El final de la 'pax armada'
Los fallos de comunicación y la disputa entre ediles tras la reunión del PSOE municipal reabren la división entre críticos y 'vieristas'
Finalmente el alcalde se prestó a poner un punto de cordura en una jornada de locos en la que se evidenció más que nunca la fractura interna entre críticos y vieristas del grupo municipal y se desanduvieron todos los pasos dados para simular la pax armada tras la virulenta salida de Emilio Carrillo de Plaza Nueva. La reunión que Monteseirín mantuvo a primera hora con el grupo municipal acabó poco menos que como el rosario de la aurora. Hubo órdenes, contraórdenes, insultos, rectificaciones, conatos de pelea, reconciliaciones de cara a la galería, traspaso de poderes e incluso promesas incumplidas, y todo ello protagonizado por ediles socialistas con responsabilidad de gobierno y otros cargos del equipo municipal.
Ya se veía venir desde la misma llegada de concejales a la reunión (por bloques, vieristas con vieristas, y críticos a discreción), y se confirmó a la salida. Celis fue el primero en abandonar la Casa Grande haciendo mutis con un gesto -que había habido "buen rollito"- , seguido por la portavoz del gobierno local, Maribel Montaño, quien la lió. Ésta aseguró a los periodistas que habría un comunicado pero que Joaquín Díaz y Francisco Fernández harían declaraciones a los medios. Díaz bajó las escaleras en compañía de Teresa Florido y Alberto Moriña, y cuando fue abordado por los reporteros bajo la premisa de la portavoz local Moriña estalló. "Esta tía está zumbada. Pero, ¿de qué va?", se le oyó (y grabó) a pie de la escalinata imperial en la retahíla de reproches y lindeces dedicada a su compañera de filas. Florido tiró de la chaqueta a Díaz y se lo llevó a la calle, y Moriñas, que ya había enfilado con aspavientos el pasillo hacia el despacho de Montaño, dio una afortunada marcha atrás.
"Aquí nadie hablará; en la calle sí", apuntaba entonces la responsable de prensa de Urbanismo, lo que conminó a los periodistas a cubrir la presentación de un tramo de obras de Asunción, a cuyo acto se había autoinvitado Celis. Bajaba entonces de Alcaldía Francisco Fernández, encargado de redactar el comunicado del PSOE municipal, quien anunció que lo repartiría a la prensa en el acto de Asunción, por el que luego ni apareció. Paso atrás.
Ya en Los Remedios, Gómez de Celis hizo un peculiar flashback para ofrecer su jornada dominical a modo de moraleja: "Ayer estuve en la venta Calixto, en el camino de la Reina, donde conversé con vecinos, obreros y agricultores que, primero, me pidieron que le diera un abrazo al alcalde, y después, me hablaron del paro, de las inundaciones del arroyo Miraflores, del temporal. Me trasladaron sus preocupaciones, pero nadie me habló de lo que ustedes me preguntan", dijo a los periodistas. Por ello, reiteró su respuesta favorita -"trabajar, trabajar y trabajar"- y remachó que no se pronuncia "sobre elucubraciones".
A la misma hora, y en otro acto, Maribel Montaño pedía excusas públicas por su "confusión" en el modo en que se iba a informar de la reunión del alcalde con su grupo. "No me enteré de que sólo habría un comunicado y, desde luego, no tengo ningún problema con el compañero Alberto Moriña". Dicho esto, se enredó nuevamente. Fue en la pregunta de si el alcalde había tratado su intención de irse antes de fin de mandato, a lo que ésta contestó que "el alcalde ya lo ha comunicado a altas instancias del partido y hoy tocaba que lo hiciera al grupo municipal". Aún así, agregó que "se trata de una decisión personal" que la haría pública "en los próximos días".
Hacia las dos de la tarde, cuatro horas después de la reunión del grupo socialista, llegó el esperado comunicado de prensa. Nada nuevo que no escribiese el regidor en su carta de despedida que titulara Gracias a Sevilla, que me ha dado tanto, si acaso el compromiso de Monteseirín de dar a las tareas de gobierno "una dedicación plena hasta el último día" -sin aclarar si de mandato o como alcalde- y que "en los próximos días seguirá hablando con el partido".
También hubo disputas entre el jefe de prensa del Consistorio y la portavocía del grupo socialista que pilota Celis, por cuanto el primero se negó a difundir desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento el citado comunicado al considerarlo "una información de partido".
Y en esto apareció el alcalde, con ganas de hablar. Lo hizo en el acto de la mujer trabajadora y rodeado de concejalas, pero ninguna de las alineadas con Viera. Ni siquiera la de la Mujer, Dolores Rodríguez, por aquello del día.
¿Política ficción? Ya le hubiera gustado a Celis, que acuñó el término. Pura realidad.
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