Una feria del Belén que llega una semana antes pero con igual fuerza

Una familia visita la Feria del Belén.
Una familia visita la Feria del Belén. / Juan Carlos Muñoz

Este año la Navidad se ha adelantado a los últimos días de octubre. Desde el pasado día 28 está abierta la Feria de los Belenes en la calle Fray Ceferino González, entre el Archivo de Indias y la Catedral. Una semana antes de lo habitual para que los asistentes del Congreso Congreso Internacional de Belenistas que reunió en Sevilla a 600 participantes de 17 países de todo el mundo.

Una coincidencia que ha propiciado imágenes como la de personas disfrazas para celebrar Halloween mirando los escaparates de los expositores de los belenes o incluso comprando alguna figura para el Nacimiento Porque, aunque el calendario señale que es tiempo más de huesos de santos que de villancicos, después de 30 años la visita a los puestos de los belenes se ha convertido en una cita obligada para los sevillanos y un modo más o menos oficial de preparar la Navidad. Además, el Belenismo ha sido declarado BIC por la Junta de Andalucía recientemente.

Allí se dan cita algunas de las firmas más destacadas de la artesanía belenista como Antigua Cerería del Salvador, Artesanía San Julián, María José Romero, Óscar Lazarte, Alfares, Gloria Botonero, María José Romero, Gregorio García Colón, Belenes San Juan Bosco, Olga Bobadilla, Pichardo Belenes, Artesanía del Belén, Dado La Casa del Belenista, Jorge Antequera o Marieta Artesanía. Un recorrido entre la Catedral y el Archivo de Indias donde hay todo un mundo en miniatura en el que encontrar desde diferentes temáticas belenísticas. Desde las clásicas como la hebrea, napolitana, andaluza, hasta las posibilidades más peregrinas como misterios béticos, sevillistas o donde los animales son los protagonistas.

Tampoco faltan los imanes ni los belenes integrados donde en una misma pieza están María, San José, el Niño, la mula, el buey, las estrellas y los Reyes Magos. Pero sin duda, lo que más llama la atención siempre son la multitud de animalitos de plástico, pasta o barro, panes en miniaturas con su correspondiente chorizo o pescado, alfombras de oriente o macetas. Todo lo necesario para que no falte ni un detalle en el Nacimiento que cada uno pone en su casa.

Y para los niños –o no tanto– la multitud de panderetas, zambombas y sobre todo, el éxito asegurado del belén de Playmobil, donde algún puesto ha transformado al muñeco de plástico de romano raso a armao de la Macarena.

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