Los expertos reconocen los riesgos de eliminar cuarentenas en casos leves y piden prudencia

Nueva etapa de la pandemia

El epidemiólogo sevillano y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología, Eduardo Briones, apela a la responsabilidad individual de cara a las próximas Fiestas de Primavera en Sevilla

¿Qué debo hacer si soy positivo asintomático a partir de este lunes?

Cambio de tendencia de la pandemia en Sevilla: la incidencia vuelve a subir

Una mujer sin mascarilla, en el centro, entre otro grupo de personas con ella puesta.
Una mujer sin mascarilla, en el centro, entre otro grupo de personas con ella puesta. / José Ángel García

Eliminar las cuarentenas para los casos leves es una cosa y acabar con las medidas preventivas es otra y ambas cosas no deberían solaparse. Es el mensaje que manda el epidemiólogo sevillano y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología, Eduardo Briones, de cara a la aplicación desde el lunes de una nueva estrategia de vigilancia y control del coronavirus en España.

"Entendemos que es una forma de empezar a suavizar las medidas y es lógico que en algún momento habría que hacerlo, pero hay que ser prudentes y no tomarlo como una libertad absoluta para la ausencia de precauciones. Tiene sus riesgos porque el virus sigue estando entre nosotros y llegando a las residencias de mayores y demás población vulnerable", explica.

Según los nuevos protocolos, a partir del lunes, las pruebas diagnósticas irán dirigidas a mayores de 60 años, inmunodeprimidos por causa intrínseca o extrínseca y embarazadas; personas que residen, acuden, están ingresadas o trabajan en centros sanitarios asistenciales, sociosanitarios y de día, prisiones y otros lugares con personas institucionalizadas, así como trabajadores que prestan apoyo y cuidado a personas vulnerables. También personas con un cuadro de infección respiratoria aguda de vías bajas que requiera ingreso hospitalario (preferiblemente PCR). Y aquellos de los que se tiene constancia de que ha estado en los últimos 14 días en una región en la que esté circulando una variante de interés o de preocupación.

Por su parte, a quienes tengan síntomas leves, les recomienda contactar con el sistema sanitario de su comunidad y permanecer en su domicilio hasta que obtenga el resultado que, de ser positivo, se manejará como un caso confirmado y, de ser negativo, deberá seguir las instrucciones que le indiquen los profesionales. Asimismo, todos los casos confirmados con síntomas leves ya no tendrán que aislarse, sino "extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales utilizando de forma

constante la mascarilla y manteniendo una adecuada higiene de manos durante los 10 días posteriores al inicio de síntomas". Evitarán especialmente el contacto con personas vulnerables y la participación en eventos multitudinarios y, "siempre que sea posible y en caso de que no sea susceptible de una incapacidad temporal por su sintomatología", teletrabajarán.

Es decir, un gran paso en la transición hacia una nueva etapa de la pandemia, pero que llega en un momento en el que, apunta Briones, "no podemos decir que se haya alcanzado una fase de control". No obstante, reconoce el epidemiólogo, "las características de la variante Ómicron y el nivel de inmunización, tanto por el volumen de vacunación como por la elevada exposición de la población al virus en los últimos meses, hacía necesario darle una vuelta a la estrategia".

Sin embargo, tiene sus peros. El integrante de la Sociedad Española de Epidemiología reconoce los "riesgos" que puede suponer este paso y afirma que "serán los datos de las próximas semanas los que permitirán comprobar si éste era o no el momento", así como la controversia de su aplicación homogénea en todo el territorito nacional. "Se podría haber tenido en cuenta la situación de cada zona", indica el epidemiólogo, quien considera que el contexto en el que Sevilla va a inaugurar esta nueva fase de la pandemia, a las puertas de la celebración de la Semana Santa y la Feria, juega a la contra dado que "es evidente que las grandes aglomeraciones de personas siempre fomentan la mayor circulación del virus".

"Lo ideal sería conseguir que baje la curva porque todavía tenemos unos niveles muy altos de circulación. Si consiguiéramos esto antes de que llegue Semana Santa, llegaríamos a la misma en otras condiciones. Pero ahora mismo no podemos saber lo que va a pasar", sostiene.

Sin embargo, confía en que "la situación no cambie mucho". "Espero que esto no se tome como la eliminación de las medidas preventivas. Hay que tener claro que lo que cambia es la indicación del aislamiento en casos leves por la de tomar unas precauciones especificas, pero la recomendación es mantener las medidas de seguridad de cara a las próximas festividades que, seguramente, aumentarán el riesgo", añade.

En cualquier caso, llegados a este punto y que la medida no tiene vuelta atrás, Briones cree que el uso de la mascarilla y el resto de medidas preventivas serán determinantes en la evolución de la pandemia. "El planteamiento sería similar al del resto de enfermedades respiratorias agudas, es decir, es lógico que si estás con fiebre o mal cuerpo es mejor quedarse en casa y exponerse lo menos posible. Hay que hacer una llamada a la responsabilidad individual y a a la sensatez. Es una cuestión de sentido común. Después de esta pandemia es algo que deberíamos haber aprendido, tenemos que subir un poco el nivel de prevención. No meternos en aglomeraciones, en sitios cerrados, ventilar, seguir usando mascarillas. Ese es el mensaje que debemos reforzar", concluye.

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