La experiencia de unas asturianas en la Cabalgata de Sevilla: "Poner bolsas al calzado nos parecía una exageración"
La cantidad de caramelos arrojados desde las carrozas impactó a estas turistas
El sábado tampoco se libra del riesgo de lluvias pese al adelanto de la Cabalgata de Reyes en Sevilla
La Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla posee un carácter único. No solo por su extensa y particular historia —el Ateneo la organiza desde 1918, y no el Ayuntamiento—, sino por cierto costumbrismo que la hace distinta a cualquier otra en España. Para Irene, una joven asturiana, se trata de una Cabalgata "totalmente diferente" a las que estaba acostumbrada a vivir.
Todo comenzó con la recomendación de sus padres, que habían conocido la capital hispalense en un viaje en 2021. "Vinieron encantados y, como regalo de Navidad, mi madre me invitó a pasar la primera semana de enero en Sevilla antes de volver a las clases y el trabajo", cuenta la joven en conversación con este periódico. Así fue como en 2022 vieron la Cabalgata por primera vez y hubo varias cosas que les llamaron la atención.
"El Heraldo es como una Cabalgata en Asturias"
"El despliegue para la salida del Heraldo Real es de tal magnitud que en Gijón ya se consideraría una Cabalgata", opina Irene sobre esta celebración que tiene en el Aliatar su homólogo en su localidad natal. No obstante, les sorprendió el formato de las carrozas, a su parecer "muy estrechas", debido a la fisonomía del propio Casco Antiguo de Sevilla por el que transcurre el recorrido de este personaje.
El propio día de la Cabalgata de Reyes Magos, Irene y su madre decidieron seguir al cortejo para ver el recorrido completo, cuando se percataron de que "tiraban caramelos a calderazos", ya fuera en zonas concurridas como la Torre del Oro como en las que había "cuatro niños". He aquí la primera gran diferencia con las Cabalgatas de otras latitudes: "En Asturias son más visuales: salen vacas, bueyes, ovejas; y las carrozas son más grandes", explica la joven y añade, "los caramelos están reservados para los niños de la primera fila".
"Entendimos la utilidad de las bolsas a mitad de la Cabalgata"
Sin duda, el mayor 'choque cultural' llegó cuando vieron a familias enteras ponerse bolsas de plástico en los pies. "Cuando nos dijeron que era para que los caramelos no se pegaran al calzado, pensábamos que era una exageración", confiesa. Hasta que a mitad del itinerario "entendimos su utilidad" —dice— y se dieron cuenta de que su madre y ella no estaban preparadas para tal cantidad de caramelos.
"Conseguimos una bolsa de basura, la llenamos y nos la trajimos a Asturias. Tuvimos caramelos durante meses hasta que tuvimos que tirarlos", asegura. En la parte negativa, Irene admite que le dio "pena" ver cómo al final de la Cabalgata "miles de caramelos se quedan en el suelo".
"En Gijón los niños prestan más atención a los Reyes"
Al año siguiente, en 2023, Irene y su madre viajaron de nuevo a Andalucía durante la primera semana de enero. Si bien eligieron Córdoba como destino en esta ocasión, no dudaron en coger un tren a Sevilla para ver de nuevo el Heraldo y la Cabalgata, esta vez, ya equipadas con bolsas suficientes. "En Gijón suelo ir a ver la Cabalgata con mis amigos, pero en Sevilla es un plan para hacer con padres, tíos y abuelos", señala Irene.
En este sentido, a Irene y su madre les impactó ver cómo los sevillanos "abrían paraguas" para coger caramelos o se peleaban por "los chicles y regalices buenos" con alguna que otra señora mayor. "Los niños aquí solo quieren caramelos. Incluso el último año que fuimos tiraron pelotas, juguetes, peluches... En Asturias al no tirar tantos, prestan más atención a los Reyes Magos", concluye la joven.
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