La familia del soldado muerto en Cerro Muriano: "Murió por satisfacer los egos de la cadena de mando"

El abogado Luis Romero anuncia que pedirá penas de hasta doce años de cárcel para los mandos procesados

Un perito califica el ejercicio como de un "despropósito técnico"

Procesados seis mandos de Cerro Muriano por el ejercicio en el que murieron dos soldados

Sergio Pérez León, Luis Romero y Luis Bejarano.
Sergio Pérez León, Luis Romero y Luis Bejarano. / Antonio Pizarro

Un portavoz de la familia del soldado Carlos León, muerto ahogado en Cerro Muriano hace un año, apuntó este jueves que su familiar falleció "por satisfacer los egos" de ciertas personas, en relación a los miembros de la cadena de mando que obligaron a los militares de la Brigada X a realizar un ejercicio acuático a pesar de que no se daban las condiciones de seguridad para ello.

Sergio Pérez León, primo de Carlos León, compareció por primera vez en rueda de prensa, acompañando al abogado de la familia, Luis Romero, y al perito Luis Bejarano. Este sábado se cumple el primer aniversario de la trague. "Al cumplirse un año de la muerte de Carlos y su compañero, el cabo Jiménez, queremos expresar nuestra incomprensión por dos muertes que se podían haber evitado", explicó el portavoz.

Para la familia del soldado natural de El Viso del Alcor, los máximos culpables fueron los miembros de la cadena de mando, "en la que estaban incluidos cargos importantes, y que son los responsables de la imprudencia y negligencia que causaron las muertes". "Ya que no podemos recuperar a Carlos, esperamos que no se produzcan más hechos como éste. Y que el Ministerio de Defensa aumente el presupuesto para dotar a los cuarteles de todas las medidas de seguridad".

El primo de Carlos León lamentó que los recortes presupuestarios provocaron que en el lago en el que se practicó el ejercicio no hubiera "ambulancias, médicos, zodiacs ni helicópteros para la evacuación". "Se podrían haber salvado si se hubiese actuado diligentemente".

La familia también mostró su malestar por el hecho de que el capitán y el teniente siguieran destinados muchos meses después del accidente en Cerro Muriano, dando órdenes a los compañeros de los fallecidos, y que ahora sigan en activo en otros puestos. "En nombre de toda la familia, exigimos que lo ocurrido no vuelva a ocurrir nunca más y que se haga Justicia".

El primo de una de las víctimas (en el accidente también falleció el cabo Miguel Ángel Jiménez) pronunció unas emotivas palabras en recuerdo de su familiar. "Nos gustaría que se recuerde quiénes son los culpables, pero sobre todo que se recuerde a Carlos. Somos ocho primos, y cada uno con nuestras particularidades. Su mayor particularidad era su responsabilidad. A pesar de tener 24 años, era la imagen de la responsabilidad. Tenía los pies en la tierra, pero aquel día no le permitieron tenerlos, por cubrir los egos de ciertas personas. Estos egos y esta mala praxis llevaron a que perdiéramos a nuestro primo. Era un joven bueno, valiente, deportista, sano, responsable, honroso y lo seguimos teniendo en nuestros corazones", concluyó Sergio.

El familiar de Carlos León admitió que la madre de su primo recibió una llamada de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que se interesó por ella, pero en ningún caso Robles le trasladó unas disculpas o admitió que se hubieran cometido errores en la práctica del ejercicio.

En la rueda de prensa participó también Luis Bejarano, brigada en la reserva del Ejército de Tierra, que fue instructor de natación en la Brigada x Guzmán el Bueno (a la que pertenecían los fallecidos) y que ha desarrollado buena parte de su carrera en el Batallón de Helicópteros de Maniobras IV (Bhelma IV) en el Copero. Este militar tiene la condición de perito y puede ser llamado por cualquiera de las partes a lo largo del procedimiento judicial.

Bejarano quiso distinguir lo que es la natación deportiva de la solvencia acuática, un término que se refiere a situaciones en las que se trata de salvar la vida cuando las condiciones no son las adecuadas. Este especialista aseguró que se trata de un "caso muy puntual" y manifestó que "más de hablar de una serie de situaciones mal llevadas a cabo, la situación era inasumible".

"No se podía ni empezar. Primero había que evaluar las capacidades de esos compañeros que se iban a meter en el agua, muchos de ellos todavía primerizos. Sólo puedo calificar el ejercicio como un despropósito técnico. Por mucho que sepas nadar y por mucha experiencia que tengas, si no has sido instruido de forma clara y continua, este tipo de ejercicios no se pueden llevar a cabo", añadió el perito.

Además, fue tajante a la hora de decir que, si él hubiera sido el instructor presente, no hubiera dado el OK a que se celebrara en el ejercicio. "Por supuesto, no hubiera permitido el inicio del mismo si hubiera estado como instructor y me pregunta el mando. Pero si yo hubiera sido uno más, la respuesta también es no. Habría hecho todo lo posible dentro de lo que estuviera en mi mano para evitar que se llevara a cabo. Asumiendo mis propias responsabilidades, hubiera impedido eso, porque soy consciente de que la vida está por encima de actitudes que son subjetivas. No hay ninguna normativa que obligue a hacer ese ejercicio en esas condiciones".

El abogado Luis Romero recordó que los militares no están obligados a cumplir órdenes cuando éstas sean ilegítimas. Romero anunció que pedirá las máximas penas para los seis mandos procesados por este accidente, como presuntos autores de dos delitos de homicidio imprudente consumados y otros dos en grado de tentativa (otras dos personas resultaron heridas y estuvieron a punto de fallecer). Estas penas pueden sumar hasta 12 años de prisión.

Romero recordó la llamada del padre de la víctima, Antonio Joaquín León, que le dijo que lo necesitaba pocas horas después del accidente. "Me pidió que este caso no se deje de recordar ni un solo día"

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