La fisioterapia especializada que puede salvar tu suelo pélvico
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De la incontinencia urinaria a la disfunción sexual, los problemas asociados al suelo pélvico son muy variados, antes o después del embarazo. Especialistas de Clínicas Beiman explican cómo la fisioterapia especializada aborda estos problemas.
En la última década, cada vez más mujeres (y también más hombres) han demostrado un interés creciente sobre la salud del suelo pélvico, una parte crucial de nuestro cuerpo, aunque también es cierto que la fisioterapia abdomino-pelviperineal, o fisioterapia del suelo pélvico, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría. “De hecho, este desconocimiento general explica que la mayoría de patologías que atendemos nos llegan a consulta en estadios avanzados. Y por eso es tan importante tener información y trabajar en la prevención como primera estrategia”, explica la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico de Clínica Beiman Sevilla, Susana Hidalgo.
El suelo pélvico es el nombre que utilizamos para agrupar al conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal por su parte inferior. Entre sus funciones están el control de esfínteres, el soporte de los órganos pélvicos y una sexualidad satisfactoria. Cualquier alteración en esta zona del cuerpo puede originar una disfunción y/o provocar dolor. De ahí que requiera una atención específica.
Los problemas asociados al suelo pélvico son variados. Afectan tanto a hombres como a mujeres. “Pueden ir desde la incontinencia urinaria hasta la disfunción sexual, pasando por situaciones que no asociamos habitualmente al suelo pélvico como como el dolor menstrual”, apunta Susana Hidalgo.
Un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico debe prevenir y tratar las disfunciones que puedan aparecer. También está entre sus labores el trabajo previo a un embarazo para evitar posibles complicaciones en la zona del suelo pélvico tanto durante el parto como en el periodo posterior.
¿Por qué es importante trabajar el suelo pélvico?
El suelo pélvico -también llamado periné- está formado en torno a un 70% por tejido conjuntivo. Es decir, tejido conectivo que sirve para dar soporte y estructura a otros tejidos y órganos del cuerpo. La parte restante del suelo pélvico es musculatura. Tiene como funciones sostener los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina y recto) y asegurar su correcto funcionamiento.
El suelo pélvico es una zona dinámica que se adapta al movimiento y a la postura de las personas. En todo momento intenta mantener tensionados y en su posición a los mencionados órganos pélvicos. Sin embargo, si está debilitado no realiza su labor de manera adecuada. Cuando eso sucede, las estructuras que sujeta descienden y se originan diversos problemas que afectan a la calidad de vida y a la autonomía de las personas.
La fisioterapia ayuda a prevenir los trastornos del suelo pélvico y a tratarlos cuando han aparecido. El profesor del Máster Universitario en Fisioterapia en el Abordaje Integral del Suelo Pélvico en la Universidad Europea y secretario de la Sociedad Española de Fisioterapia en Pelviperineología, Mikel Amostegui, determina que “la fisioterapia es el primer arma que debería utilizarse para solucionar los problemas en el suelo pélvico”.
El fisioterapeuta tiene como tarea que el paciente fortalezca esta zona y que aprenda a controlarla ya que hay muchas personas que no tienen un buen dominio de sus estructuras pelviperineales. De este modo conseguirá reducir considerablemente las disfunciones pélvicas.
¿Por qué aparecen las disfunciones?
Las mujeres suelen sufrir más disfunciones relacionadas con el suelo pélvico. Seis de cada diez mujeres tienen algún trastorno pélvico. El porcentaje de afectados disminuye en el ámbito masculino (dos de cada diez). Una razón de esta diferencia es por el embarazo. Esta zona sufre especialmente durante la gestación debido al aumento de peso que debe soportar y por la laxitud (más elasticidad de lo normal) que adquieren los ligamentos y músculos pélvicos.
Esta situación se acentúa durante el parto, especialmente si se utiliza algún instrumento para sacar al bebé (parto instrumentado) y/o se realiza una episiotomía (incisión en el perineo que ensancha la abertura de la vagina): “Sabemos que el embarazo es la situación de la vida de la mujer que más influye en la aparición de disfunciones del suelo pélvico”, apunta Amostegui.
Los trastornos de la menstruación -sobre todo la menopausia- también contribuyen a una mayor incidencia de los problemas pélvicos. La ausencia de menstruaciones ocasiona una pérdida de la masa muscular y una falta de elasticidad en los ligamentos y músculos que afectan al funcionamiento del suelo pélvico. Así, es más común que tras la menopausia se produzcan prolapsos -descensos de los órganos pélvicos- debido a que los músculos y ligamentos del suelo pélvico no pueden sujetarlos.
En el caso de los hombres, las disfunciones van a surgir especialmente después de una intervención de próstata. Según explica el experto, “al quitar la próstata se extirpa también el esfínter interno, que es el principal sistema de cierre que tiene la uretra”. Por esta razón muchos hombres suelen sufrir incontinencias urinarias después de una operación de próstata. El envejecimiento, una enfermedad o una actividad física mal realizada también pueden favorecer la aparición de disfunciones pélvicas.
