Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Las familias de las víctimas del accidente de la avenida de Juan Pablo II pedirán que se aplique la mayor de las penas para el conductor causante del siniestro. Los cuerpos de Ángel Antonio Marrero y Rosa María Real se encontraban ayer en el tanatorio de San Jerónimo, donde se les practicaron las preceptivas autopsias. Durante la tarde, en el tanatorio se congregaron numerosos familiares, amigos y allegados de los dos jóvenes fallecidos.
La muerte de esta pareja ha supuesto un duro golpe para la comunidad dominicana en Sevilla. Ángel Antonio Marrero pertenece a una familia muy conocida procedente de este país caribeño. Decenas de dominicanos acudieron ayer a San Jerónimo acompañar a los familiares de este joven y también a los de su novia. "Ya nos han informado de lo ocurrido y de las circunstancias del accidente. Ahora mismo sólo podemos decir que vamos a hacer todo lo posible para que el conductor que ha provocado el accidente le caiga la máxima pena posible", expuso a este periódico Euddy Marrero, portavoz de la familia de la víctima.
Las redes sociales también sirvieron para expresar numerosas muestras de dolor y condolencias hacia las víctimas. Muchos amigos de la pareja se colocaron un lazo negro como imagen de perfil en Facebook, donde también se dejaban mensajes de ánimo a los familiares de los fallecidos. En el muro de Ángel Antonio aún se podía ver la invitación a una fiesta de Halloween que se celebraba la noche del sábado al domingo en un local de la calle Santa Fe, frente al Parque de los Príncipes, a menos de un kilómetro de donde la pareja perdió la vida.
El precedente más cercano de un doble homicidio causado por un conductor ebrio es el del atropello de dos jóvenes en el Paseo de Colón, la noche del Sábado Santo de 2010.
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