesar de ser compartida con más personas en cada espectador dejará su propia impronta. Ese, al menos, es el objetivo del equipo técnico y artístico de Flamenco Andalusí.

Ahora, toca adentrarse por la secuencia que los espectadores podrán disfrutar en cada pase. Cada uno de los interludios es posible sentir, formar parte y empaparse de lo que es el flamenco.

• Un suave solo de guitarra a modo de caricia da la bienvenida:el virtuosismo del guitarrista flamenco hace que el público se comience a deleitar con los compases de diferentes palos, mostrando la versatilidad del flamenco que va desde el desgarro, a la esperanza, pasando por la llamada y la alegría. El flamenco es vida, por eso sus sones pueden sonar a renacer, a drama o al más excelso goce. La guitarra flamenca no dejará a nadie indiferente.
• Entra en la escena el baile con su soberbia:las primeras muestras que da la bailaora se adentran en el lado más solemne del flamenco. La soleá, el taranto, la caña y la seguiriya se hacen protagonistas. La contorsión, la pulcritud en cada movimiento, la cara y el repicar de los tacones sobre las tablas comenzarán a latir cada vez con más fuerza.
• Llega la voz hecha cante y todo se paraliza de emoción:vida, amor y muerte, un huracán que viaja por el alma haciendo alarde de la visceralidad y de la verdad más absoluta. Es ahí donde se defiende mejor el cante flamenco y es ahí donde en Sevilla Andalusí se posicionará el público. Una intromisión absoluta en la intimidad de lo más profundo del ser con letras que, sin duda, no dejan indiferente a nadie. Una heterodoxia que fluye en cada pase y no hace dos iguales.
• Vuelve el baile para levantar el ánimo hasta al más serio:es momento de alegrías, guajiras o tanguillos. El color del vestuario se dulcifica, los colores claros comienzan a amanecer en el espectáculo. A eso, una coral de complementos dan más tronío y poder a la bailaora que acompañará sus movimientos con flecos de maravillosos mantones y abanicos. Las castañuelas hacen aparición para despertar a un público que ya ha transitado por la parte más íntima del flamenco para sacarlo ahora a relucir hacia la fiesta.
• Un fin de fiesta lleno de jolgorio y mucho compás: son las bulerías el palo flamenco que más se identifica con la fiesta. La bulla y la burla se unen para disfrutar de los placeres de la vida y el flamenco se vende a ellos con compases alegres, divertidos e incluso en clave de humor. Sin embargo, es de los palos más complicados tanto para bailar como para tocar y cantar porque tiene ritmos muy marcados y un compás muy concreto. Los percusionistas y palmeros hacen aquí el trabajo más difícil, mantener el ritmo y la alegría. Es ideal para dejar un buen sabor de boca y una muestra palpable de cómo el flamenco y de por quées un arte que trasciende fronteras, sobre todo, las del alma que son las más difíciles.

Un elenco de artistas de primer nivel

No sería posible contar con un espectáculo de tal nivel en el Tablao Sevilla Andalusí si el equipo de producción no hubiese hecho un casting de primerísimo nivel para escoger a un elenco con reconocida trayectoria y que día a día demuestran que han encajado cada pieza de su modalidad en un espectáculo único y de gran nivel. Concretamente, forman parte del cuadro artístico los:

• Cantaores: Fernando Caballo, David de los Santos y Juan Murube.
• Guitarrista y percusionista: Pedro Viscomi y Miguel Rosa, respectivamente.
• Bailaoras:Noelia Vilches y Carmela Riqueni.

En Tablao Sevilla Andalusí han cuidado tanto los detalles que incluso el paseo hasta el local se hace por unos de los entornos más reconocibles de la capital andaluza, recorriendo la ribera del Guadalquivir, junto a la Torre del Oro y la Maestranza, por lo que es un buen prolegómeno para disfrutar de un prestigioso espectáculo de flamenco.