Las familias reciben las llaves de los pisos y levantan la acampada

La acampada de la Plaza Nueva se levantó este miércoles pasadas las diez de la noche, después de una jornada que concluyó con fiesta tras recibir los miembros de la Corrala Utopía las llaves de las primeras viviendas que podrán ocupar. La fotografía de los desalojados mostrando las llaves se difundió con rapidez por la red social Twitter poniendo el final feliz a un relato de cuatro días de acampada frente al Ayuntamiento de Sevilla y dos años de lucha. Al parecer, estas familias podrán ocupara de forma provisional las viviendas hasta octubre, cuando los trasladarán a los pisos de alquiler de la Junta en San Bernardo.

Twitter también informó de que el campamento de la Plaza Nueva quedaría desmantelado este miércoles mismo y así fue. Los sacos de dormir, los cartones y demás enseres empezaron a ser recogidos pasadas las diez y media de la noche. Y, posteriormente, los beneficiarios se reunieron, de nuevo en asamblea, en la sede de un sindicato para decidir cómo se realizará el reparto de las llaves que ya tenían en su poder.

La Consejería de Fomento y Vivienda que entregó las viviendas, sin embargo, guardaba absoluto silencio y ni confirmaba ni desmentía la noticia a la prensa. Ni siquiera cogieron los teléfonos en toda la tarde, pero los okupas mostraron las llaves.

María, una vecina de la Corrala, ratificó pletórica a este periódico que ya tenía la llave y que sobre las seis de la tarde la asamblea de la Corrala acudió incluso a visitar los pisos. Y vecinos del Tiro de Línea confirmaron que habían sido vistos en los alrededores de bloques sociales. La citada Consejería aclaró por la mañana, antes de saltar esta noticia, que tiene 10 viviendas públicas disponibles entre las barriadas de Tiro de Línea, Sevilla Este y Cerro Amate y que las 12 restantes de alquiler están en el mercado privado. El pago del alquiler de este realojo provisional de 22 familias al menos durante siete meses lo asume la administración andaluza por completo.

Según los datos de los afectados, está previsto que el realojo de todas las familias se haga primero en la decena de viviendas públicas disponibles de la Junta y a lo largo de este jueves en el resto, esto es, en las privadas que se han localizado en el mercado.

"Hoy no nos vamos a quedar aquí en la Plaza Nueva. Esta noche queda recogido el campamento a partir de las diez de la noche. No les vamos a dar el gusto de que nos agüen la fiesta", aseguraba María, una joven vecina de la Corrala. Ella relata que las condiciones por la noche en la Plaza Nueva eran duras porque, asegura, el Ayuntamiento presionaba por vías indirectas para que se marcharan. "Llevamos desde el domingo sin dormir por el ruido de los camiones de Lipasam pasando cada cuarto de hora y continuamente pegados a nuestros sacos de dormir". Y añadía que las familias no querían quedarse este miércoles en la Plaza Nueva. Había corrido la información entre la red de apoyo de la Corrala de que el Ayuntamiento de Sevilla había guardado material antidisturbios dentro de la Casa Consistorial por si tenía que usarlo para desalojar a las familias. "Nos han dicho que el Ayuntamiento está lleno de material antidisturbios", dijo.

La red social echaba humo tras extenderse la noticia de la entrega de llaves de los pisos. Había opiniones en contra y a favor. El ex portavoz municipal de IU Antonio Rodrigo Torrijos colgó un tuit en el que daba la enhorabuena a la Corrala Utopía y a la solidaridad en Sevilla y concluía con un "la lucha siempre da resultados en términos de justicia social. Sí se podía". Torrijos felicitó al líder de IU, Antonio Maíllo.

Había internautas que elogiaban el papel de IU frente a la reacción de rechazo de su socio de gobierno en la Junta de Andalucía. "Es de reconocer que IU no haya cedido a las presiones del PSOE y haya logrado realojar a las familias de la Corrala Utopía. Bravo por ello", rezaba un tuit. "La lucha de #CorralaUtopía tiene recompensa y qué gusto de @iuandalucía en temas como el de vivienda", escribía otra internauta. También felicitaban a las familias por internet por un final feliz. Pero el relato aún no ha terminado.