Disfunciones del suelo pélvico más comunes
Los problemas o disfunciones del suelo pélvico que más suelen presentarse son los siguientes: incontinencia urinaria o fecal; prolapso; estreñimiento; dolor lumbar y/o pélvico; disfunciones sexuales y molestias en la zona.
Un fisioterapeuta especializado en el suelo pélvico puede prevenir posibles patologías pélvicas pero también está capacitado para tratarlas: “Los fisioterapeutas queremos entender qué es lo que falla para realizar un tratamiento adecuado a la disfunción o necesidades que tengan cada mujer u hombre”, señala el experto Mikel Amostegui.
Susana Hidalgo, del equipo de fisioterapia en Sevilla de Clínicas Beiman, explica que, en la primera consulta, se realiza una valoración exhaustiva de la paciente. “La entrevista clínica y la valoración del estado del suelo pélvico serán los protagonistas en esa primera consulta, en la que marcaremos una serie de objetivos junto con el o la paciente y le guiaremos durante el proceso de recuperación”, relata.
“Dentro de las técnicas de fisioterapia, trabajamos con multitud de herramientas, individualizadas y personalizadas para cada uno de los casos, garantizando así el éxito del tratamiento y, lo más importante, la mejora de la calidad de vida del paciente. Esto es lo más importante en todo el proceso de recuperación”, señala la fisioterapeuta de Clínicas Beiman.
El profesional puede recurrir al masaje manual en la zona (tanto intracavitario como extra), a otras técnicas de fisioterapia avanzada como la diatermia, la laserterapia o la electroestimulación, a introducir cambios en los hábitos de vida de los pacientes, al biofeedback o a la terapia miofascial (técnica de fisioterapia que consiste en tratar la fascia, una membrana fibrosa de tejido conectivo presente en todo el cuerpo).
Fisioterapia y suelo pélvico: el trabajo preventivo
Los expertos coinciden en que se debe trabajar el suelo pélvico de manera preventiva para reducir los trastornos que puedan aparecer asociados a estas estructuras. En este sentido, el fisioterapeuta puede ayudar a fortalecer la zona y a que el paciente tome conciencia de ella y aprenda a controlarla. El trabajo de fortalecimiento se lleva a cabo principalmente con la realización de ejercicios de core (el core engloba los músculos centrales del cuerpo como los abdominales, los lumbares o los de la pelvis).
“Cuando se fortalece la zona los escapes disminuyen mucho. Pero si tienes un periodo de estrés (risa, tos, vómitos…) y tienes la vejiga llena, ese escape lo controlas con una contracción voluntaria. Así, si se controla esa musculatura, cuando se va a estornudar por ejemplo se hace una contracción y no se produce el escape”, explica María Montesinos, fisioterapeuta de Clínica Beiman Jerez.
Además, el secretario de la Sociedad Española de Fisioterapia en Pelviperineología Mikel Amostegui indica que “el buen funcionamiento de los abdominales (estructura asociada a la zona pélvica) y del suelo pélvico de manera conjunta va a mejorar el rendimiento de los deportistas”.
La fisioterapia obstétrica
El embarazo y el parto son dos situaciones que pueden desencadenar trastornos pélvicos. La fisioterapia obstétrica es la especialidad que se encarga de prevenirlos. Está estrechamente ligada a la fisioterapia del suelo pélvico. Para evitar los problemas en la zona pélvica se recurre a ejercicios y técnicas de fisioterapia que preparan durante el periodo de gestación a la mujer para el propio embarazo, el parto y el posparto.
Montesinos sostiene que, si se está embarazada, “es importante cuidar y preparar el organismo durante esta etapa, saber qué hay en el cuerpo y cómo se mueve, y así poder ir actuando y mejorando las sensaciones”.
La experta señala que en sus clases enseña a sus pacientes higiene postural para disminuir el dolor durante el embarazo y el parto: “Se pueden reducir considerablemente los dolores si sabes las directrices a seguir”.
También hace simulaciones de los pujos con EPI-NO (dispositivo para ejercitar la musculatura del suelo pélvico) y enseña estiramientos, respiraciones y posturas y movimientos facilitantes que ayudan a disminuir el dolor de las contracciones y a favorecer la dilatación. Y es que si la musculatura no da el 100% en el momento del parto es cuando surgen los desgarros o hay que recurrir a la episiotomía. Estas situaciones pueden ocasionar disfunciones pélvicas.
La especialista de Beiman Jerez añade que suele dar algunas lecciones de anatomía para que las embarazadas sepan lo que ocurre durante el periodo de gestación y en el parto: “Cuando tú sabes lo que está pasando y por qué está pasando, te encuentras más tranquila”.
Por último, la fisioterapeuta también da clases posparto donde se hace “una revisión para prevenir posibles incontinencias, futuros prolapsos o relaciones sexuales dolorosas”.
Más beneficios de la fisioterapia pélvica
Aunque la fisioterapia centrada en el suelo pélvico no es tan conocida como otras, es igual de importante y necesaria para prevenir y tratar disfunciones que pueden afectar al día a día de las personas. Los expertos recuerdan además que fortalecer el suelo pélvico influye positivamente en cualquier cirugía que se vaya a realizar en esas estructuras y en el posoperatorio. Otra razón más por la que no solo hay que prestar atención al suelo pélvico cuando da problemas.
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