En la fiesta de San Marcos, nexo de Sevilla con Venecia

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Recorrido. El aniversario de la revolución portuguesa coincidió con la festividad de uno de los evangelistas. Víspera de un lunes de resaca imaginario en un calendario desmadejado

Una fotografía tomada ayer de la torre de San Marcos.
Una fotografía tomada ayer de la torre de San Marcos. / Juan Carlos Muñoz
Francisco Correal

26 de abril 2021 - 07:53

Si en vez de la noche de los Oscar la de ayer fuera la de los Amigos de Guinness, una de las estatuillas iría a para Gonzalo García Pelayo. Siete películas en un año, pasando por la plaza del Pelícano, la India, Argentina y Kazajistán. Las fechas de los años no son de ciencias, son de letras. Cada guarismo del calendario yo lo veo lleno de vida. La película Manuela, de Gonzalo García Pelayo, se estrenó en 1976, el año que nace Carlos Aristu, el nuevo secretario general de Comisiones Obreras de Sevilla, el sindicato de Soto, Saborido y Acosta, los tres mosqueteros del sindicalismo del sur. Manuela la vi el verano de 1977 en el cine Sinaí de verano, en la avenida del Greco. Una historia de Manuel Halcón con guión de Pancho Bautista y producción de Pío Halcón, hijo del académico sevillano que escribió la alucinante biografía de su primo Fernando Villalón, del que en Hollywood ya existirían media docena de películas.

García Pelayo quiere rodar una Sevilla alejada de los tópicos en la que no aparezca la Giralda. Empeño que me recuerda el año que coincidí en el jurado de un concurso de carteles del Festival de cine de Sevilla con el pintor Miguel Pérez Aguilera. No quería votar un cartel que tenía como icono simbólico la Giralda. Al final, perdió la batalla de la Turris Fortissima. Me lo ha recordado esta nueva mirada que el cineasta le confiesa a Paco Camero.

Rincones que honran la memoria o el trabajo de Lebrijano, Melado, Izquierdo o Valdés

Son dos alternativas: la de una Sevilla con Giraldas, catálogo que convirtió en arsenal de cuadros Amalio García del Moral. Vistas impresionantes de una torre que te sorprende desde el puente de Triana o el del Alamillo, Luis Montoto o Eduardo Dato, desde la calle Trabajo o Alemanes en la esquina de la Punta del Diamante. O en la salida del Alcázar por el Patio Banderas.

No es menos apasionante esa escapada por una Sevilla sin Giralda. Que siempre está ahí, como los pobres en la lectura del Evangelio. Ayer fue la festividad de San Marcos, que tiene plaza en Venecia y espacio catedralicio en León. En Sevilla tiene torre al final de San Luis, en los dominios pastorales que fueron del padre Isaac García, el cura teatrero descubridor de talentos cinematográficos (Paz Vega, Antonio Dechent) y dramáticos (José Luis Losa, Víctor Carretero) que ya tiene una calle junto al colegio de los Padres Blancos.

San Marcos se divisa desde la calle Castellar, donde una placa recuerda la casa donde un día de agosto de 1886 nació José María Izquierdo, alma de la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla, único nombre propio de Ocnos de Cernuda, que ni siquiera cita el del músico de quien fue vecino en sus primeros años de vida, Joaquín Turina. Lo retrata en la biblioteca del Ateneo, "escribiendo los artículos diarios en que tiraba a la calle su talento".

El sábado había botellona en la plaza Santa Isabel, junto a la iglesia donde estuvo García Márquez escuchando a un músico colombiano en el 92. Los árboles de Santa Paula se ven desde la calle Pasaje Mallol, donde una placa recuerda el taller del pintor Juan Valdés,cronista plástico de las fiestas de Sevilla y del Carnaval veneciano. Sevilla sin las torres de sus iglesias sería una ciudad del montón. Encima, dan las horas gratis desde sus campanarios. Se asoma la torre de San Julián, sede de la Hiniesta. En un rincón que honra la memoria de Juan Peña El Lebrijano.

En la calle Macasta está una placa en casa donde nació el peluquero Manuel Melado. En lo que era el lunes de resaca (el virus llegó cuando el Consejo de Cofradías andaba desorejado con el Martes Santo y el alcalde con el referéndum sobre la Feria), quien pasa por Macasta tararea algunas sevillanas escritas por el maestro Melado: Mírala cara a cara, Por la bahía, A bailar, a bailar… Nació el 3 de septiembre de 1940, un día después que Alejandro Rojas-Marcos. De Macasta pasamos a Cetina, calle con resonancias poéticas y pocas casas, pero de buena fachada arquitectónica. De allí a Duque de Montemar, perpendicular a San Luis, donde ya alumbra el cimborrio de San Luis de los Franceses. Hay muchas formas de seguir hasta Feria. Una de las más rápidas e íntimas es por Arrayán. Un solar muestra una fachada blanca que debió ser la pantalla del cine de verano con el mismo nombre de la calle. Tarde mudéjar que acaba en Ómnium Sanctórum. Sin ver la Giralda. Con los cánones de Gonzalo García Pelayo, que la noche de los Oscar sueña con entrar en el Guinnes. 45 años después de que Lole y Manuel llegaran al cine antes que con Quentin Tarantino.

El día de San Marcos coincidió con un nuevo aniversario de la revolución portuguesa. Grándola Vila Morena. Dos años antes del estreno de Manuela.

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