La familia de una víctima pide cambiar el protocolo del 016

El cuñado de la mujer asesinada en Monteflor denuncia ante el Defensor del Pueblo que su esposa llamó dos veces al teléfono de lucha contra los malos tratos.

Acto de recuerdo a Rosario Gallego en el centro cívico Los Carteros.
Acto de recuerdo a Rosario Gallego en el centro cívico Los Carteros.
Fernando Pérez Ávila

03 de mayo 2012 - 05:03

"Buenas tardes, le informo de que hoy ya no puede llamar la interesada porque su marido la mató anteayer y esta mañana la hemos enterrado". Ésta fue la llamada que José Bernabé hizo el lunes 16 de abril al 016, el teléfono de atención a las víctimas de la violencia de género. Su cuñada, Rosario Gallego Rodríguez, fue asesinada por su marido la madrugada del domingo anterior en la barriada de Monteflor. Antes del crimen, la hermana de la víctima había llamado dos veces al 016 y en ambas ocasiones obtuvo la misma respuesta: "No podemos hacer nada si no llama la interesada".

La familia de la mujer asesinada ha decidido denunciar el caso ante el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, a quien le ha solicitado por escrito que se cambien los protocolos de actuación del 016. "Mi señora, hermana de la víctima, llamó en dos ocasiones al dichoso número creyendo a rajatabla la publicidad que se le da. Pues bien, en las dos ocasiones se le dijo por parte de la persona que atendió las llamadas que tendría que ser la propia víctima la que se pusiera en contacto con este servicio. Si no era así, no podrían tramitar ninguna denuncia", expone José Bernabé en su escrito enviado al Defensor.

"Tampoco se le indicó que se dirigiera a otro organismo que pudiera dar trámite a esa denuncia y quizás haber evitado este trágico final", añade la carta. Bernabé está seguro de que sólo con que el caso hubiera sido derivado a otro organismo, o se le hubiera informado a la persona que llamaba de qué tenía que hacer para convencer a su hermana de que denunciara a su marido, el crimen podría haberse evitado.

El cuñado de la víctima se ha propuesto luchar en lo posible por cambiar el protocolo de actuación del 016 para que este teléfono recoja las denuncias de los familiares y allegados de las víctimas. "Es algo que me he marcado y me he prometido a mí mismo y a mi familia. Quizás si este servicio hubiera funcionado, se hubiera atendido la llamada de mi mujer, a lo mejor mi cuñada seguiría con vida y una madre, unos hermanos y sus dos hijos podrían seguir disfrutando de su compañía. Sólo con que se pueda salvar una vida, una sola, ya estaría bien empleada esta lucha". Por este motivo, en su carta solicita la ayuda del Defensor "para que a alguien que intentaba ayudar y se topó con la burocracia no le quede el remordimiento, la impotencia y el sentimiento de que podría haber hecho algo más".

La indignación más profunda fue lo que le llevó a volver a llamar al 016 el lunes para informar de que su cuñada había sido asesinada. "Sé que le di el día a la persona que me atendió, pero tenía que hacerlo. Llamé además desde el mismo teléfono que había llamado dos veces antes mi mujer, que en el 016 tenían registrado porque la segunda vez que llamó le hicieron mención a la primera".

Rosario Gallego siempre se negó a denunciar a su marido, Valeriano Díaz, para proteger a sus hijos. La mujer aseguró siempre a sus familiares que su esposo no le había pegado nunca, pero sí la sometía a un maltrato psicológico continuo, hasta el punto de que Rosario había quedado anulada como persona.

Alentada por sus familiares, sus compañeras de la ONG Madre Coraje, en la que ejercía como voluntaria, y sus amigas del gimnasio del centro cívico Los Carteros, Rosario se animó a pedir la separación de su marido. No lo había hecho antes por sus hijos y por una dependencia económica de su esposo. Antes de intentar separarse, la mujer quiso salvar su matrimonio consiguiéndole una cita a su marido con una psiquiatra. Éste fue dos veces pero siempre, según la familia, se negó a responder a las preguntas de la especialista y a seguir la medicación que le recetaron.

Valeriano y Rosario vieron a la psiquiatra en enero y en marzo, pero los problemas seguían. Rosario decidió separarse y, el fin de semana antes que iniciara los trámites, Valeriano la mató y luego se suicidó arrojándose al vacío desde la azotea del bloque familiar. En la vivienda se encontraba el hijo menor de la pareja, que se encuentra muy afectado por lo ocurrido porque fue quien descubrió a su madre muerta y quien comunicó el hallazgo del cuerpo a la Policía.

"No entendemos cómo hay decenas de instituciones y organismos de ayuda a las víctimas de la violencia de género y yo he tenido que luchar contra un muro para conseguir que alguna empresa de limpieza me limpiara la casa y no tuviéramos que ser los familiares los que nos enfrentáramos a esa tarea. Al final conseguí que lo hiciera Lipasam, pero tras llamar a cinco puertas y ser derivado de un sitio a otro", explica Bernabé. Hoy tendá lugar una concentración en recuerdo a Rosario Gallego en el Ayuntamiento a las 21:15, justo después de la misa que se celebrará en la parroquia del Sagrario a las 20:30.

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